Mendoza oficializó al buceo en altura como actividad de interés provincial
El Gobierno provincial promulgó la ley que declara al buceo en altura como actividad de interés, destacando su valor turístico y ambiental.
El buceo en altura fue declarado oficialmente actividad de interés provincial en Mendoza, a través de la Ley N° 9671, publicada recientemente en el Boletín Oficial. La medida reconoce su valor turístico, deportivo y ambiental, destacando al Dique Potrerillos como epicentro de esta práctica que viene creciendo desde hace más de dos décadas.
La iniciativa busca promover la provincia como destino de turismo aventura, sumando al paisaje de alta montaña una experiencia subacuática única. La combinación de aire puro, profundidad y entorno natural hace de Potrerillos un escenario singular para buceadores de todo el país.
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La norma fue sancionada por la Legislatura provincial el 15 de octubre y promulgada por el Ejecutivo, formalizando un reconocimiento que venía gestándose desde 2024 con el impulso de instructores, fotógrafos y deportistas mendocinos.
La iniciativa busca consolidar la provincia como destino turístico internacional y motor de desarrollo económico.
De Potrerillos al reconocimiento nacional
El lago Potrerillos, ubicado a más de 1.400 metros sobre el nivel del mar, es uno de los pocos sitios del país donde se practica buceo de altura. Allí, la comunidad de buceadores locales, entre ellos el instructor Karim Zgaib y el fotógrafo Ignacio Blanco, desarrolló una modalidad que combina técnica, docencia y compromiso ambiental.
Según Zgaib, fundador de Aquanautas MDZ, la experiencia de sumergirse en Potrerillos no se parece a ninguna otra: “La misión de Aquanautas MDZ es transmitir esa pasión por estar debajo del agua, cuidar el entorno y conocer ecosistemas diferentes”, dijo Zgaib a MDZ en 2024. Esta escuela lleva adelante cursos de formación y bautismos de buceo, además de tareas de limpieza subacuática junto a la Municipalidad de Luján de Cuyo.
Mendoza potencia el buceo en altura como deporte y atractivo turístico.
Durante una de esas jornadas, los integrantes de Aquanautas retiraron cerca de 30 kilos de residuos del fondo del lago, entre botellas, latas y objetos perdidos. “Hace un par de años ayudamos a la Municipalidad de Luján de Cuyo en la limpieza del perilago, realizando limpieza subacuática. En nuestra última participación, sacamos alrededor de 30 kilos de basura del fondo del lago, incluyendo latas, botellas, plásticos y otros objetos perdidos accidentalmente, como anteojos, billeteras y celulares”, detalló Karim Zgaib como impulsor de esta práctica como herramienta educativa y ecológica.
Una comunidad que crece bajo el agua
El buceo mendocino reúne hoy a más de 130 practicantes activos, muchos de ellos formados localmente y certificados bajo estándares PADI internacionales. La actividad se abrió a jóvenes, adultos y personas mayores, con programas de inclusión que permiten adaptar el equipo o la asistencia según las necesidades de cada participante.
“Una de las experiencias más satisfactorias es ver a los alumnos superar sus miedos y romper límites. Con confianza y entrenamiento, logran cosas que al principio les parecían imposibles. Eso es algo que nos llena el alma”, contó Zgaib, que combina su rol de instructor con la dirección de una escuela secundaria. En cada inmersión, lo que se transmite no es solo técnica, sino también respeto por el entorno y trabajo en equipo.
La ley de interés provincial reconoce este esfuerzo colectivo y busca potenciar la llegada de visitantes atraídos por experiencias diferentes, donde el agua y la montaña se complementan.
Deporte, turismo y ambiente
El reconocimiento al buceo en altura marca un nuevo paso para la diversificación del turismo provincial. En una Mendoza conocida por sus viñedos y su montaña, esta actividad suma un elemento distintivo como la posibilidad de sumergirse en un lago de alta montaña y emerger con la Cordillera de los Andes como telón de fondo.
Además del componente turístico, la práctica promueve el cuidado de los ecosistemas acuáticos y la formación de nuevos instructores que multiplican la enseñanza responsable. Para muchos, esta oficialización es el resultado de años de trabajo silencioso bajo el agua y de una comunidad que convirtió la curiosidad en cultura.
Con esta ley, el buceo mendocino deja de ser una rareza para transformarse en una bandera provincial: una forma distinta de explorar la montaña desde sus profundidades.





