Tabaco calentado: Argentina pierde inversiones y beneficios para el fumador
Los productos de tabaco calentado ya se venden en Estados Unidos, Europa y algunos países de América Latina. En Argentina, una resolución frenó en marzo una inversión de US$300 millones.
En la industria tabacalera hay jugadores fuertes que apuestan por la innovación y por cambios significativos en los hábitos de consumo de tabaco que priorizan la salud del fumador. Aunque suene paradójico, la gran apuesta es suplir el cigarrillo tradicional por otros dispositivos que, si bien contienen nicotina y generan ciertas sustancias tóxicas, provocan un menor daño a la salud ya que no queman tabaco y no despiden humo: se los denomina productos de tabaco calentado y hay evidencia científica que los respalda como una mejor alternativa al cigarrillo de papel.
Este rediseño en la industria busca un mundo libre de humo y Philip Morris es uno de los actores más destacados en este impulso. Desde 2014 replanteó su esquema productivo y realizó investigaciones científicas para avalar su nuevo producto de tabaco calentado. Las pruebas fueron exitosas y definieron un nuevo perfil de consumidor.
En mercados como EEUU, Reino Unido y Japón, este artículo tuvo gran recepción, pero en Latinoamérica la situación fue dispar: hay casos como Chile, Uruguay y Colombia donde una regulación habilitó su ingreso y otros como Argentina en donde una resolución de marzo prohibió su comercialización y frenó una inversión de 300 millones de dólares que Philip Morris planea en su fábrica de Merlo, para ampliarla y dotarla de una nueva línea de producción.
"En Argentina lo prohibieron en marzo sin explicar. Pensábamos una inversión de 300 millones de dólares para empezar a producir los recargables, las unidades de tabaco consumibles, pero de la noche a la mañana el ministerio de Salud prohibió el producto. Nosotros vendemos cigarrillos y tenemos una fábrica en Merlo, ahora, ¿por qué no podemos producir un producto menos dañino? Yo creo que por ideologías o intereses creados", dice a MDZ Matías O`Farrel, vicepresidente de Asuntos Exteriores para América Latina de Philip Morris.
Productos de tabaco calentado: qué son y cómo funcionan
Este producto tiene un tamaño similar a un cigarrillo común y aloja unidades de tabaco consumibles. El artículo fue aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EEUU (FDA por sus siglas en inglés) y también por el National Health Service del Reino Unido y por su similar de Japón.
La OMS, sin embargo, aún no dio su visto bueno. El dispositivo recibe el nombre de IQOS y calienta unidades de tabaco (HEETS) que contienen una mezcla de tabaco. El calor le llega mediante una lámina de calentamiento que no alcanza a quemar el tabaco.
Andrea Costantini es la directora de Relacionamiento Científico para las Américas de la compañía y en conversación con MDZ sostiene: "La nicotina, contrario a lo que todos creen, no es lo más nocivo, no es lo que hace tan letal al tabaco. Como dice la FDA, las mezclas de sustancias tóxicas y cancerígenas que se generan al quemar el tabaco son las verdaderas causales del daño que sufre el fumador. Después de que se elimina el agua y la nicotina, los compuestos que libera la combustión son los que hacen el daño".
Constantini amplía: "Cuando se quema el tabaco, se generan más de seis mil sustancias. El humo del cigarrillo es denso, pesado con muchos compuestos, mientras que el aerosol del tabaco calentado es más liviano, y las sustancias tóxicas cancerígenas están reducidas. Esa diferencia se logra al calentar el tabaco sin quemarlo, por debajo de los 400 grados centígrados, el calentamiento evapora la nicotina presente en la hoja del tabaco y con el agua y el glicerol genera un aerosol, que es lo que vehiculiza la nicotina a los pulmones, para absorberlo permitiéndole al fumador el ritual muy similar al uso del cigarrillo, con la salvedad de que este aerosol tiene 95% menos de sustancias tóxicas que el cigarrillo común, eso es lo que termina inhalando".
Mirá el video sobre el humo de tabaco quemado vs. el aerosol
Mercado cerrado en la Argentina
Según datos oficiales, en el mundo hay más de 1.000 millones de fumadores, mientras que en la Argentina son unos 7 millones de fumadores activos. Hacia ellos va dirigida esta propuesta que busca generar un impacto nocivo menor en la salud. O`Farrel remarca que en esta campaña para introducir el tabaco calentado en mercados cerrados como el argentino la información es fundamental.
"La gente tiene que estar informada de lo que está consumiendo, en este dispositivo hay tecnología detrás, hay que educar al consumidor y hay que sumarle la manera en la que le llegas a la gente. La tecnología nuestra lleva cierto tiempo adquirirla y necesitás del regulador (la política en este caso) que te permita explicar qué es lo que hay detrás, y todo está basado en la evidencia científica que lo avala, sino es imposible que la persona sepa qué consume".
"En Latinoamérica siempre estamos un poco retrasados, usamos recetas proteccionistas para algo que queremos evitar. Hay distintos intereses creados que evitan la innovación y la vanguardia, y yo no puedo seguir encerrándome, lo que tenemos que hacer es hablar sobre lo que va a pasar dentro de 10 años, hablar con los gobiernos para saber qué se necesita para avanzar", plantea O`Farrel.
Y agrega que "Argentina está quedando relegada en todo esto, tenemos una fábrica en Merlo y ofrecemos una inversión de 300 millones de dólares, pero no. Armás una regulación que afecta la industria legal que quiere invertir en la Argentina, perjudicás la inversión. Nosotros queremos destinar 120 millones (de dólares) en maquinaria y 180 millones para la expansión de la fábrica, con inclusión de laboratorios, área de exportación y calderas".
Hoy ese proyecto de inversión, que daría trabajo a unas 400 personas, sigue frenado desde marzo. En el país la venta de cigarrillos electrónicos está prohibida desde 2011, lo cual derivó en un mercado negro considerable.
"Si vos te quedás con el no de la política y de los intereses creados, te vas quedando aislado y a la vez se forman mercados paralelos que no pagan impuestos, que contrabandean, que no sabés qué le venden al fumador. Pero tus vecinos te empiezan a rodear, porque Chile aprobó una ley favorable al tabaco calentado hace poco, Uruguay los habilitó también, en Paraguay también se venden, lo mismo en Bolivia. Colombia tiene una regulación interesante. En Brasil todavía lo tienen prohibido, pero quieren tapar el sol con un dedo. Como te van rodeando, te van a obligar a tomar una decisión, vos no podés tener a todos tus vecinos vapeando y en Argentina no. Nadie se explica", indicó.
Según números de Philip Morris, hoy el 35% de sus ingresos netos globales provienen de la venta de tabaco calentado. En mercados como EE.UU., Japón, Reino Unido e Italia las ventas de estos dispositivos orillan entre el 30 y el 40%. "Somos nosotros los que aplicamos ciencia en nuestros productos, tuvimos que presentarle a la FDA un documento con miles de páginas para documentar la ciencia que evidencia que estos productos tienen un riesgo reducido, que tienen menos contaminantes que un cigarrillo, 95% menos de tóxicos y además es un dispositivo cerrado como cualquier producto de Apple, no le podés meter cualquier cosa", resume O'Farrel. La empresa apunta a ser sustancialmente una compañía de productos libre de humo para el 2030.
Cuánto cuesta cada dispositivo
La estrategia comercial se diseña según cada mercado. Por un lado, están las unidades de tabaco que toman como referencia el precio de los paquetes de Marlboro, mientras que el dispositivo tiene un valor de entre 60 y 120 dólares, "Hay q ver el tema de los impuestos a los electrónicos. En Argentina tenés un 27% sólo en IVA, más el resto de los aranceles", acota el vicepresidente de Asuntos Exteriores. En la empresa consideran que hacer un producto de riesgo reducido debería tener menos impuestos, porque el impacto en la salud de la población es menor.
Política de sustentabilidad
Paulina Villegas, directora regional de Sostenibilidad para PMI, sostuvo a MDZ que "la sustentabilidad es un eje que atraviesa toda nuestra gestión, porque somos conscientes de que la única forma de ser realmente sustentables es pensando en el largo plazo y en toda la cadena de valor". Agregó que "nuestra estrategia de sustentabilidad se basa en tres pilares: operar con excelencia, cuidar a las personas con las que colaboramos, y proteger el medioambiente".
"Creemos que para lograr un futuro sostenible es imprescindible promover un ambiente laboral seguro e inclusivo para nuestros colaboradores, propiciar condiciones laborales justas que garanticen el respeto a los Derechos Humanos en nuestra cadena de valor y vincularnos con actores clave para asegurarnos de crear valor en las comunidades de donde obtenemos tabaco, tomando en cuenta sus necesidades, características y expectativas", concluyó Villegas.