"Cuanto más dure la crisis por el coronavirus y el petróleo, peor será para la Argentina"

El derrumbe de los mercados bursátiles por el impacto de la pandemia del coronavirus y la nueva crisis del petróleo traería consecuencias negativas para la Argentina en el mediano y largo plazo, según anticipó el economista y especialista en finanzas internacionales Luis Palma Cané.

"La pandemia del coronavirus provoca desde principios de enero un elevadísimo grado de incertidumbre porque nadie sabe bien cómo y cuándo terminará, y como la incertidumbre es el peor enemigo de los mercados se produjo lo que se llama ‘flight to quality’, una salida masiva por los inversores de los mercados más riesgosos para refugiarse en los menos riesgosos, lo que deriva en una caída de los mercados bursátiles y monedas de países emergentes y baja de los commodities, por temor a una mayor desaceleración global", expresó el economista en declaraciones al programa No tan millennials, de MDZ Radio.

A ello se le sumó el reciente conflicto entre Arabia Saudita y Rusia por la baja del precio del petróleo, causado por la decisión del reino árabe de aumentar la producción de hidrocarburos baratos ante la negativa del país euroasiático de recortar la oferta para contener la caída de los valores WTI y Brent. "Ahora no sabemos hasta cuándo va a llegar la bajada del precio del petróleo que arrastra también al resto de las commodities", apuntó.

Respecto al impacto que tendrían estos eventos en la Argentina, Palma Cané aseveró que "cuánto más dure la pandemia y el desequilibrio petrolero, más será el efecto negativo para la Argentina, tanto porque bajan los precios de las commodities y se complicarán las exportaciones, como porque la predisposición que tenían los acreedores antes de esta crisis para hacer una refinanciación amigable, ahora será mucho menor".

Para el economista, la administración de Alberto Fernández no está afrontando la situación como debería: "Este gobierno lo único que está pensando es ver cómo puede seguir traspasando ingresos del sector privado al sector público porque necesita un superávit fiscal para pretender algún tipo de refinanciación, pero en vez de hacerlo como Dios manda bajando el gasto público, siguen aumentando el gasto público y los impuestos".

"Si en el gobierno logran que el país crezca con esta incertidumbre y con estos niveles de inflación, gasto y transferencia del sector privado al público, habría que darles un Premio Nobel", ironizó.

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