Buscan al empresario desaparecido en cerros de La Crucesita: ¿Vive?

Entre secretos de sumario y allanamientos, con drones, caballos y hasta perros rastreadores, la Justicia Federal avanza en la búsqueda del empresario mendocino Diego Aliaga (51), quien desapareció el 28 de julio. Este viernes, el dato de un informante llevó a los efectivos policiales a La Crucesita (Luján). Se sospecha que estarían buscando el cuerpo del hombre.

Ahí, al borde del piedemonte, agentes de Investigaciones de la Policía de Mendoza y de la Federal recorren la zona. Hasta ahora la causa se investiga como un secuestro extorsivo. Pero el hecho de que el rastrillaje se produzca en esa área ya despierta varias versiones.

"Vimos llegar móviles desde las 9.30. Una camioneta traía caballos, otra motos, y así. Fueron decenas de policías, calculo que más de 20", contó a este diario Nicolás Ivars, un comerciante que se sorprendió al ver tanto movimiento. Ivars dice que notó que el grupo se internaba por senderos de La Crucesita "pero se metieron más allá, entre los cerros, como yendo a Cacheuta". 

El fiscal Fernando Alcaraz comandó la pesquisa. Entre tanto, los abogados defensores todavía no han podido revisar exhaustivamente la causa -por el secreto de sumario que se levantó hace pocos días- y los imputados siguen tras las rejas. 

Diego Barrera (50), su pareja Bibiana Sacolle (46) y los dos hijos de la mujer: Lucas (26) y Gastón Curi (28) están detenidos en Cacheuta y aún desconocen qué pruebas hay en su contra.

La trama

Diego Aliaga y Diego Barrera tenían algunos negocios juntos. El 28 de julio quedaron en reunirse para ir a ver una propiedad en Rodeo de la Cruz (Guaymallén) donde pensaban abrir una clínica de rehabilitación. Aliaga salió de su casa en Palmares -se cree que junto a una trabajadora sexual- y luego su rastro se pierde. Se dice, eso sí, que tiempo después Barrera ingresó en ese barrio privado a bordo de la camioneta que hasta ese momento estaba usando el hombre desaparecido.

Todavía resta desentrañar por qué usó el auto de su socio, y qué fue a hacer a esa vivienda. 

¿Y Aliaga? Es el gran interrogante. Al inicio de esta historia, alguien llamó a la familia para lanzar una frase que a estas alturas es un leit motiv: “Dejá de mover el avispero. Andá buscando un palo verde y ya te vamos a llamar". Por eso el hecho se investiga como secuestro. Igual, nunca más llamaron.

El fiscal Alcaraz ha solicitado numerosos allanamientos. El procedimiento de hoy, sin embargo, parece apuntar a una tesis pesimista, ya que algunas fuentes comentan que se está buscando el cadáver del hombre, que habría sido enterrado en ese sector periférico del Gran Mendoza. Como sea, al promediar la tarde seguían abiertas varias hipótesis.