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Gelatina y colágeno: el aliado barato que muchos subestiman para cuidar el cuerpo

La nutricionista Andrea Sancandi explica por qué la gelatina sin sabor ganó espacio en los planes de alimentación y cómo usarla para sumar colágeno.

La gelatina es una gran aliada para estimular la producción del colágeno.

La gelatina es una gran aliada para estimular la producción del colágeno.

La gelatina, ese postre asociado a la infancia y a las dietas hipocalóricas, acaba de salir del rincón “light” para instalarse en la conversación sobre salud. Cada vez más personas preguntan por su relación con el colágeno y por su lugar frente a los suplementos comerciales que copan las farmacias.

La licenciada en Nutrición Andrea Sancandi (matrícula 1709) lo ve a diario en su consulta. “El tema de la gelatina está en auge por la comparación con los colágenos hidrolizados comerciales que aparecieron en el mercado”, resume en diálogo con MDZ.

Un alimento sencillo, bajo costo y muchos efectos

Para Andrea Sancandi, el punto de partida es entender qué hay detrás de ese polvo aparentemente simple. “Es un alimento a base de colágeno que proviene de tejidos animales como huesos y piel, y además es muy bajo en calorías”, explica. Según detalla, la gelatina sin sabor aporta aminoácidos que colaboran con varias funciones: “Tiene beneficios para articulaciones y huesos, ayuda a la salud de la piel, las uñas y el cabello porque aporta los aminoácidos que favorecen la hidratación y el crecimiento del pelo”.

La nutricionista también marca su impacto digestivo. Señala que la gelatina “protege la mucosa del estómago, favorece la digestión y genera saciedad”, lo que la vuelve útil en planes para bajar de peso, siempre que se elijan versiones adecuadas. Su recomendación es clara: optar por fórmulas sin azúcar, neutras o light, que concentren más colágeno y no sumen calorías innecesarias.

Si observas cambios en la piel, fatiga inusual o dolor en las articulaciones, es hora de aumentar el colágeno. Foto: Archivo
Si observas cambios en la piel, fatiga inusual o dolor en las articulaciones, es hora de aumentar el colágeno. Foto: Archivo
Si observas cambios en la piel, fatiga inusual o dolor en las articulaciones, es hora de aumentar el colágeno. Foto: Archivo

Cómo y cuánto consumir para notar cambios

El entusiasmo alrededor de la gelatina crece, pero Sancandi insiste en que los resultados no son mágicos. Ella pauta dosis concretas a sus pacientes. “Lo que recomiendo es consumir 10 gramos por día: cinco gramos a la mañana en ayunas, que se absorben mejor, y cinco gramos a la tarde”, detalla. Esa segunda toma puede incorporarse en infusiones, jugos, yogures o recetas dulces, siempre que el producto se disuelva, bien primero en agua fría y luego en caliente.

Los tiempos también cuentan. La especialista aclara que el efecto no es inmediato y varía según el tejido. En su experiencia, los cambios en piel y uñas pueden verse “entre las tres y las seis semanas”, mientras que en articulaciones el beneficio suele demorarse “entre seis y doce semanas”. En cambio, en la digestión las mejoras llegan antes: “En pocos días muchas personas notan que les mejora mucho la digestión”, indica. Para quienes buscan sumar masa muscular, aconseja combinar la gelatina con una fuente de proteína, como yogur o lácteos, para potenciar la síntesis de colágeno.

gelatina sin sabor

Gelatina o colágeno hidrolizado: qué diferencia hay

La comparación con los colágenos hidrolizados comerciales aparece en casi todas las consultas. Andrea Sancandi admite que esos productos tienen una ventaja técnica. “El colágeno hidrolizado, al estar fraccionado en aminoácidos, se absorbe mucho mejor, alrededor de un 80 a 90%”, explica. En cambio, calcula que la gelatina sin sabor “se absorbe en un 30 a 40%”, por lo que su efecto se ve más lento y a más largo plazo.

Aun así, la nutricionista defiende su uso por una razón muy concreta: el bolsillo. La define sin rodeos como “una opción económica” que puede incluirse en planes de descenso de peso y en estrategias de cuidado articular. En su consultorio la indica, por ejemplo, combinada con infusiones como flor de Jamaica, que permiten sumar sabor sin añadir azúcar. Eso sí: aclara que los beneficios se sostienen únicamente si el consumo es regular y forma parte de una alimentación equilibrada.

Un punto clave que remarca Sancandi es la combinación con vitamina C. “Sí o sí se debe mezclar con vitamina C para que se active y se absorba mejor”, subraya. Eso puede lograrse con jugo de limón, naranja, kiwi, frutillas o, en algunos casos, con suplementos de unos 500 miligramos. Preparaciones simples como gelatina sin sabor con agua y jugo de limón resultan, según la especialista, una manera accesible de apoyar la producción de colágeno. No reemplazan a una dieta completa ni a los cuidados médicos, pero sí ofrecen una herramienta diaria, barata y fácil de implementar para quienes buscan cuidar articulaciones, piel y digestión desde la cocina.