Presenta:

Parley en el Río de la Plata: limpieza, información y arte para contrarrestar la contaminación

En diálogo con MDZ, Parley Argentina cuenta cómo contribuyen al cuidado del Río de la Plata a 50 años de que se declare como “zona de emergencia sanitaria”.

Parley desembarcó en Argentina en 2019. Foto: gentileza de Parley Argentina.

Parley desembarcó en Argentina en 2019. Foto: gentileza de Parley Argentina.

Hace 50 años atrás, en 1975, la Ciudad de Buenos Aires publicó la Ordenanza Municipal N° 32.716, que declaraba como “zona de emergencia sanitaria” a las playas ubicadas en la ribera del Río de la Plata. La medida se basaba, principalmente, en los altos niveles de contaminación que presentaba el agua.

Para los porteños y bonaerenses, bañarse en el Río de la Plata pasó a ser, entonces, algo que quedó inmortalizado en algunas fotografías viejas y en un recuerdo colectivo de “otra época”. Hoy por hoy, el río es intocable, y aquellas personas que se acercan a sus costas se disponen a hacer running, bicicleta, sentarse en el pasto a tomar mate o, a lo sumo, probar suerte pescando algo.

En definitiva, hay ciertos espacios que se logran aprovechar para realizar actividades recreativas. Sin embargo, el agua sigue arrastrando su contaminación y la situación es evidente: en medio de la calma y la tranquilidad propia del río, sus costas están llenas de botellas, bolsas, envoltorios, restos de prendas de ropa y mucho plástico.

Frente a esta situación, aquellos que pasan por el río pueden ver, algunos fines de semana, a un grupo de personas con pecheras y bolsas de residuos levantando la basura. Esta actividad, denominada “ limpieza”, es solo una de las acciones que realiza Parley.

“El fin principal es la protección de los océanos”, dice María Sackmann Sala, responsable de comunicación de Parley Argentina, en diálogo con MDZ. “Dos de cada tres respiraciones que hacemos provienen de los océanos, porque existen microalgas, como el fitoplancton, por ejemplo, que generan incluso más oxígeno que los bosques”, agrega.

“Todo lo que le puede estar pasando de malo a un bosque lo podemos ver. Si hay un incendio, por ejemplo, vemos el humo. Pero si se está dañando el océano, no lo vemos porque está debajo del agua. Hay mucha menos conciencia de lo que uno no ve”, explica.

parley argentina rio de la plata (2)
El agua sigue arrastrando su contaminación hacia la costa. Foto: gentileza de Parley Argentina.

El agua sigue arrastrando su contaminación hacia la costa. Foto: gentileza de Parley Argentina.

Parley, una red de colaboración en pos de proteger los océanos

En una definición más amplía, Parley es una “red de colaboradores”. “Le decimos así porque se trabaja con distintos sectores de la sociedad en pos de protección de los océanos. Entonces tenemos alianzas con marcas, tenemos actividades para voluntarios, donaciones particulares, se trabaja incluso con el gobierno”, dice Sackmann.

Parley nació en Nueva York en el 2012. Sus fundadores, los diseñadores industriales Cyrill Gutsch y Lea Stepken, comenzaron a plantear al plástico como un error de diseño: es un material que estaba pensado para durar muchísimos años, pero en la práctica se lo descarta en segundos. Empezaron a preguntarse entonces cómo se podía ayudar a solucionar ese problema y, particularmente, su repercusión en los océanos.

A partir de eso, pensaron una estrategia llamada AIR (por sus siglas en inglés “Avoid, Intercept, Redesign”): “En primera instancia, evitar todo el plástico que podamos, dejar de usar plásticos descartables e intentar reemplazarlos por alternativas reutilizables o biodegradables o de otros materiales; interceptar, como podría ser la limpieza de río, sacar del circuito al plástico que ya está en la naturaleza; y rediseñar, para que todo ese plástico que se intercepta, se pueda volver a insertar y que se deje de hacer tanto plástico virgen”, describe María. “El problema no es el material, el problema es que lo usamos en cosas que las usamos un minuto y que después las tiramos”, aclara.

Hoy por hoy, Parley está en 30 países, entre ellos Argentina. Desembarcó en 2019 de la mano del regatista Yango Lange. Su cabeza hizo un click cuando, en los entrenamientos para los Juegos Olímpicos, se percató de que les estaban dando cuatro o cinco botellas de plástico por día para que tomaran agua. Terminó entrando en contacto con la organización y fue líder de Parley Argentina hasta el año pasado, cuando le cedió el lugar a Rocío Prado. Además de María en comunicación, el equipo se completa con Victoria Rosker, encargada del voluntariado y del programa de educación.

Parley en Argentina: limpiezas, charlas en colegios, expediciones y arte

Hoy en día, Parley Argentina tiene cuatro programas principales: limpiezas, educación, expediciones y arte y museos. En el primero, se organizan limpiezas de playa para interceptar los plásticos que están en ecosistemas naturales, especialmente en Buenos Aires (Vicente López, San Isidro, Tigre).

“Por un tema de corrientes, la mayoría de la basura que viene del río termina en Buenos Aires y no en Uruguay. Vos vas a las costas de Montevideo o Colonia y no tienen tanto plástico como nosotros, por las corrientes. Entonces somos como un punto estratégico para sacar esa basura”, explica Sackmann.

“La basura parece medio inacabable, como que cada vez que vamos está igual de sucio que la vez anterior, porque volvió a subir y bajar el río y volvió a quedar la basura ahí. Pero lo importante de ir limpiando es por un tema también educacional, el impacto que genera ver que hay botellas, papelitos o encendedores. Es un tema más reflexivo de decir ‘bueno, ¿qué puedo hacer yo para que todo esto no llegue acá?’, como la importancia de estar más conectados con el río y lo que está pasando para poder hacer algo útil”, amplía.

parley argentina rio de la plata (3)
María Sackmann junto a Victoria Rosker en una limpieza en Península Valdés.

María Sackmann junto a Victoria Rosker en una limpieza en Península Valdés.

Además de las limpiezas, Parley Argentina viaja a otros puntos del país para conocer distintos territorios y personas y seguir tejiendo redes, como es el caso de Mar del Plata, Córdoba y Península Valdés. “Cada lugar al que fuimos tiene un problema distinto referido al agua, entonces está bueno ir viajando para ir conociendo distintos escenarios”, razona Sackmann. Por otro lado, en el programa de educación, Parley invita entre 300 y 500 jóvenes de edad escolar, ya sea de primaria o secundaria, a limpiar las playas, además de organizar charlas en los colegios.

Al estar fundada por dos diseñadores, la organización está muy atravesada por el arte y la creatividad. El programa de arte y museos plantea cómo llegar a distintas personas a través de instancias artísticas. Una exposición en un museo o una intervención en una feria, por ejemplo, son distintas formas creativas que usa Parley para llegar a las personas y que puedan conectar con los océanos aún estando lejos. “En febrero hicimos una muestra en un museo en Rosario, que era toda una experiencia inmersiva sonora del mar en la Patagonia, donde te ponías unos anteojos de realidad virtual y estabas nadando con los lobos marinos”; ejemplifica María. “La idea es que la gente conecte con lo lindo de los mares”, agrega.

Pequeños cambios que dan esperanza

¿Hay realmente un cambio notorio? “Ver que hay empresas y un montón de lugares que van haciendo distintos cambios en sus productos, en sus packaging, en sus hábitos, en lo que promueven, me hace pensar que claramente hay un cambio estructural que se va dando poco a poco”, responde María.

“También veo un montón de hábitos en las personas que van cambiando: las botellas reutilizables, el shampoo sólido. No me parece que sea por una moda, me parece que es porque hay un porcentaje de la población que le interesa que sea algo sostenible en serio. Eso sí me da un poco de esperanza”, concluye.

Aquellas personas interesadas en sumarse como voluntarias o realizar alguna donación, pueden consultar el siguiente link.