Un caos: ¿quién se hace cargo de todo lo que le están haciendo pasar al hincha de la Lepra?
Lo que tendría que ser una fiesta se termina transformando en sufrimiento. A los organizadores de la Copa Argentina no les importa nada el hincha.
La cola de los hinchas de la Lepra en el Gargantini.
El viernes 24 de octubre, Independiente Rivadavia venció a River Plate en el Mario Alberto Kempes de Córdoba, en una de las semifinales de la Copa Argentina y se metió en la final del certamen. Desde ese día hasta hoy, los organizadores se cansaron de ningunear y de faltarle el respeto a los hinchas de la Lepra.
Con un apuro llamativo, sospechoso y que generó un montón de suspicacias, confirmaron que la final, ante Argentinos Juniors, se iba a jugar el miércoles 5 de noviembre. Raro. Demasiada ansiedad para programar una final que habitualmente se juega a fines de noviembre o principios de diciembre. ¿Algún apuro por conocer al ganador de la Copa? Puede ser.
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En una sociedad golpeada económicamente, es inevitable no pensar en el bolsillo de quienes hicieron el esfuerzo de viajar a la semifinal y deseaban hacerlo a la final. En tan pocos días, muchos no podrán recuperarse. Otros, harán un esfuerzo imposible y estarán de igual manera. Pero no deja de ser un despropósito.
Tras conocerse la fecha, pasaron varios días en los que no se ponían de acuerdo los dirigentes respecto a la sede. Recién el jueves, a 5 días de la final, anunciaron que el Juan Domingo Perón, de Instituto de Córdoba, era el escenario. La distancia, el día y la hora (21.10), obligan a quienes trabajan a tomarse 2 o más días para poder viajar. Para muchos es imposible. Ni hablar si se tiene en cuenta el poco tiempo con el que confirmaron todo.
Como si todo esto fuera poco, los hinchas ahora tienen que soportar el sistema arcaico que propone la organización para la venta de entradas, luego de que confirmaran que serán 6.500 las ubicaciones disponibles (aunque podrán ser un poco más).
Por algún motivo, que jamás dieron a conocer desde la organización, las entradas no se venden por algunas de las aplicaciones disponibles y los hinchas deben hacerlo de manera presencial. Una locura.
Este sábado, muchos se acercaron al Bautista Gargantini a hacer largas colas hasta el lunes que comienza la venta, para no quedarse sin su lugar en el estadio. Todo, absolutamente todo, puede hacerse de mejor manera pensando en el hincha. Pero no hay ganas, no hay predisposición. Y la única víctima termina siendo la gente, la que hace el esfuerzo siempre por no abandonar, por no claudicar a pesar del desastre que es todo.
Queda esperar a que esto cambie algún día. O armarse de paciencia y bancar, como siempre, porque por ahora no se ve la luz al final del túnel.
Así hicieron filas los hinchas de la Lepra para obtener su entrada (Video Argentina FC)
