Los dos motivos por los que Mendoza no tendrá final de Copa Argentina

Finalmente, el partido final de la Copa Argentina no será en Mendoza. Vélez Sarsfield y Central Córdoba jugarán por la gloria en cancha de Unión de Santa Fe, en un cambio de sede que sorprendió a todos pero que tiene dos motivos claros y bastante coherentes que lo justifican.

La organización del certamen fue la encargada de emitir el anuncio. Por cuestiones de logística, tiempo y distancia, Santa Fe queda más cómodo que Mendoza tanto para el Fortín como para el Ferroviario. Teniendo en cuenta que el encuentro es en día de semana, para los santiagueños serán 645 kilómetros a recorrer (y no 891) mientras que para los porteños serán solo 647 km (y no 1050).

Sumado a que el encuentro cae en día de semana (miércoles por la noche), para los de Liniers también queda más cómodo dentro de su fixture, teniendo en cuenta que jugará en el mismo escenario el sábado previo (contra el Tatengue, por la fecha número 26 de la Liga Profesional).

El otro motivo, que tiene relación directa con la decisión que tomó Mendoza, tiene que ver con el partido en sí. Con el enorme respeto para dos instituciones como Vélez y Central Córdoba, la final no sería a sala llena, al menos en el Malvinas Argentinas. Es una cuestión lógica: en nuestra provincia no abundan los hinchas de esos clubes, sumado al antecedente del Fortín en la semi de Córdoba, donde tuvo poca concurrencia en el Kempes. Si Boca Juniors pasaba, la cosa era distinta, porque el Xeneize (como River Plate) llenan cualquier sede en los distintos puntos del país.

Recibir un partido de este tipo es mucho más que un evento deportivo: para la provincia significa turismo, hotelería y gastronomía en esos hinchas que dejan dinero para las arcas de Mendoza. El esfuerzo para ser sede de un encuentro de este tipo debe justificarse en números, por más frío que suene, y esta final no lo ameritaba.

De esta manera, la decisión le cuadra a todas las partes involucradas: a Mendoza por lo mencionado, a la organización porque tenía el pedido de los clubes de cambiar y a los propios equipos, que venían en Santa Fe una opción mucho más amigable. Caso cerrado.