Los 7 casos más polémicos de futbolistas que jugaron en Boca y River
Se supo que Fernando Gago llamó a Juanfer Quintero e inmediatamente se recordaron los casos de Gareca y Ruggeri y otros traspasos entre Boca y River. Los siete casos más controversiales.
En estos días se conoció que Fernando Gago, flamante entrenador de Boca, llamó nada menos que a alguien que hizo historia en la vereda de enfrente para intentar seducirlo para llegar al Xeneize. Juan Fernando Quintero, ex River y gran protagonista de la que fue la final de la Copa Libertadores en Madrid en 2018, tiene una gran relación con Gago porque lo dirigió en Racing, su actual club. Y Pintita hizo uso de esa confianza para activar una bomba que resonó en Boca y también en River. El recuerdo de los casos más polémicos de jugadores que vistieron las camisetas de ambos clubes, de Juan José Lopez a los inolvidables casos de Ricardo Gareca y Óscar Ruggeri.
Juan José López – 1983
Juan José López llegó a River con 12 años. Pasó de ser “9” en las inferiores a jugar de volante por derecha y vivió toda una vida en el Millonario. Debutó en 1970 y estuvo hasta 1981, período en el que hizo 81 goles en más de 450 partidos y ganó siete títulos. Y fue protagonista del primer gran bombazo (en el amateurismo esto era más frecuente): en 1983, después de una temporada en Talleres de Córdoba, JJ López pasó a Boca. Se había ido muy mal de River, incluso llegó a afirmar que el club había hablado de una “enfermedad terminal” para justificar el telegrama que le mandaron. Una vez, habló sobre cómo se gestó aquel traspaso: “Fui a la oficina donde trabajaba Guillermo Coppola. Apenas llego, Guillermo me dice: `Tengo equipo para vos´. Yo no quería quedarme parado y le digo `dale, decime´. Ahí, él hace una pausa y me dice: `Boca´. Yo pensé que me estaba cargando, pero no. Me entró a dar manija con todo lo que en River habían dicho de mí y toda esa historia. Hablé con Faraone (DT de Boca) y recién cuando él me confirmó que me quería y que iba a tener lugar en el equipo, firmé para Boca. Yo quería jugar”. En el Xeneize, López estuvo solo un año.
Ricardo Gareca y Óscar Ruggeri – 1985
Boca vivía en la década del 80 una profundísima crisis institucional que casi acaba con la Bombonera rematada y que incluyó huelgas de los futbolistas que no cobraban su sueldo. Y en el verano de 1985 todo explotó cuando dos de sus grandes figuras, que habían sido campeones en el Metropolitano 1981, pasaron a River sin escalas: Óscar Ruggeri y Ricardo Gareca. El Tigre había estado 7 años en Boca y el Cabezón, 5. Fueron intercambiados al Millonario por Julio Olarticoechea y Carlos “El chino” Tapia. Fue el caso más polémico y recordado de futbolistas que cambiaron de vereda, tapa de El Gráfico en varias ocasiones; y fue de a dos. Gareca estaría en River un año, pero Ruggeri, cuatro, y sería campeón de la Copa Libertadores y de la Copa Intercontinental. “Nosotros nunca quisimos ir a River. A Boca le dimos todas las facilidades para quedarnos. Nos quedábamos por la mitad de lo que nos daba River, pero vinieron todos los cheques para atrás”, expresó alguna vez el Tigre, que recordó que les gritaban “traidores” incluso cuando enfrentaban equipos que no eran Boca.
Rubén “Polillita” Da Silva – 1993
El uruguayo Rubén “Polillita” Da Silva, hermano de Jorge, apodado “Polilla”, jugó como delantero en River entre 1989 y 1993 y ganó un título (1989-90). En realidad, fueron dos ciclos, porque entre 1991 y 1992 emigró al fútbol europeo. El segundo de ellos concluyó con polémica, porque en 1993 se fue sin escalas de River a Boca. Aunque su pasó por el Xeneize no sería tan bueno (13 goles en 65 partidos), Da Silva jamás se arrepintió y, de hecho, no titubeó a la hora de recordar esa época. “Cuando llega una oportunidad así, no se duda en ningún momento. Cuando mi representante me avisó que había un interés concreto del club, le dije que vaya con todo para adelante”.
Claudio Paul Caniggia – 1995
Debutó como profesional en River Plate, en la temporada 1985-86, y después de 57 partidos en tres temporadas y cuatro títulos (entre ellos una Copa Libertadores y una Copa Intercontinental), Claudio Paul Caniggia emigró al Hellas Verona de Italia. Luego, llegaron los Mundiales de 1990 y 1994, las Copa América y todo lo hecho con la Selección argentina. Fue en 1995, ya erigido como símbolo de nuestro fútbol, cuando el Pájaro decidió regresar a la liga de su país… pero llegó a Boca, el clásico de aquel club en el que había debutado, de la mano de su amigo Diego Armando Maradona. No tuvo lugar al principio con Silvio Marzolini como DT, pero en 1996, cuando llegó Carlos Salvador Bilardo, se acercó a su mejor versión, la que consagró en un 4-1 a River en el que marcó tres goles y dejó una imagen imborrable: el pico con Maradona. Caniggia nunca tuvo pelos en la lengua y llegó a decir hace unos años sobre el club del que surgió: “A River le pasó (irse a la B), a Boca nunca le pasó y obviamente que es imposible de olvidar”.
Julio César Toresani – 1996
Julio César “El huevo” Toresani tiene una característica: no solo jugó en Boca y River, sino que también en Unión y Colón de Santa Fe, clásico de la provincia. Entre 1991 y 1995 vistió los colores del Millonario y ganó tres títulos. Pero en 1996 Carlos Salvador Bilardo lo llevó a Boca, a donde llegó salpicado por algunas críticas por dos razones: por su pasado riverplatense y por el recordado pleito que había tenido con Maradona, en la que el Diez lo había invitado a una pelea en su casa de La Habana y Segurola. El 25 de octubre de 1997, con la 7 en la espalda y en el último Superclásico de Maradona, Toresani anotó el 1-1 parcial ante River y lo festejó como si no hubiera tenido un pasado en Nuñez. Boca ganaría 2-1 con un tanto de Martín Palermo.
Gabriel Cedrés – 1996
El uruguayo Néstor Gabriel Cédres llegó al fútbol argentino en 1983 y tras un año en Argentinos Juniors pasó a River, donde estuvo tres temporadas y anotó 13 goles. Pero no se sintió valorado y en 1996 no dudó: firmó con Boca. “Fue algo raro lo que me pasó. Yo tenía 26-27 años cuando pase de River a Boca, pero, bueno, yo sentí que no quisieron que me quedara en River y por eso me fui a Boca. Aparte, a mí me gustó el proyecto que tenía con Bilardo”, explicó una vez. En el Torneo Apertura 1996, en un duelo ante River que el Xeneize ganaría 3-2, Cedrés desató una polémica. Anotó de penal el 2-1 parcial y fue a dedicarle el gol a Maradona, que festejaba desde la tribuna. Pero lo hizo a unos metros del banco de suplentes de River y algunos especularon con que era un mensaje para el entrenador Ramón Díaz. Cedrés se justificó: “Yo tengo muy buena relación con Ramón Diaz, no le grite el gol a él en La Bombonera, se lo grité a Diego. Se armó una película que no fue… ¿Cómo voy a morderle la mano al que me dio de comer?”.