Precios descontrolados

El dato de inflación de hace 30 años que hoy provoca envidia

Octubre confirmó que la inflación sigue fuera de control. Un problema que la Argentina no puede superar. Hace 30 años se iniciaba una etapa de estabilidad. En noviembre de 1991 se producía un hito en la lucha contra la suba de precios. El indice costo de vida perforaba el piso de 1%.

Horacio Alonso
Horacio Alonso viernes, 12 de noviembre de 2021 · 08:00 hs
El dato de inflación de hace 30 años que hoy provoca envidia
Foto: Bloomberg

El índice de costo de vida de 3,5% conocido ayer confirma que la Argentina está viviendo un proceso inflacionario que no parece tener control. La suba del “blue”, su impacto en los precios, es el tema dominante en los mercados de las últimas horas.
Sin embargo, este mes, se cumplen, exactamente, 30 años de un hito argentino en materia antinflacionaria que muestra la realidad distinta que se vivía entonces comprada con la actualidad.

En noviembre del 1991 el índice de inflación había logrado, por primera vez ese año, perforar el piso de 1%. El costo de vida de ese mes había caído al 0,4%. Según reflejan los medios de la época, ese era el nivel más bajo de los últimos 18 años y se conseguía después de dos estallidos hiperinflacionarios. La expectativa, entonces, era hasta dónde iba a bajar la inflación y no, como ahora, hasta dónde va a subir.

En abril de ese año había comenzado a regir la ley de convertibilidad y se iniciaba un período de freno a la suba de precios. Ese mes, la inflación había caído al 5,5% del 11% de marzo. La tendencia bajista se consolidó en los meses siguientes hasta romper el piso de 1% en noviembre e iniciar una década de estabilidad.

En un discurso de ese año, el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo explicó las bases de la política que iba a permitir ese logro. Una estricta disciplina fiscal y un control monetario severo. Sólo se permitiría la emisión con respaldo en oro o divisas. “El valor de nuestra moneda está, sin duda, perfectamente asegurado y nadie tiene que temer por la evolución futura de la paridad. El peso, que a partir del primero de enero, valdrá igual que el dólar es una moneda destinada a perdurar con ese valor por muchos años. Me atrevo a decir por décadas”, dijo en cadena nacional. 

No llegó a tanto, pero marcó los 90' con la paridad 1 a 1. El contraste con la actualidad es evidente. La emisión está descontrolada y el país está lleno de billetes que pierden valor día a día.

“Cuando me dirigí a ustedes, los primeros días de mayo, para evaluar el curso de los precios en el mes de abril, les dije que a pesar que habíamos logrado bajar drásticamente la tasa de inflación, aún no teníamos ganada, de manera definitiva, la batalla por la estabilidad. Hoy debo reiterarlo”, advirtió Cavallo como un presagio.

En el punto central de ese discurso, explicó la diferencia entre la suba de precios, generada por el descontrol de las variables económicas, y la que se genera por un aumento abrupto de la demanda sin la correlación de una mejora de la oferta, como sucedía en esos meses del 91.

Todo un mensaje en estos tiempos, 30 años después: “Se trata de fenómenos que no pueden confundirse con la inflación originada en el déficit fiscal y la emisión monetaria. La única forma de evitar estos aumentos y erradicar este tipo de inflación es a través de la mayor competencia y del control que puede hacer cada uno de ustedes. El Gobierno no lo debe ni lo puede hacer. Permítanme ser muy claro en esto. Cada uno de ustedes tiene una herramienta en sus manos, cada uno de ustedes decide cómo y cuándo usan sus australes. No deben comprar lo que resulte caro, lo que haya aumentado mucho. Tienen que buscar las alternativas más baratas. Fíjense bien a dónde compran. Hay algunos comerciantes que compran con márgenes exagerados. A ellos les pedimos que, por su propia conveniencia y por el bien de todos, elijan vender más en vez de cobrar más. Pero en definitiva son ustedes, las familias, los consumidores, quienes tienen que hacerlos cambiar de actitud. Dejen de comprarles. Esto es lo que sucede en todos los países estables del mundo. Allí donde hay estabilidad es porque el Gobierno hace sus deberes en materia fiscal y monetaria, pero las familias también los hacen, cuidan su dinero y se fijan muy bien en qué lo gastan. Yo les aseguro que ustedes y nosotros nos lo proponemos, firmemente, esta vez nos transformares en un país estable para siempre”.

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