Fuego cruzado

El Polo Obrero acusa a la CGT de militar el ajuste tras la llegada de Sergio Massa

Eduardo Belliboni atacó duramente a los referentes de la CGT: "Militan el ajuste", sentenció tras conocer las promesas de Sergio Massa como ministro de Economía.

Pedro Paulin
Pedro Paulin viernes, 5 de agosto de 2022 · 08:30 hs
El Polo Obrero acusa a la CGT de militar el ajuste tras la llegada de Sergio Massa
Foto: TELAM

El Polo Obrero es hoy la fuerza de choque más numerosa de los movimientos obreros, representa los intereses de los que quedaron sin posibilidad de protesta producto de la alianza entre la CGT y el Gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. La incomodidad que expone la izquierda es sencilla: un acuerdo de paz entre la CGT histórica y el Gobierno es lo que hace que no haya marchas ni grandes manifestaciones en contra del oficialismo a pesar del desastre de los números de la Economía y el crecimiento sostenido de la pobreza.

Así, mientras Héctor Daer y Carlos Acuña intentan sostener las bases quejosas de obreros que ven sus salarios caer, la izquierda dura -donde hay más planes sociales y menos empleo formal- tensa la cuerda y patea el tablero en busca de una recomposición salarial, aumento de planes y aumento nominal de ingresos por plan al universo de los llamados “planeros”. 

El mundo de la central obrera se encuentra con el Polo Obrero que encabeza Eduardo Belliboni en un sentido claro: cada vez es más imperioso exigir paritarias y no sumas fijas por un lado, y extender el universo de quienes cobran un sostén dado que no alcanza y alimenta entonces la economía informal. Dirigentes de izquierda y gremiales consideraron ante consultas de MDZ que el escenario obligatoriamente con la llegada de Sergio Massa abre un compás de espera, aunque reconocen que el tiempo es corto. 

“La CGT está militando el ajuste de los trabajadores como siempre, como hizo Moyano durante el kirchnerismo y como hacen ahora con Cristina, Alberto y Massa, son empleados de Massa algunos”, dijo Eduardo Belliboni a este medio refiriéndose a Carlos Acuña, parte del triunvirato de la CGT y amigo personal del exintendente de Tigre y ahora ministro de Economía, Producción y Agricultura.

En rigor, la caída del salario producto de las paritarias no es sustantiva. En general, los gremios vienen capeando la tormenta a base de “pedidos explícitos” como desde la CGT definieron a este diario que le hicieron a Claudio Moroni.

La semana que viene los movimientos sociales confluyen en una mesa de trabajo que probablemente desemboque en una serie de marchas y acampes en la Ciudad de Buenos Aires que, una vez más, volverá a ser indómita e intransitable. Si la CGT no siente respaldo del Gobierno, no es raro pensar en una situación de protesta conjunta. No en un acampe, pero sí en coincidencias discursivas de quienes todavía hablan de socialismo y los "gordos cegetistas" que los despreciaron desde la caída del muro de Berlín.

Será, entonces, una prueba más para la capacidad de aunar posiciones característica de Sergio Massa, quien trabajará junto a Claudio Moroni para descomprimir la situación y evitar que el albertista Juan Zabaleta pague los platos rotos.

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