Igual que Colapinto: otros pilotos "rebeldes" que desobedecieron a sus equipos (y tuvieron consecuencias)
Franco Colapinto se suma a una lista de pilotos que priorizaron el instinto sobre las órdenes del box: algunas de las desobediencias más recordadas.
Carlos Reutemann protagonizó uno de los actos de rebeldía más recordados de la Fórmula 1.
X @PasiontuercaEl GP de Estados Unidos dejó una imagen que rápidamente dio la vuelta al mundo: Franco Colapinto desobedeciendo la orden de Alpine de no adelantar a su compañero Pierre Gasly. La maniobra, celebrada por los fanáticos y cuestionada por el equipo, revivió una vieja discusión en la Fórmula 1: ¿Debe un piloto obedecer siempre, incluso cuando siente que puede más?
A lo largo de la historia de la categoría, las órdenes de equipo han provocado tensiones, fracturas y, en algunos casos, momentos legendarios. Desde Carlos Reutemann en 1981, pasando por la icónica rivalidad entre Senna y Prost, hasta llegar al propio Hamilton y su lucha con Rosberg (y por qué no, Lando Norris y Oscar Piastri en la actualidad); varios pilotos decidieron seguir su propio instinto, aun cuando eso significó desafiar a sus equipos y compañeros.
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Reutemann y el “Jones-Reut”, una desobediencia que marcó su carrera
El 29 de marzo de 1981, Carlos Reutemann protagonizó uno de los actos de rebeldía más recordados de la Fórmula 1. En el Gran Premio de Brasil, bajo la lluvia, ignoró la orden de su equipo Williams que le pedía dejar pasar a su compañero Alan Jones, campeón vigente.
En la vuelta 55, el cartel fue claro: “Jones-Reut”. Pero el argentino no levantó el pie y se llevó la victoria en Jacarepaguá, su undécimo triunfo en la máxima categoría.
“No vi el cartel”, dijo en ese momento, aunque años después admitió: “Claro que vi las señales, lo vi todo. Pero si hacía caso, era más digno volver al box y despedirme de las carreras. Desobedecí. Y volvería a hacerlo”.
El acto de rebeldía le costó caro: el equipo británico nunca volvió a apoyarlo del mismo modo y perdió el campeonato ante Nelson Piquet por un punto. Aquella jornada quedó como una advertencia sobre las consecuencias de romper la disciplina interna de un equipo.
Senna vs. Prost: el día que McLaren se rompió en dos
Durante la temporada de 1988, la relación entre Ayrton Senna y Alain Prost dentro de McLaren fue tan intensa como competitiva. Ambos luchaban por la gloria en pista, pero con un respeto mutuo que parecía sostener el equilibrio interno del equipo. Sin embargo, aquel vínculo estaba destinado a romperse, y el Gran Premio de San Marino de 1989 sería el punto de quiebre definitivo.
Después de haber abandonado en la primera carrera del año en Brasil por un toque en la salida, Senna y Prost revivieron un viejo pacto: no atacarse hasta superar la primera curva de la carrera. Así había ocurrido en varias oportunidades durante 1988, cuando el brasileño propuso evitar riesgos innecesarios al comienzo.
En la largada de Imola, el acuerdo se cumplió: Senna tomó la delantera y Prost lo respetó hasta la frenada de la curva Tosa, la primera gran oportunidad de sobrepaso. Pero el destino interrumpió todo. Un grave accidente de Gerhard Berger en la curva Tamburello —que terminó con el Ferrari envuelto en llamas— obligó a detener la competencia. Por fortuna, el austríaco solo sufrió heridas leves, aunque el incidente derivó en una nueva partida.
En la segunda largada, los McLaren volvieron a ocupar la primera fila, pero esta vez Prost saltó al frente rumbo a Tosa. Fue entonces cuando el brasileño decidió ignorar el pacto: se pegó a su compañero en la succión y lo adelantó en la primera frenada. Desde ese momento dominó la carrera, mientras el francés, frustrado, terminó más de 40 segundos detrás y con un trompo que agravó su retraso.
La tensión explotó fuera del asfalto. En el podio, Prost evitó celebrar, no asistió a la conferencia de prensa y abandonó el circuito enfurecido. Incluso llegó a amenazar con su retiro inmediato, por lo que Ron Dennis, jefe del equipo, intervino para mediar entre ambos. Senna aceptó disculparse durante un ensayo privado en Pembrey.
Con el tiempo, el francés reveló que Senna “había llorado de rabia” al sentirse presionado para admitir una culpa que no reconocía. Aquella confesión se filtró a la prensa y convirtió la interna de McLaren en un escándalo público: la sociedad más dominante de la Fórmula 1 se había quebrado para siempre, dando inicio a una de las rivalidades más intensas de la historia de la categoría.
Barrichello-Schumacher, la polémica orden de Ferrari
El Gran Premio de Austria de 2002 es recordado como uno de los momentos más controvertidos de la Fórmula 1 moderna. Aquella tarde del 12 de mayo, en el circuito A1-Ring de Spielberg, Rubens Barrichello lideraba con un dominio absoluto sobre su compañero de equipo, Michael Schumacher.
Ferrari atravesaba una era de oro: el alemán había ganado cuatro de las cinco carreras previas y ya casi duplicaba en puntos a sus rivales. Pero el brasileño, que había conseguido la pole position y resistido todos los ataques de Schumacher, se encaminaba a una victoria merecida, la segunda de su carrera en la F1 después de Alemania 2000.
Sin embargo, desde el muro, el jefe de equipo Jean Todt transmitió una orden inequívoca: Barrichello debía cederle la posición a Schumacher para favorecerlo en la lucha por el campeonato. El brasileño se resistió durante varias vueltas, pero finalmente, a metros de la línea de meta, levantó el pie y permitió que su compañero cruzara primero, con una diferencia de apenas 0.187 segundos.
El gesto fue recibido con una mezcla de indignación y abucheos en las tribunas. Incluso en el podio, la escena resultó incómoda: Schumacher subió a Barrichello al escalón más alto, intentando compensar la injusticia deportiva, mientras los fanáticos reclamaban explicaciones.
La FIA sancionó a Ferrari con 1 millón de dólares, acusándola de “dañar la imagen del deporte”, y desde entonces prohibió las órdenes de equipo directas.
“Multi 21”: Vettel y Webber, la batalla interna en Red Bull
El 24 de marzo de 2013, en el Gran Premio de Malasia, Red Bull vivió su propio terremoto. El equipo ordenó a Sebastian Vettel mantener posiciones detrás de Mark Webber con el famoso código “Multi 21”. Pero el alemán ignoró la instrucción, atacó y superó a su compañero en una maniobra agresiva.
“Sabía que Seb iba a gestionar el asunto a su manera”, escribió Webber en su autobiografía. Por su parte, Vettel fue claro: “Pedí disculpas al equipo, pero no por ganar. Me encanta competir y eso es lo que hago”.
Aquel desencuentro selló la relación entre ambos y evidenció que, incluso en un equipo ganador, las órdenes no siempre pesan más que el deseo de victoria.
Hamilton y Rosberg: compañeros, rivales y enemigos
El Gran Premio de Hungría 2014 quedó marcado por una de las decisiones más comentadas de Lewis Hamilton dentro de Mercedes. Nico Rosberg había conseguido la pole position, mientras que Hamilton se vio obligado a salir desde el Pit Lane tras un incendio en su monoplaza durante la primera sesión de clasificación debido a una fuga de combustible.
A pesar del contratiempo, el británico luchó para avanzar en la pista. Cuando el coche de seguridad reorganizó la carrera a mitad de competencia, Rosberg quedó detrás de Hamilton, pero con una estrategia de neumáticos distinta y más fresca. Fue entonces cuando el equipo solicitó a Hamilton que cediera posición a su compañero, consciente de que Rosberg tendría que parar nuevamente antes de finalizar la carrera.
Hamilton, sin embargo, se negó a disminuir la velocidad. Argumentó que había trabajado duro desde la última posición y que no estaba dispuesto a sacrificar su esfuerzo para favorecer a Rosberg. La decisión permitió que Hamilton mantuviera la tercera posición, bloqueando a su compañero tras la segunda parada en boxes y evitando que recortara terreno en las vueltas finales.
Tras la carrera, Mercedes reconoció que la maniobra de Hamilton probablemente impidió la victoria de Rosberg, aunque no se tomaron medidas disciplinarias.




