Presenta:

San John Henry Newman, doctor de la Iglesia y co-patrono de una educación del corazón

Ratzinger vio en Newman a un doctor de la Iglesia clave para unir conciencia, verdad y educación: pensamiento y vida como un mismo camino cristiano.

Newman fue un maestro en conciliar temas aparentemente opuestos Fe y Razón, Autoridad y Conciencia, Desarrollo de la Fe e Historia.

Newman fue un maestro en conciliar temas aparentemente opuestos Fe y Razón, Autoridad y Conciencia, Desarrollo de la Fe e Historia.

Archivo.

Hace casi 30 años, en un profundo homenaje al Cardenal John Henry Newman, el Cardenal Joseph Ratzinger (quien más tarde sería el Papa Benedicto XVI) destacaba la figura del teólogo inglés como un "gran Doctor de la Iglesia" cuyo magisterio se extiende más allá del pensamiento, fundiéndose con la vida.

Sus enseñanzas sobre la conciencia y el desarrollo de la doctrina, según Ratzinger, son claves esenciales para la teología y la vida cristiana en la modernidad. Newman penetró en la realidad de la consciencia como no se había hecho hasta entonces. Combatió la idea generalizada, hoy relativista, de que la conciencia consiste en hacer lo que uno siente o prefiere. Explica que, por el contrario, esta es un don, un bien innato al hombre, impreso en lo más profundo de su alma: "Es un eco; un eco implica una voz; una voz implica una persona; una persona que es un otro distinto de mí mismo, que me mueve a actuar o sentir temor cuando su voz ha sido ignorada".

John Henry Newman: Pensamiento y Vida Fusionados

Para el Cardenal Ratzinger, la grandeza de Newman radicaba en la unión indisoluble de su intelecto y su existencia. “La característica de todo gran Doctor de la Iglesia, me parece, es que enseña no sólo mediante su pensamiento y su palabra, sino también con su vida, porque dentro de él, pensamiento y vida se funden y se definen mutuamente,” afirmaba Ratzinger, y continuaba: “Si esto es así, entonces Newman pertenece a los grandes maestros de la Iglesia, porque toca nuestros corazones y al mismo tiempo ilumina nuestro pensamiento”.

RATZINGER.webp
Para el Cardenal Ratzinger, la grandeza de Newman radicaba en la unión indisoluble de su intelecto y su existencia.

Para el Cardenal Ratzinger, la grandeza de Newman radicaba en la unión indisoluble de su intelecto y su existencia.

El Cardenal Ratzinger confesó que su propio acercamiento a Newman, que comenzó en 1946 al iniciar sus estudios de Teología, refleja la "presencia de este gran teólogo inglés en las luchas intelectuales y espirituales de nuestro tiempo". De hecho, ensayáramos una rápida respuesta a la pregunta de este artículo, podríamos decir que en Newman Pensamiento y corazón iban unidos. No era solo una persona que pensaba sino una persona que sentía. Pero como estaban unidos, no quedaba ni encerrado en elucubraciones separadas de la vida ni encadenado al relativismo y envoltorio vacío del sentimentalismo moderno.

La conciencia frente al totalitarismo

El contacto inicial de Ratzinger con la obra de Newman se centró en la teología de la conciencia, un tema que fue vital tras la devastación moral de la guerra. En su seminario de Freising, la tesis doctoral de su prefecto, Alfred Läpple, sobre Newman sirvió como piedra angular para un personalismo teológico liberador. El Cardenal Ratzinger rememoró la experiencia de haber vivido bajo la opresión totalitaria que "negaba la conciencia del individuo," citando a uno de sus líderes que decía: “Yo no tengo conciencia. Mi conciencia es Adolf Hitler.” “Por eso, nos resultó liberador y esencial saber que el ‘nosotros’ de la Iglesia no descansa en una liquidación de la conciencia, sino que, justo, al contrario, sólo puede desarrollarse desde la conciencia.”

Newman demostró que la conciencia es una "obediencia a la verdad objetiva," y no una senda de subjetividad. Este principio fundamental subyace a la autoridad papal: “la defensa de la ley moral y de la conciencia es su razón de ser”. Más tarde, al ser elegido Papa Ratzinger denunciaría la dictadura del relativismo, que no es solo en el campo teológico sino muy común en el ámbito educativo. Ese relativismo nos lleva a pasar de moda en moda pedagógica y no buscar un cambio para una mejora o innovación real sustentado en la verdad ontológica.

El desarrollo de la doctrina como clave histórica

Otro pilar en la influencia de Newman sobre Ratzinger es su enseñanza sobre el desarrollo de la doctrina. El Cardenal Ratzinger consideraba esta idea, junto a la doctrina de la conciencia, como la "contribución más decisiva a la renovación de la teología" de Newman: “Con esto, puso en nuestras manos la llave para construir un pensamiento histórico en el seno de la teología, o todavía mucho más: nos enseñó a pensar históricamente en teología, y así, a reconocer la identidad de la fe en todos los desarrollos”.

Este concepto está íntimamente ligado a la vida del propio Newman, quien vivió en un "permanente estado de conversión." Su famosa frase “Vivir es cambiar, y ser perfecto es haber cambiado con frecuencia” resume este camino, que Ratzinger compara con el de San Agustín, donde la vida cristiana es un constante “iter” (camino), y no una escalada lineal y fácil. Ratzinger enfatizaba que la idea de "desarrollo" en Newman es la interpretación de una "conversión nunca acabada," ofreciendo una guía para el camino la vida cristiana.

CARD NEWMAN.webp
Newman demostró que la conciencia es una

Newman demostró que la conciencia es una "obediencia a la verdad objetiva.

¿Por qué es un doctor de la Iglesia y co-patrono de la educación?

En primer lugar, por autoridad pedagógica y perdurabilidad teológica para todos los fieles. Es decir, un doctor de la Iglesia es ante todo un gran maestro con una gran enseñanza. Lo hasta ahora dicho y mucho más, lo demuestran. Newman fue un maestro en conciliar temas aparentemente opuestos Fe y Razón, Autoridad y Conciencia, Desarrollo de la Fe e Historia. En Newman vemos lo que tanto buscamos hoy en educación, unir pensamiento y vida, en todas las áreas. Fue el padre de la filosofía y educación personalista cristiana. Por ejemplo, podríamos decir que fue un pionero en la educación emocional razón y afectividad unidas, reflejados en toda una vida como aprendiz y enseñante, resumidas en su lema cardenalicio: “cor ad cor loquitur”, “el corazón habla al corazón”. Esto implica no solo “creer sólo con el intelecto, sino también con el corazón”. En palabras del Papa Francisco, ese triple lenguaje, cabeza, corazón y manos (CV 222), en letras del doctor y maestro Newman: “pensamiento y vida”. León XIV invitaba a los católicos del mundo al proclamarlo doctor: “Somos compañeros de escuela con un solo Maestro, cuya escuela y cátedra están en la tierra y en el cielo respectivamente”.

* Mg. Juan Manuel Ribeiro, especialista en educación.