Entrevista exclusiva

Mendocina muerta en una comisaría de San Luis: "Mi hermana no se suicidó, la asesinaron"

En esta charla con MDZ, la hermana de Florencia Magalí Morales (39) asegura que la mujer fue ultimada en una comisaría de San Luis. "Ocultan información para que la causa se archive", acusa. A un año del crimen, destaca que "le mintieron desde el primer día". Sospechas de un femicidio en cuarentena.

Facundo García
Facundo García domingo, 4 de abril de 2021 · 09:46 hs
Mendocina muerta en una comisaría de San Luis: "Mi hermana no se suicidó, la asesinaron"
Sus allegados recuerdan a Florencia como una persona muy alegre

Al principio, a Celeste Morales no le avisaron que su hermana había muerto. La contactó por teléfono una amiga, el 5 de abril de 2020 alrededor de las ocho de la tarde, diciéndole que Florencia Magalí estaba detenida desde la mañana en Santa Rosa del Conlara, adonde se había mudado 3 años atrás. A esta amiga no le daban más información porque "no era familiar directo". 

Preocupada, Celeste siguió telefoneando desde su casa en Mendoza. Le aseguraban que su hermana estaba declarando. Llamó seis o siete veces, hasta que cerca de las 2 de la madrugada el comisario a cargo le respondió -sin ningún analgésico- que tenía que pasar a buscar a Magalí por la morgue de la ciudad puntana porque "se había suicidado".

La realidad es que la mujer había perdido la vida mucho más temprano. "A mí por las buenas me sacás lo que quieras. Pero con mentiras no. Y yo siento que me mintieron desde el primer momento", recuerda ahora Celeste.

Cosas que no cierran

En la mañana de aquel aciago domingo de cuarentena, Florencia Magalí Morales (39) andaba en su bici por las inmediaciones de la Comisaría 25ª de Santa Rosa y tuvo un intercambio de palabras con un efectivo. Se ve que algo no le gustó, porque dejó tirada su bicicleta en el asfalto y entró por sus propios medios a la seccional. Se supone que buscaba a un amigo que era policía y tenía su tarjeta de débito.

Horas después murió adentro de un calabozo -"el lugar había sido orinado por otro detenido", apunta Celeste- y, según un testigo, tras gritar varias horas reclamando porque quería volver con sus hijos.

Mañana habrá una marcha para pedir justicia 

"El día anterior yo había estado hablando con mi hermana y la noté contenta. Planeaba un viaje con la familia y todo", repasa Celeste, que está convencida de que mientras ella preguntaba qué había sucedido los asesinos de su hermana estaban organizándose para encubrir el crimen.

"Tras seis o siete llamados, me avisaron que tenía que ir a buscarla a la morgue -insiste-. Así como te lo cuento. Me estuvieron chamuyando toda la tarde y al final me dijeron esa frase. Textualmente".

El lunes se cumple un año de aquel episodio y habrá una marcha para pedir justicia: la cita es a las 11 en Ruta 148, a la altura del kilómetro 921,5 (Santa Rosa del Conlara). Mientras, Celeste asegura que "la causa está parada" y que esa inacción no es casualidad.

Florencia Magalí Morales tenía tres menores a su cargo.

Un femicidio "de acá a la China"

Durante la conversación con este diario, la hermana de la víctima repasará una y otra vez las instancias en las que -asegura- le mintieron para ocultar evidencia.

"Encima, el abogado defensor insiste con que hay que archivar la causa porque 'no se encontró nada'. Mentira. Acá hay pruebas que faltan, pero tenemos indicios de que se cometió un femicidio".

Florencia Magalí era la única prisionera en esas celdas

Ya la primera autopsia encendió las críticas. El forense no revisó la zona genital de Florencia Magalí. Y eso que la mujer había muerto sola y encarcelada, en medio de un ámbito repleto de varones. Los dos detenidos que se encontraban en la comisaría ese mismo día fueron trasladados a otra dependencia: Florencia Magalí era la única prisionera en esas celdas.

"El médico dijo que él suponía que estaba ante un caso de suicidio y no de abuso sexual. Así se excusó de haber revisado a mi hermana como correspondía, incumpliendo el Protocolo de Minnesota", declara Celeste. 

"Recién en la segunda autopsia, en la que actuaron cuatro forenses de los cuales uno era la doctora Vanina Elizondo, nuestra perito de parte, fue que se admitió que mi hermana estaba golpeada y que le faltaban los músculos, arterias y venas del cuello. Se los habían retirado", repasa la entrevistada.

Por otro lado, la ropa con la que ingresó Florencia a la comisaría nunca se encontró. Mientras la víctima estuvo detenida, una amiga le llevó otras prendas para que se cambiara. También desaparecieron. Al final del caso, nadie sabe de dónde salió la indumentaria con la que fue hallada la mujer muerta.

"Si hubiese sabido que mi hermana estaba golpeada, le hubiera pedido explicaciones personalmente al comisario"

"Me fui de Mendoza a Santa Rosa para averiguar qué había pasado. Cuando pedí la ropa de mi hermana, sencillamente no me la dieron. Quise ver su cadáver y me lo impedían. Al final pude: la habían envuelto de tal manera que sólo se le veía la cara: noté dos moretones en el pómulo izquierdo que quisieron ocultar. Así fue todo desde el inicio", recapitula Celeste.

"Si yo hubiese visto cómo estaba el cuerpo, todo golpeado, hubiera ido a pedir explicaciones al comisario", reflexiona.

El velorio

Cuando Celeste llegó a Santa Rosa para velar a su hermana, sintió que las autoridades locales la apuraban. "Me entregaron el cuerpo y me dijeron que tenía dos horas para el velorio. Y eso que éramos 5 o 6 personas en la sala. Incluso nos obligaron a cerrar el cajón, y nos dijeron que 'eran órdenes de arriba'".

Luego, rumbo al entierro, la familia de Florencia Magalí vio una camioneta policial que los acompañaba. "Es más: dentro del cementerio había policías que nos seguían", relata Celeste.

El comisario a cargo, Heraldo Clavero, le aseguró por aquel tiempo que iba a hacer una investigación seria. "Inmediatamente pidió el traslado a Córdoba. Sumamente sospechoso", señala Celeste.

Cuestión de tiempos

Repasando: por alguna razón Florencia Magalí Morales fue detenida aquel 5 de abril por la mañana. La llevaron a una médica para que la revisara. "La doctora anotó que Florencia estaba enojada porque quería ir a cuidar los tres niños que tenía a cargo; pero era consciente, era respetuosa y colaboraba con ella. No registró que tuviera ninguna lesión, salvo una pequeña marca en el cuello".

"La médica constató que Magalí no tenía lesiones, pero el cadáver denotaba que hubo golpes" 

Luego, como se dijo más arriba, el cadáver de Florencia mostró que estaba golpeada. Es decir que entre la visita a la médica y el instante en que se retira el cadáver hubo algún tipo de violencia que nadie ha relatado hasta ahora.

Celeste no se rinde: "Mi hermana tenía un amigo que trabajaba en la comisaría. Un hombre con el que yo estoy segura que no existía vínculo más allá de la amistad y algún tema laboral. Ese hombre no me ha hablado y yo creo que sabe qué fue lo que ocurrió. Tal vez mi hermana se enteró de algo que incomodaba a los policías de Santa Rosa".

"Nadie se suicida en una comisaría"

Hace poco se enviaron muestras a La Pampa para que otro médico forense determinara si Florencia Magalí había muerto por estrangulamiento o ahorcamiento.

La distinción es importante: serviría para saber si la mujer se suicidó o la mataron. "Nos dijeron que por el mal estado de conservación de las muestras no se puede determinar si fue una cosa o la otra", se indigna Celeste.

"Las arterias, las venas y los músculos del cuello desaparecieron; y ahí es donde había información importante sobre un posible estrangulamiento" 

Según ella, ya en abril de 2020 había muestras para enviar. "Se demoró el asunto a propósito. Por eso te digo que acá hay un sinnúmero de irregularidades", dispara. "Es verdad que había pandemia y restricciones. No obstante, acá se usó la cuarentena para justificar la inacción de quien tendría que haber investigado como corresponde". 

Celeste asegura que cuando se analizaron los restos de su hermana muerta, se alteró el surco que tenía en la zona cervical. "Desaparecieron partes de su cuello. Y ahí estaban las pruebas de que la estrangularon", enfatiza.

Ante las dudas, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación decidió constituirse como querellante junto a la familia de Morales, lo que abre una rendija de esperanza.

Entre tanto, la conversación oscila entre la bronca y las lágrimas. En ocasiones, los dos sentimientos se entremezclan con la idea de que se ha cometido un agravio contra alguien que ya no está.

"Y lo peor de todo, lo que más duele, es que entre los policías que estaban en la seccional 25ª no sólo había hombres sino también mujeres. Ellas han sido cómplices por omisión. Ojalá se animen a hablar: nadie se suicida en una comisaría", cierra Celeste. 

La convocatoria a la marcha del lunes.
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