El problema de la Selección: ¿nombres o funcionamiento?

La Selección argentina de fútbol atraviesa el peor momento de las últimas décadas en cuanto a Eliminatorias Sudamericanas se refiere. Si culminaran hoy, el conjunto Albiceleste estaría obligado a ver la fase final de la Copa del Mundo por televisión.
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Argentina ha estado ausente en cuatro citas desde el primer campeonato disputado en Uruguay en 1930 a esta parte: Francia 1938, Brasil 1950, Suiza 1954 y México 1970.
El equipo que comanda Edgardo Bauza se ubica en el sexto puesto de la tabla de posiciones, fuera de los boletos directos y del repechaje rumbo a Rusia 2018, aunque con una cuestión más preocupante, más allá de las estadísticas cuando promedia la ronda clasificatoria: el funcionamiento.
En estos tiempos que corren y con la merma futbolística en las últimas fechas, en Argentina se ha optado por conjeturar sobre quién debe entrar o salir del equipo. Las diversas opiniones son válidas, aunque lo cierto es que el nudo del presente es más complejo y no se trata de apellidos.
La Selección no viene jugando bien, inclusive en el debut de Edgardo Bauza en Mendoza y ante Uruguay. En aquel momento, Messi deslumbró y solo por este motivo no menor Argentina se terminó quedando con los tres puntos. La Selección conseguía la cima provisoria en las posiciones. Luego todo sería tortuoso para el subcampeón de América, cosechando pobres empates en Venezuela y Perú y la derrota en Córdoba ante Paraguay.
Leo en Mendoza. El único que puede cambiar la historia, independientemente del juego colectivo.
En estos momentos es cuando la gente empieza a pedir por uno, por otro, que se retire tal o que no juegue más tal otro. Nadie puede negar de las cualidades de Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín, Ángel Di María, etc. Futbolistas cuestionados cada vez que pisan el país y alabados en distintos puntos del mundo.
¿Pero, es casualidad que todos jueguen mal en la Selección argentina? Claramente la respuesta es no. Indefectiblemente se trata de un andamiaje poco aceitado que frustra las capacidades individuales. En un deporte tan colectivo como el fútbol prima el funcionamiento sobre la jerarquía individual, aunque esta última, a veces, termina cambiando resultados y tapando falencias.
Argentina debe crecer en su funcionamiento y a partir de esto se incrementará el rendimiento individual. Afianzar una identidad de juego, cuestión que hoy por hoy parece una de las aristas más complicadas.
Se viene dos fechas sumamente vitales para el equipo en su afán de meterse en la fase final de la Copa del Mundo. Brasil y Colombia serán rivales de fuste y el resultado será clave en busca del objetivo, pero más sustancial será encontrar la identidad y el funcionamiento futbolístico tan deseado.