Oscar David, así piensa el fundador del grupo económico bajo su nombre
La serie de entrevistas con su familia cierra con Oscar David ofreciendo su testimonio como fundador del grupo económico de Mendoza. El trabajo es salud.
Oscar David es un personaje mitológico de Mendoza y un hacedor de la economía de todos los días con un testimonio de vida empresarial muy rico como legado para rastrear el ADN de esta región en uno de sus protagonistas silenciosos.
Es el padre de la criatura y uno de los referentes económicos menos insoslayables para días de libre mercado y competencia.
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“No me acostumbro a quejarme”, dice, apenas le pregunto cómo anda. Y completa: “Digo que antes de dar lástima me quedo en la casa, así que cuando salgo de la casa soy todo alegría. Y es lo que hace funcionar lo que nosotros hacemos: un negocio que está en forma permanente en contacto con el público”.
Miles y miles de mendocinos han comprado en Oscar David en todas las versiones, incluso la más contemporánea. Muchos creen que esta historia empezó con sus hijos. Pero detrás de este fenómeno comercial peleando contra las multinacionales están él y su esposa.
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Oscar David
En esta entrevista el rey del comercio minorista de Mendoza habla sobre su historia, de cómo siempre desafió su propia realidad para hacer propio sus sueños y anhelos.
Trabaja desde los 17 años y lo sigue haciendo hoy a los 77, sin importar feriados, vacaciones o fines de semana. Su energía está puesta en brindar un servicio que mejore para los clientes que apuestan por su propuesta.
Conserva el mismo grupo de trabajadores que lo acompañó desde los primeros días aunque ha incorporando recursos humanos cada vez más profesionalizados.
Empresarios mendocinos
- Tenés 77 y empezaste a trabajar a los 17. Es decir, 60 años en actividad. ¿Qué significa el trabajo para vos?
- El trabajo para mí es una felicidad. Soy feliz trabajando. No me veo como un tipo que está sentado viendo televisión todo el día o en un café hablando de cualquier. Me gusta compartir con todos mis compañeros de trabajo, no me gusta decir empleados.
- ¿Seguís siendo el primero que entra y el último que se va? No tenés necesidad de hacerlo, ahora.
- No, no tengo necesidad. Pero sí hay un miedo que yo tengo (piensa). Es un miedo al fracaso, miedo de descuidar el negocio y que se nos caiga. Y más en estos momentos: hay como 600 personas que dependen de nosotros. No me tengo que permitir el lujo de hacer caer el negocio. Y no el primero que entra, ahora. Antes, sí. Nosotros abrimos a las siete de la mañana y ahora me he quedado un poquito. Estoy llegando a las ocho, ocho y media.
- Pregunté por el trabajo porque creo que Mendoza tuvo sus mejores momentos cuando la gente trabajaba, perseveraba, persistía. Ahora creo que eso no sucede.
- Como dije antes de empezar la nota no me gusta hablar de política. Pero creo que acá en Argentina nos han enseñado mal... la parte patronal con la laboral siempre ha sido una guerra. Yo creo que es un conjunto de trabajo, porque el emprendedor le pone todo: el capital, la idea, le pone muchas más horas que el empleado. Pero siempre parece que fuese mal visto el emprendedor. Acá tenemos libertad de independizarnos todos. Yo también trabajé y me independicé, pero te aseguro que trabajé 10 veces más que los demás.
- Yo creo que un empleado a veces le pasa mejor porque trabaja 8 horas, se va a la casa y duerme tranquilo. Nosotros, en cambio, estamos en la cama y a veces estamos pensando como cualquier emprendedor, cómo vas a arrancar el otro día, cómo vas a salir, qué vas a hacer. Te acostumbrás a una gimnasia hasta que ya es normal.
- El trabajo en equipo como una suma de energía, ¿no?
- Sí, sí, sí. El otro día estábamos hablando que el libro de quejas, si vos los ves, el 90 por ciento de los comentarios y un poco más son felicitaciones. Es ahí es donde marcamos mucho la diferencia con las multinacionales. Nosotros tenemos un capital humano que no lo tienen los demás.




