Atraparon a otro sospechoso por el crimen del "bulín" del Centro

El domingo 31 de mayo, dos autos se estacionaron cerca de un departamento ubicado en Patricias Mendocinas 743 de Ciudad. De los vehículos bajaron cuatro hombres y dos mujeres. Y los varones ingresaron al edificio, subieron hasta un bulo en el que había prostitutas y mataron de un balazo en la cabeza a Marcos David Figueroa (36), quien se encargaba de la seguridad del lugar. Luego se fueron. Desde que ese plomo ingresó en el cráneo del fallecido, pasaron cosas. La última: una captura que se realizó esta tarde en el asentamiento "BAP" de Guaymallén.

La Fiscalía de Instrucción 18 venía siguiendo el rastro del sospechoso, llamado Martín Ezequiel Saravia (20). Las pistas conducían a Rodeo de la Cruz. Al llegar los policías, notaron que había un grupo de personas reunidas en la calle. Uno de los individuos tenía unos tatuajes característicos, que permitieron reconocerlo. Era Saravia.

Pero el sospechoso se avivó enseguida y logró escabullirse por los pasillos hasta meterse en una casa del asentamiento. Lo atraparon ahí mismo y lo trasladaron a la Comisaría 35°.

Varios implicados

La cantidad de personas involucradas hace que la fiscal Claudia Ríos Ortíz se enfrente a una investigación con ciertas complejidades. Sobre todo si se tiene en cuenta que hay tres menores bajo la lupa, dos de los cuales se presentaron en una seccional alegando, entre otras cosas, que no sabían que sus acompañantes iban armados el día del crimen. Por lo demás, la Ley los considera inimputables.

La Justicia también analiza cuál fue la participación de los adultos. Hace una semana se detuvo a Camila Ibarra, una muchacha de 20 años que se escondía en un domicilio de Guaymallén. Hoy fue el turno de Saravia, y para completar la lista faltaría dar con dos prófugos, otra mujer y un adolescente de 16 años.

Entre los interrogantes que flotan en el aire está el del móvil. ¿Por qué fue asesinado Figueroa? ¿Debía dinero, o fue un simple homicidio en ocasión de robo? Las tres testigos que estaban en el departamento dicen que los agresores se llevaron celulares, zapatillas y ropa. 

Sea como sea, la imputación que les cabe a los acusados es grave. El homicidio criminis causa -matar para ocultar un delito- prevé prisión perpetua.