Caso Murialdo: pidieron entre 8 y 10 años de prisión para el celador

Este miércoles a la tarde se llevaron a cabo los alegatos finales en el juicio contra Alejandro Salas, el celador del Instituto Leonardo Murialdo acusado de abusar de una nena de 4 años en los baños del instituto educativo de Guaymallén.

La fiscalía, representada por Cecilia Bignert, pidió 8 años de prisión para el acusado. La querella, por su parte, pidió 10 años; y la defensa, representada por los abogados Federico y Víctor Ábalos, solicitó la absolución lisa y llana de Salas.

Tras los alegatos, el Tribunal Colegiado, compuesto por los jueces Eduardo Martearena, Belén Salido y Mateo Bermejo, se tomará unos días para deliberar y decidir qué pena le corresponde a Salas. La fecha en la que se conocerá la sentencia aún no ha sido definida.

Salas está sospechado de haber atacado a una nena de 4 años en el instituto religioso donde trabajaba, por lo que permanece detenido bajo la modalidad domiciliaria.

La hipótesis de la Fiscalía es que el 2 de agosto de 2018, a las 14.14, Salas abusó de la niña en los baños de Murialdo. La defensa, por su parte, cuestiona la presencia de Salas en ese punto del edificio y sostiene que en ese momento estaba viendo un mensaje en un grupo de Whatsapp. Lo cierto es que las cámaras de seguridad muestran que la única persona que estaba en esa zona era justamente Salas.

Cuando la niña volvió a su casa ese día, su madre notó que no tenía ropa interior. “Alguien me tocó”, dijo la nena, y la mujer corrió a hacer la denuncia. En el Hospital Notti constataron que la nena tenía lesiones en sus zonas íntimas. A ello se le suma que, durante su declaración en cámara Gesell, la menor recordó que la había abordado un señor “con ropa marrón y avispas en la cara”, lo que podría coincidir con la indumentaria del celador y con las marcas que el hombre tiene en su rostro. Para colmo, los peritajes en el teléfono de Salas registraron más de 4000 visitas a sitios porno. 

No obstante, la defensa insiste en que Salas es inocente. Los letrados sostienen que la niña hacía dibujos donde se evidencia que sufrió abusos previos por parte de alguien de su entorno familiar.

El celador está imputado por abuso sexual agravado por acceso carnal y por la calidad de guardador. De ser encontrado culpable, recibiría una pena de entre 8 y 10 años de prisión.