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El árbol ideal para el jardín: no ensucia, da sombra y llena la casa de flores

Para los amantes de la jardinería, este árbol puede ser una solución que aporta sombra, belleza y aroma con pocos cuidados.

El árbol del amor, ciclamor o Cercis siliquastrum se roba todas las miradas en el jardín. Foto: Shutterstock

El árbol del amor, ciclamor o Cercis siliquastrum se roba todas las miradas en el jardín. Foto: Shutterstock

Con la llegada de los días soleados y calurosos, los amantes de la jardinería buscan nuevas formas de mejorar sus espacios verdes. Además de cuidar las plantas que ya tienen, muchos optan por sumar especies que aporten color, aroma y sombra al hogar. Es aquí cuando plantar un árbol se convierte en la mejor opción.

Sin embargo, algunos pueden convertirse en un desafío con el tiempo: hojas que ensucian, raíces problemáticas o cuidados demasiado exigentes. Por suerte, existe una opción que combina belleza, practicidad y bajo mantenimiento: el árbol del amor, conocido científicamente como Cercis siliquastrum.

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Este árbol se caracteriza por su resistencia y la belleza de sus flores. Foto: Shutterstock

Este árbol se caracteriza por su resistencia y la belleza de sus flores. Foto: Shutterstock

Un árbol resistente y elegante

Su nombre ya anticipa su encanto. Este árbol, originario de la región mediterránea del sur de Europa y el oeste de Asia, es famoso por sus flores rosadas o blancas que cubren las ramas incluso antes de que broten las hojas. Es una elección perfecta para quienes desean sombra en verano y un toque de color en primavera.

Además de su estética, el árbol del amor se destaca por su resistencia. Tolera bien las bajas temperaturas, no requiere cuidados intensivos y es poco propenso a plagas o enfermedades. Por eso, es ideal para quienes disfrutan de la jardinería sin dedicarle demasiado tiempo.

Otro punto a favor es su tamaño: no supera los seis metros de altura, por lo que se adapta perfectamente a patios o jardines medianos. Sus flores se agrupan en racimos de tres a seis y suelen aparecer entre marzo y abril, decorando tanto las ramas como el tronco, un fenómeno conocido como caulifloria. Este árbol no solo embellece los espacios, sino que también aporta un aire romántico y natural que transforma cualquier jardín en un rincón especial.