Los Pumas no son sólo garra, corazón y huevos
El triunfo fue gratificante y por primera vez en el país. Pero hay bastante más que una victoria en estos Pumas.

El triunfo por primera vez en Argentina frente a loa All Blacks constituye un triunfo muy importante para el seleccionado nacional, por ser el primero como local y por la trascendencia e historia del equipo neozelandés.
Es importante señalar que el mismo no se baso solamente en el corazón, hambre de ganar, la tradicional garra de los Pumas o en su reconocido coraje( huevos para la tribuna).
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Hubo atributos más importantes, que vienen asomando hace tiempo con la conducción técnica de Felipe Contepomi, extraordinario ex centro del equipo nacional y que viene demostrando un crecimiento interesante como head coach. Conoce la esencia y el alma Puma desde adentro y le está insuflando características y dotes al juego colectivo, que de consolidarse aventuran tiempos promisorios en el futuro.
Todavía falta estabilizar ese estilo, que tiene una permanente vocación ofensiva como estandarte, puesto que el mismo es oscilante y así como luce deslumbrante en algunos partidos, en otros aparece disminuido. Falta regularidad, pero está y no es obra de una excepción o casualidad.
Confianza de cada jugador en sí mismo y atributos técnicos y físicos: cada integrante del plantel, en su totalidad, juega convencido que tiene en forma individual y colectiva las capacidades para enfrentar a cualquier adversario en las mismas o mejores condiciones técnicas y físicas.
Hay respeto y consideración hacia todo rival, pero no minusvalía en su auto consideración ni precaución o trabas condicionantes para desempeñar e intentar imponer el propio juego de equipo.
Lo demostraron en el impactante triunfo sobre los British Lions y lo ratificaron ayer frente al conjunto negro.
Determinación y seguridad en los enfrentamientos individuales: en este aspecto, cualquiera sea el adversario, los jugadores asumen el contacto y la disputa física individual con la convicción y seguridad de que van a imponerse. Hay jugadores emblemáticos en este sentido. Pablo Matera, Santiago Chocobares, el capitán Julián Montoya, Joaquín Oviedo, Juan Manuel González, Marcos Kremer, Mateo Carreras, asoman como los abanderados del contacto personal, pero ninguno del resto se siente disminuido en esta faceta. Convencidos y seguros en imponerse en los duelos personales.
Constante vocación ofensiva, partiendo de juego elaborado y entrenado y también con impronta espontánea: los Pumas han incorporado naturalmente a su juego un ataque sostenido con juego de manos y uso del pie, desde todos los sectores de la cancha. Los backs lo hacen repetidamente y en el juego desplegado se suman forwards con habilidades de tres cuartos.
Este estilo y la convicción en aplicarlo convierten al seleccionado en rival complicado para los mejores equipos del mundo. Deben estar atentos y seguros defensivamente para contrarrestar el ataque Puma permanente en cualquier momento y desde cualquier sector del campo de juego.
Faceta novedosa e importantísima sumada a los atributos tradicionales.
Juego planificado especialmente, para marcar en las cercanías del ingoal adversario: ayer quedó demostrado en el try elaborado por Pablo Matera y concretado por el medio scrum García.
En un scrum cercano al ingoal adversario, la pelota se obtuvo de una formación estable y firme. Pablo Matera como octavo, corrió con su habitualmente decisión y fortaleza, atropellando y dejando en el suelo a tres adversarios. Presto, entrenado y atento “Gonchi ” García, medio scrum, levantó la pelota y se zambulló a centímetros del ingoal para anotar el try. Elaborado y concretado.
Lo mismo ha sucedido con diversos tries obtenidos a partir del line out. Si se suma el continuo ataque de los backs desde toda posición el equipo muestra un apetito ofensivo favorable y auspicioso.
Unidades del juego consolidadas: sociedades del juego comienzan a lucir afianzadas y confiables. La más notoria es la pareja de medios.
Gonzalo García, medio scrum hábil, rápido y corajudo y Tomás Albornoz, medio apertura conforman una pareja conductora estable y confiable. El apertura agrega tranquilidad de veterano y seguridad en los envíos a los postes. El medio scrum es aguerrido, atento y rápido sobre la pelota y valiente y dispuesto en los enfrentamientos con jugadores de talla imponente.
La tercera línea, tanto titulares como suplentes, también juega como unidad confiable. Lo mismo sucede con los tres de atrás y con la pareja de centros y los wines. Equipo más afiatado en unidades y colectivamente.
Mejoras a obtener y consolidar: es cierto que el juego del equipo nacional es oscilante. A un desempeño destacado y deslumbrante le suele suceder una actuación de bajo nivel. Ocurrió en varias oportunidades. El año pasado se derrotó a Nueva Zelanda en su país y en la revancha el equipo fue goleado.
Lo mismo ocurrió este año: A la resonante victoria ante los “Leones británicos”, luego se produjo la decepción de dos derrotad frente al segundo equipo de Inglaterra como local. Es imperioso estabilizar un juego regular competitivo y constante.
El scrum merece consideración especial. Quizás sea el aspecto más débil del juego. Duele y confunde porque Argentina siempre fue reconocida por su potente juego de scrum. Se nota la carencia de pilares de experiencia, fortaleza y técnica necesarias para la posición. También coordinación de los ocho integrantes. Tema del que ocuparse.
Por último hay que afinar la ansiedad y el control para evitar cometer penales innecesarios, que terminan en puntos en contra enfrentando rivales de categoría.
Los Pumas volvieron a dar alegría a los amantes del rugby y orgullo a todos los argentinos. Lo hacen con mayor asiduidad y desplegando un juego vistoso y moderno.
Son jugadores argentinos nacidos de clubes amateurs de todo el país y con un entrenador también argentino, médico,, que también comenzó su gran carrera en un club amateur. En Argentina se consigue.
Respeto, admiración, ejemplo y orgullo por ello.