Los retratos del juez Bento en un día fundamental para su futuro

Este miércoles marca un antes y un después en un caso que sacudió como pocos a la opinión pública durante 2021. Desde la mañana -y tras algunos bizarros inconvenientes técnicos- el juez Walter Bento declaró en Tribunales en medio de la investigación que lo tiene como protagonista. ¿La causa? Una imputación por presuntas coimas en la Justicia Federal. Tras un encuentro puertas adentro donde se rumorea que hubo momentos de máxima tensión, el acusado salió y se tomó un respiro apenas pasadas las 15.

Fuentes confirmaron a este diario que no fue una indagatoria light. Parece que Bento optó por el tono que anticipaban sus últimos escritos legales: una mezcla de prosa picante con advertencias que por momentos rozan la injuria. De hecho, el acusado habría calificado de "corrupto" por lo menos dos veces en el transcurso de la jornada al juez a cargo del expediente, Eduardo Puigdéngolas. 

Además, Bento se habría referido a una extraña visita que -según él- le hizo a Puigdéngolas en el domicilio que tiene este último en San Rafael. En ese encuentro -que supuestamente tuvo lugar a principios de año- su colega le habría asegurado que se excusaría de agarrar la causa de las coimas. Eso finalmente no ocurrió, y tampoco se presentaron pruebas de que haya sucedido la hipotética conversación.

Por lo demás, quienes conocen a Bento relatan que hoy percibieron a un tipo diferente, más histriónico, acaso iniciado en las artes escénicas por un hombre que sabe tanto de Derecho Penal como de comunicación: su abogado Mariano Cúneo Libarona. 

El after

Por la tarde, el juez se sentó en una mesa ubicada en el interior de un café que queda en Pedro Molina y España. Se acomodó junto a sus abogados, el mencionado Cúneo Libarona y el letrado local Gustavo Gazali. También estaban otras dos personas, probablemente colaborando en la estrategia defensiva. 

Bento no está en una situación sencilla. El fiscal Dante Vega lo acusa, entre otras cosas, se haber sido jefe de una asociación ilícita que cobraba dinero a cambio de beneficios para imputados por contrabando o narcotráfico.

El expediente tiene a otros 24 imputados, que van desde abogados que han admitido la existencia de la banda hasta contrabandistas que confesaron haber pagado dinero. 

Y el sitio al que fueron Bento y su entorno para despejarse tiene su historia. El Café Bonito se encuentra exactamente donde antes funcionaba "el Argentino", una base conocida para los abogados que gastan suela en la zona. Varios testigos subrayan que en ese mismo comercio existía una mesa en la que siempre estaba Diego Aliaga, el asesinado ex corredor de aduanas que la fiscalía sindica como la mano derecha de Bento en la organización.

Buen día, muchachos

La defensa de Bento asegura que se trata de un caso de lawfare cuyo germen es el "odio enfermizo" que Vega sentiría por Bento. Sea como sea, se espera con ansias el resultado de la declaración de hoy, porque el juez acusado -que sigue en funciones en medio del escándalo- había prometido que iba a desmoronar uno por uno los cargos que pesan contra él.

Al finalizar la breve charla en el bar, alrededor de las 15.20, Bento pagó la cuenta y salió. Quedaron dentro Libarona y otra persona. El juez cuestionado caminó unos pocos metros, con la postura atildada que lo caracteriza, y en el borde de las escalinatas habló por primera vez a los fotógrafos que trabajan en el lugar: "bueno, muchachos, que tengan buen día", saludó.

Luego atravesó las puertas y se internó en el edificio que conoce como la palma de su mano.

Al rato se difundió un breve resumen de lo que el magistrado sostuvo en la indagatoria:

• Imágenes: Alfredo Ponce.