Una radiografía de la capilla abandonada que se convirtió en un santuario de Maradona
En Agrelo, una antigua capilla abandonada fue intervenida con murales y frases de Maradona, mezclando fe popular, historia y arte urbano.
Murales del Diego transformaron una capilla olvidada en un nuevo símbolo de fe popular mendocina.
Alf Ponce Mercado / MDZSobre la calle San Martín, en Agrelo, Luján de Cuyo, una antigua capilla de adobe resiste al paso del tiempo y al abandono. Rodeada de viñedos, yuyos altos y silencio, la Capilla Nuestra Señora del Monte Carmelo hoy volvió a llamar la atención por un motivo inesperado: en este último tiempo se transformó en una iglesia maradoniana intervenida con murales y grafitis dedicados a Diego Armando Maradona.
Al llegar a la antigua parroquia se edifica una mezcla de pasado y presente. La estructura original sigue en pie, con paredes gruesas de adobe y techo alto, pero el interior está marcado por el deterioro, los escombros y la mugre que se ha acumulado en todos estos años. En contraste, las imágenes del Diego, sus frases y colores le dieron una nueva identidad a un edificio que parecía condenado al olvido.
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Una capilla olvidada que volvió a latir
La historia de esta capilla se remonta a fines del siglo XIX, cuando el terrateniente Francisco Suárez mandó a construirla dentro de su propiedad rural. Era una práctica habitual de la época: levantar un oratorio familiar que también funcionara como espacio de reunión religiosa para vecinos y trabajadores de la zona.
Durante décadas, el templo fue escenario de bautismos, casamientos y rezos cotidianos. Incluso albergó los restos de su fundador, como lo demuestra una lápida de mármol que algunos años atrás se conservaba dentro de la estructura. En 1939, su viuda, Mercedes Molina, donó la capilla al Arzobispado de Mendoza para que tuviera uso público.
Ese vínculo se fue diluyendo con los años. En 1980 se inauguró una nueva iglesia más cercana al centro de Agrelo y el viejo edificio quedó relegado. Desde entonces, la Capilla Nuestra Señora del Monte Carmelo inició un lento camino de deterioro, marcado por el abandono y la falta de mantenimiento.
Lo que quedó en pie
Aunque el paso del tiempo hizo estragos, la estructura original todavía se sostiene. Las paredes de adobe, el retablo del altar, la sacristía y la galería lateral con arcos orientados al norte siguen siendo reconocibles. El cielo raso de lienzo cuelga en pedazos y el techo de caña apenas se sostiene.
Durante años, el lugar estuvo cercado, tapiado y con el ingreso restringido. En imágenes de Google Maps de 2019 todavía se ve la cruz en el campanario, algo que ya no está. Hoy ya no hay bancos, santos ni campanas. La cruz desapareció y una viga caída recuerda el estado frágil del edificio. Aun así, el sitio conserva una calma particular, con la cordillera al fondo y la sombra de los árboles acompañando el silencio.
El Diego pintado en las paredes
Hoy, la capilla sumó una capa nueva a su historia. Artistas locales comenzaron a intervenirla con pinturas y grafitis dedicados a Maradona, transformándola en una iglesia maradoniana. Las paredes se llenaron de imágenes del Diez en distintas etapas de su vida y de frases que lo conectan con la fe popular.
“Al enemigo ni justicia” y “Yo me equivoqué y pagué” son algunas de las leyendas que hoy cubren el interior y el exterior del edificio. Ninguna de las pintadas está firmada, pero el proceso fue compartido en redes sociales por los artistas que participaron de la intervención.
Los encargados de darle esta nueva identidad al lugar son @teke_della_penna, @engarilla_, @omelis_dalmau (Melisa) y @plastiboy.inc (Gonzalo Martín Lanzilotta), quienes fueron mostrando el avance de los murales y las transformaciones del espacio.
La iglesia maradoniana del décimo día
Uno de los cambios más visibles está en la entrada. Allí se colocó un mosaico de azulejos celestes, blancos y amarillos que anuncia que el lugar es la “iglesia maradoniana del décimo día”. Ese cartel no estaba en 2024, cuando ya había algunas pinturas en el interior, pero todavía no existía esta identidad tan marcada hacia afuera.
El contraste es fuerte. Donde antes había adobe descascarado y abandono, ahora hay color, frases y símbolos que remiten a uno de los ídolos más grandes de la historia argentina. Maradona aparece como una figura religiosa, asociada a la fe, la lealtad y la redención.
Las pinturas del Diego le dieron actualidad a un espacio que tiene mucho más pasado que presente.
Un pasado que vuelve desde otro lugar
La capilla ya no cumple su función religiosa tradicional, pero la fe sigue siendo su corazón y motor, una fe distinta. Maradona le devolvió visibilidad y vida simbólica a un edificio que sólo conservaba recuerdos. Lo que fue, revive ahora desde otro ícono, profundamente arraigado en la cultura popular argentina.
En medio de la tranquilidad de la calle San Martín, con viñedos alrededor y la Ruta 7 a pocos metros, la vieja capilla sigue en pie. Abandonada, frágil, pero resignificada. Para muchos una forma de mantenerla viva cuando nadie más se ocupó.
Hoy, la Capilla Nuestra Señora del Monte Carmelo es también la iglesia maradoniana de Mendoza. Un cruce inesperado entre fe, historia, abandono y devoción popular, que vuelve a poner a este rincón de Agrelo en el mapa.






