Opinión

El caso de Britney Spears vuelve a estar sobre la mesa

Con el lanzamiento del libro de la estrella pop, su famoso caso volvió a boca de todos. En esta columna, repaso lo que vivió la artista y analizo qué podría haber hecho diferente.

Martín Litwak
Martín Litwak sábado, 4 de noviembre de 2023 · 11:58 hs
El caso de Britney Spears vuelve a estar sobre la mesa
“The Woman In Me”, el libro de Britney Spears que vendió más de 400.000 copias en un sólo día. Foto: MDZ

A pocos días del lanzamiento de “The Woman In Me”, el libro de Britney Spears que vendió más de 400.000 copias en un sólo día, el caso de la artista pop volvió a ser tema en los medios de prensa. Y, una vez más, vale la pena precisar que este es un ejemplo más de un fenómeno presente en celebrities de todo tipo: la poca o nula planificación patrimonial que realizan. Durante trece años, la artista estuvo bajo la tutela de su padre, Jamie Spears. Eso lo saben todos. La tutela comenzó en 2008 cuando Spears sufrió un colapso en su salud mental.

En ese momento fue declarada incapaz de manejar sus propios asuntos y, desde entonces, estuvo confinada a una medida judicial (en teoría, para su propia protección) que en Estados Unidos se denomina “conservatorship”, y que implica en la práctica que todas las decisiones económicas y muchas otras que no lo son quedaron en manos de su padre y del abogado Andrew Wallet ya que, según aseguraron los jueces en aquel entonces, Britney no se encontraba en condiciones mentales para ser autónoma (sí para seguir trabajando y facturando, pero ese es otro tema...). 

Bajo este régimen, decisiones como qué hacer, si trabajar o no; e inclusive si tener hijos o no tenerlos pasan a ser decisiones grupales. En el caso de la cantante, técnicamente hablando se le impusieron dos “tutelas” distintas e independientes: una de índole financiera y la otra personal. Si bien lo que le sucedió a Britney fue algo extremo, y obviamente la falta o los errores de planificación no llevan necesariamente a ese resultado, la regla general es que las figuras del espectáculo, así como los deportistas de élite, no suelen tomar decisiones inteligentes en materia de inversiones y, mucho menos, en materia de planificación patrimonial y que eso genera consecuencias muchas veces desagradables.

“The Woman In Me”, el libro de Britney Spears.

Por otro lado, estos errores, como es lógico, se terminan materializando, o se hacen más evidentes, en tiempos en los que los ingresos no son tan grandes como en sus épocas de apogeo, por lo cual es muy difícil repararlos. Las razones detrás de este fenómeno hay que buscarlas en que artistas y deportistas de élite tienen como característica común que producen mucho dinero durante una etapa relativamente corta de su vida y precisan que les alcance para un período de tiempo mucho mayor. Además, ocurre que no suelen poseer conocimientos legales ni financieros ni dan prioridad a estas cuestiones en las etapas iniciales de sus carreras. Adicionalmente, en muchos casos se generan serios conflictos de interés con sus representantes, asesores e inclusive con sus familias, que en ocasiones los ven como socios, en el mejor de los casos, o directamente como una inversión propia. 

¿Qué podría haber hecho Britney Spears para evitar esta situación? 

La situación de Britney Spears, como dijimos, es bastante extraordinaria, porque ella siguió generando mucho dinero aún luego de haber sido declarada incapaz, pero sin poder decidir ni siquiera sobre una parte de dichos fondos. En un momento, por ejemplo, no pudo reformar la cocina de su casa porque al padre le pareció que el costo era muy alto. En efecto, menos de un año después de la declaración de incapacidad y la puesta en marcha de la tutela, Britney regresó a la música y, durante los siguientes diez años, lanzó álbumes y actuó en vivo casi sin descanso. 

Estas actuaciones en vivo incluyeron 250 presentaciones en Las Vegas entre 2013 y 2017, por las que recaudó US$137,7 millones.
Este es sin dudas uno de los aspectos más contradictorios de su supuesta “incapacidad” y fue el punto en el que se apoyaron los integrantes de la corriente “#FreeBritney”, una acción viral y global en redes sociales que sostenía que la artista no sólo estaba en condiciones de ser autónoma, sino que, además, los medios intentaban invisibilizar la gravedad de la situación a la que se encontraba sometida la ídola pop.

Si bien, en lo personal, siempre coincidí con esta posición y lamenté mucho la injusta situación que vivió la artista durante tanto tiempo, el objetivo de esta columna es llamar la atención sobre este fenómeno que afecta a artistas y deportistas de élite y analizar qué podría haber hecho Britney Spears, y por ende qué pueden hacer otras celebrities, para evitar estos problemas y otros. Al mismo tiempo, no está de más que el resto de los mortales, aquellos que no son celebrities, se tomen unos minutos para pensar si planificaron suficientemente bien para su propia incapacidad o vulnerabilidad. Y ojo que no se trata aquí de hablar con el diario del lunes, ya que nos vamos a referir a opciones que estaban al alcance de todos en 2008 y que utilizan a diario personas con menores recursos de los que tenía, por entonces, Britney Spears y desde ya los que se veía que iba a generar. 

Las celebrities toman buenas decisiones en materia de inversiones. Foto: MDZ.

En el caso de la estrella pop, una de las opciones era constituir un trust revocable en el cual ella podría inclusive haber actuado como la primera trustee (o administradora) y transferir allí la mayor parte de su patrimonio; y armar luego un trust irrevocable en el cual depositar una porción de su fortuna o ingresos para que los administre un tercero de su confianza sin que ella pueda disponer de los fondos hasta que se den ciertas condiciones establecidas en el trust deed, que es el documento de creación de la estructura.

El primer trust le habría permitido evitar que, ante un caso de incapacidad, su padre fuera designado administrador de sus bienes; ya que por definición ese cargo habría correspondido a la persona que la propia Britney hubiera designado como trustee suplente. El segundo trust tendría como objetivo evitar que la cantante quedara en la ruina en el caso de perderlo todo, algo que por ahora parece lejano, pero nunca se sabe... Respecto de los rumores acerca de que -en efecto- Britney habría establecido un trust revocable en favor de sus hijos allá por 2004, los hechos demuestran que -de existir dicho trust– las cláusulas relacionadas con su
eventual incapacidad no fueron muy bien redactadas ya que no fue el documento que primó en la decisión de la  justicia norteamericana.

Para quienes no estén familiarizados con este concepto, el trust puede definirse como un “acuerdo mediante el cual una persona (settlor) transfiere la propiedad de ciertos activos a otra (trustee) para que los administre en beneficio de uno o más terceros (beneficiaries) y los transfiera definitivamente a estos (u a otros beneficiarios) al cumplimiento de un plazo o al advenimiento de una condición (generalmente –pero no necesariamente- la muerte del settlor)”. Este tipo de estructura permite no sólo una adecuada administración de los activos que se transfieran a ella, sino también determinar con precisión las circunstancias relativas al traspaso de la propiedad de estos a los beneficiarios. 

Otra alternativa más simple, pero con efectos más o menos similares para el primer supuesto (es decir, no para el evento de que pierda toda su fortuna sino para el caso de que alguien la declarase incapaz, como finalmente sucedió), era hacer lo que se llama “Pre-designación de Guardián”, una herramienta que está disponible en Estados Unidos y que, una vez más, cualquier persona utiliza. Básicamente, consiste en un papel que dice ‘si yo soy incapaz, quiero que tal persona sea mi guardián’; quien ella designe, sea su marido, su ex marido, un tío, un primo o un amigo, o un guardián profesional, para el cual se puede contratar una empresa.
Britney Spears cambió la historia de la música pop con su primer hit ‘Baby One More Time’, lanzado el 23 de octubre de 1998, una canción y un disco con el que comenzó la leyenda y el fenómeno internacional que continúa hoy. En ella, un verso dice “That’s not the way I planned it”, lo que podría traducirse como “esta no es la manera como yo planeé las cosas”. 

Aunque el tema habla de un amor perdido, esa línea en particular suena bastante premonitoria de lo que la vida tenía preparada para la artista…

Martín A. Litwak.

Martín A. Litwak autor del Iibro Planificación Patrimonial para Celebrities, fundador y CEO de Untitled SLC.
@MartinLitwak

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