Pozos de agua: construyen tapas para salvar vidas y cuidar el recurso fundamental para las familias
Haciendo Camino, junto a otras organizaciones, tapó los pozos de agua para prevenir accidentes y mejorar la calidad del recurso en Añatuya, Santiago del Estero.
Las familias de la zona no tienen acceso al agua potable por red y se abastecen de aljibes y perforaciones propias o comunitarias.
Haciendo CaminoHaciendo Camino, Ingeniería Sin Fronteras Argentina y la Cooperativa La Minga se aliaron para dar respuesta a una necesidad urgente en un paraje rural de Santiago del Estero: tapar los pozos de agua de diez viviendas para prevenir accidentes y mejorar la calidad del agua de las familias.
En Lote 58, un paraje rural ubicado a 45 kilómetros de Añatuya, Santiago del Estero, los pozos de agua abiertos forman parte de las casas. Allí, las familias se abastecen de aljibes y perforaciones propias o comunitarias porque no tienen acceso al agua potable por red. Sin embargo, esos mismos pozos que garantizan el suministro se habían convertido en una amenaza: quedaban al nivel del suelo, sin tapa, al alcance de los chicos que juegan en los patios y expuestos a todo tipo de contaminación.
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La tragedia ocurrió hace unos meses, cuando un bebé de la comunidad cayó en el pozo de agua de su casa y falleció, poniendo el problema en primer plano. El caso reveló lo que las familias ya sabían: la falta de recursos para cubrir los pozos los transformaba en un riesgo permanente, tanto para la seguridad de los niños como para la salud de toda la familia.
Una solución para los pozos de agua
Entonces comenzaron a buscar una solución concreta. La organización Haciendo Camino, que desde hace 19 años trabaja en el Norte argentino acompañando a familias en contextos de alta vulnerabilidad, recorre semanalmente el Lote 58 con programas de Desarrollo Infantil en Familia y Embarazadas. Desde ese trabajo territorial y desde el área social detectó la problemática de los pozos y convocó a otros actores para idear una intervención posible.
Así tomó forma la alianza con Ingeniería Sin Fronteras Argentina y la Cooperativa La Minga. El objetivo fue claro desde el inicio: construir y colocar tapas seguras de hormigón en los pozos de agua de diez familias del paraje en situación crítica.
En los parajes rurales de Santiago del Estero, un pozo sin tapa no es solo una obra inconclusa, sino también un riesgo cotidiano. Los niños suelen acercarse para mirar el agua, tirar piedras o jugar con el reflejo del sol. Cualquier tropiezo puede tener consecuencias irreparables. Al mismo tiempo, la falta de protección permite que ingresen tierra, basura, insectos y pequeños animales, afectando la calidad del agua que las familias usan para beber, cocinar, higienizarse y dar de tomar a sus animales.
Esto fue lo que hicieron
La alianza que lo hizo posible
Haciendo Camino hizo el relevamiento de las familias más expuestas, organizó la logística y acompañó el proceso junto a las familias del Lote 58. La selección de los hogares se hizo priorizando la presencia de niños pequeños y la cercanía de los pozos a las zonas de juego o circulación cotidiana.
Ingeniería Sin Fronteras Argentina, por su lado, aportó el diagnóstico técnico, el diseño y los estándares de seguridad para construir tapas resistentes, acordadas con las costumbres y necesidades de cada familia. La cooperativa La Minga, formada en 2023 por más de 20 constructores y trabajadores de distintos parajes del monte santiagueño, estuvo a cargo de la construcción en el territorio, articulando conocimientos técnicos con mano de obra local.
Al trabajo de las organizaciones se sumó la participación de varios integrantes de las familias que colaboraron con los albañiles en la construcción, la distribución de los materiales en las diez casas y en todo el proceso durante los días de obra. Siempre predispuestos y agradecidos, y recibiendo a los involucrados en sus propios hogares para los momentos de descanso y comidas.
Más seguridad en todo sentido
Raquel vive en el Lote 58 con su esposo, dos de sus cinco hijos y su nieta, Aruna. Tras la muerte de su hija, asumió la crianza de la niña y cuenta cómo la construcción de esta tapa cambiará la rutina y sobre todo, la tranquilidad de su día a día. “Con el aljibe estoy contenta porque voy a tener más seguridad para los niños. Siempre tengo que estar pendiente de mi nieta cuando sale a jugar, al no tener tapa es un riesgo. El otro día, los niños estaban mirando adentro del pozo, jugando con el reflejo del agua y tuve que salir corriendo a sacarlos de ahí”, cuenta Raquel.
El agua que se acumula en su aljibe suele salir turbia y teñida por la tierra. “Antes era más limpia, ahora sale con tierra y se junta en el aljibe. Nos duele el estómago y en el centro de salud de Añatuya me dijeron que hirvamos el agua antes de tomarla”, relata. En este contexto, tener una tapa no solo disminuye la posibilidad de accidentes, sino que también ayuda a reducir el ingreso de residuos y polvo, mejorando la calidad del agua disponible.
Pequeñas acciones logran grandes mejoras
Ayelén, una mamá de 22 años que vive en el Lote 58 junto a su abuelo y su hijo, esperaba con ansías que fueran a colocar la tapa en su pozo cuando se enteró del proyecto iniciado por las organizaciones. “Ahora que el pozo tiene tapa estoy más tranquila por Nemías y por los otros niños que vienen a jugar. Antes lo cubríamos con tablas y una ventana vieja para que no estuviera descubierto, pero incluso eso era peligroso para ellos”, destaca.
En total, se construyeron y colocaron tapas de hormigón en los pozos de diez familias del paraje. Cada tapa cumple una doble función: prevenir accidentes y proteger el agua que se usa a diario.
La experiencia de Lote 58 muestra cómo una intervención relativamente simple, pero diseñada en diálogo con la comunidad y apoyada en alianzas entre organizaciones sociales, equipos técnicos y cooperativas locales, puede transformar la vida cotidiana de quienes viven en contextos de aislamiento y vulnerabilidad.
Mucho más por hacer
Desde los caminos de tierra que se vuelven intransitables hasta los pozos que hoy están cubiertos, Lote 58 tiene muchas deudas pendientes. En ese escenario, una tapa de hormigón puede ser mucho más que un elemento de seguridad. Es una manera concreta de demostrar que, cuando distintos actores se articulan, las soluciones pueden llegar incluso a lugares que no aparecen en el mapa.
Podés conocer más sobre Haciendo Camino en https://haciendocamino.org.ar/ y comunicarte para hacer tu aporte para que más familias del Lote 58 puedan tener sus pozos de agua cubiertos a [email protected].




