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Prepara auténticos suspiros españoles: receta de merengues sencillos con solo 4 ingredientes

Prepara esta receta imbatible de suspiros. Es perfecta para disfrutar de unos dulces bocadillos totalmente deliciosos y tradicionales de España.

Estos suspiros españoles te dejarán, sin dudas, suspirando
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Esta receta de suspiros es un clásico de la repostería española, especialmente popular en conventos y fiestas tradicionales. Ligeros, dulces y delicados, estos bocadillos se elaboran a base de claras de huevo y azúcar. Esta comida tradicional se destaca por su sencillez y por lograr un resultado crujiente y etéreo. ¡A cocinar!

Tradicionalmente, esta receta se cocina a baja temperatura para secar el merengue sin dorarlo.
Tradicionalmente, esta receta se cocina a baja temperatura para secar el merengue sin dorarlo.

Tradicionalmente, esta receta se cocina a baja temperatura para secar el merengue sin dorarlo.

Ingredientes (rinde 30 suspiros aprox.)

  • Claras de huevo: 3 unidades

  • Azúcar: 200 gramos

  • Azúcar glass: 50 gramos

  • Jugo de limón o vinagre blanco: ½ cucharadita

  • Sal: 1 pizca

  • Extracto de vainilla: opcional, ½ cucharadita

Paso a paso para lograr unos suspiros deliciosos

  • Precalienta el horno a 100 °C.

  • Coloca las claras de huevo en un bol limpio y seco.

  • Agrega la pizca de sal y comienza a batir hasta que espumen.

  • Incorpora el jugo de limón y continúa batiendo hasta punto de nieve firme.

  • Añade el azúcar poco a poco, sin dejar de batir.

  • Agrega el azúcar glass y la vainilla, mezclando suavemente.

  • Coloca la preparación en una manga pastelera.

  • Forma pequeños montículos sobre una bandeja con papel para horno.

  • Hornea durante 90 minutos, hasta que estén secos y crujientes.

  • Apaga el horno y deja enfriar dentro con la puerta entreabierta.

La receta de suspiros tiene origen conventual y se elaboraba como forma de aprovechar claras sobrantes.

De la cocina a la mesa

Los suspiros son uno de esos dulces que destacan por su ligereza y elegancia. Esta receta demuestra cómo ingredientes simples pueden transformarse en una preparación delicada y muy apreciada. Su textura crujiente por fuera y su interior seco los convierten en el acompañamiento ideal para café, o postres con crema. Además, se conservan muy bien en recipientes herméticos, lo que los hace prácticos para preparar con anticipación. ¡A disfrutar!