Matías Najun: "En cuidados paliativos, es un privilegio trabajar en el final de la vida de una persona"
Matías Najun, especialista en cuidados paliativos, habla sobre el acompañamiento a personas con enfermedades terminales y de vivir el final con serenidad.

Matías Najún
Agustín Tubio / MDZEn esta entrevista con MDZ, el Dr. Matías Najún, jefe del equipo de cuidados paliativos del Hospital Austral de Pilar, nos comparte su visión sobre cómo transformar el final de la vida en una etapa de crecimiento y serenidad, a través de su experiencia y la de su equipo.
Najún explica cómo el acompañamiento humanizado y el alivio de los síntomas pueden otorgar a las personas en la etapa final de su vida una oportunidad de reencuentro con sus seres queridos, de reflexión y de despedida sin sufrimiento. Los cuidados paliativos, lejos de centrarse en la muerte, buscan que cada momento sea vivido con dignidad.
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- ¿Qué son los cuidados paliativos y por qué son importantes?
- Los cuidados paliativos son una especialidad médica que se centra en ofrecer alivio a las personas que sufren de enfermedades graves, avanzadas o terminales. No buscan curar la enfermedad en sí, sino mejorar la calidad de vida del paciente mediante el control del dolor y la atención a los síntomas físicos, emocionales y espirituales. Estos cuidados son esenciales porque permiten que los pacientes vivan lo mejor posible hasta su último aliento, sin el sufrimiento innecesario que a veces acompaña a las enfermedades terminales. Además, los cuidados paliativos no solo se centran en el paciente, sino que también apoyan a la familia, ayudándoles a gestionar el proceso de duelo y la carga emocional que implica acompañar a un ser querido en sus últimos días. En definitiva, estos cuidados ofrecen una alternativa digna y humana en una etapa tan difícil.
- ¿Qué desafíos enfrentan los pacientes y sus familias al llegar al final de la vida?
- Los desafíos principales son emocionales y psicológicos. Para el paciente, la aceptación de la terminalidad de su enfermedad suele ser un proceso doloroso y lleno de temores. Es difícil enfrentarse a la idea de la muerte, especialmente si no se ha tenido la oportunidad de hablar abiertamente sobre ello. Para las familias, el reto es aún mayor. Muchas veces, no saben cómo acompañar a su ser querido sin caer en el dolor de la pérdida anticipada. Esto genera un entorno de angustia, frustración y desconcierto. Los cuidados paliativos ayudan a enfrentar estos retos proporcionando una estructura de apoyo emocional. Facilitan el proceso de aceptación mediante la comunicación abierta y el acompañamiento constante, permitiendo que los pacientes y sus familias se enfrenten al final de la vida con más serenidad y menos miedo.
- ¿Qué significa 'morir sanado' en cuidados paliativos?
- Morir sanado no significa una cura médica de la enfermedad, sino alcanzar una paz profunda, tanto emocional como física. En los cuidados paliativos, trabajamos para que el paciente logre una muerte digna, sin dolor y sin sufrimiento innecesario, mientras tiene la oportunidad de sanar emocionalmente. Esto puede implicar perdonar, despedirse de sus seres queridos, resolver asuntos pendientes, o simplemente encontrar tranquilidad en su propio proceso de partida. En muchos casos, los pacientes pueden reconectar con su espiritualidad y encontrar un sentido profundo en los últimos momentos de su vida. El concepto de morir sanado se refiere a que el paciente no solo se libera de los síntomas físicos, sino también de las cargas emocionales que puedan haberlo acompañado durante su vida.
El hospice huele a familia para el paciente
- ¿Cómo fue el inicio del hospicio y qué te motivó a crear esta iniciativa?
- El hospice nació de una necesidad muy clara: muchas personas con enfermedades terminales, especialmente en situaciones de vulnerabilidad social y económica, no tenían acceso a los cuidados paliativos adecuados. Recuerdo claramente el caso de un paciente llamado Roque, que no tenía a nadie que lo cuidara y vivía con un cáncer avanzado. Lo conocí en un hospital público, y tras ver su situación, decidí que debía ofrecerle un espacio donde pudiera ser cuidado en sus últimos días, sin la soledad y el abandono que vivía. Este fue el primer paso para la creación del hospice, un lugar donde las personas con enfermedades terminales pudieran encontrar no solo atención médica, sino también el apoyo emocional y espiritual que necesitaban. Mi motivación siempre ha sido ofrecer un espacio donde la dignidad humana sea lo más importante, y donde cada paciente pueda sentirse querido y respetado.
- ¿Qué hace único al hospicio y cómo contribuye a la calidad de vida de los pacientes?
- Lo que hace único al hospice es que tratamos a los pacientes como seres humanos completos, no solo como enfermos. A lo largo de los años, hemos creado un entorno donde el paciente es parte de una familia, donde se les trata con amor y respeto. El hospice ofrece un espacio cálido, hogareño, donde se sienten acompañados no solo por profesionales, sino también por voluntarios que les brindan cariño y compañía. Esto no solo mejora la calidad de vida en términos de bienestar físico, sino también emocional. En muchos casos, los pacientes que llegan con poca esperanza de vida, terminan viviendo mucho más tiempo del esperado debido al alivio que reciben, tanto a nivel físico como emocional. Al estar rodeados de este ambiente de cuidado y contención, pueden encontrar una nueva razón para vivir sus últimos días con dignidad y paz.
- ¿Cómo ha impactado la pandemia en la manera en que brindan cuidados paliativos?
- La pandemia fue un punto de inflexión en la forma en que abordamos los cuidados paliativos. Durante la crisis sanitaria, nos vimos obligados a adaptarnos rápidamente para seguir atendiendo a nuestros pacientes. La principal dificultad fue que muchas personas con enfermedades terminales estaban muriendo en sus hogares sin acceso a los cuidados que necesitaban. Por ello, decidimos implementar un modelo de atención domiciliaria, donde nuestros médicos, enfermeros y voluntarios visitaban a los pacientes en sus casas. Esto nos permitió seguir ofreciendo atención de calidad, asegurándonos de que cada paciente recibiera el alivio necesario. También comenzamos a hacer acompañamientos virtuales para las familias, lo cual ayudó a mantener el apoyo emocional a distancia, en un momento de tanto aislamiento.
- ¿Cuál es el papel de los voluntarios en los cuidados paliativos?
- Los voluntarios tienen un papel esencial en el hospicio y en los cuidados paliativos en general. Son la cara humana, el abrazo cálido, el oído atento que nuestros pacientes tanto necesitan. Su trabajo va más allá de las tareas físicas, como la limpieza o la cocina. Los voluntarios ofrecen algo mucho más valioso: su presencia, su tiempo y su cariño. El simple hecho de que los pacientes sientan que alguien está ahí para ellos, que están acompañados, hace una diferencia enorme en su bienestar. Además, los voluntarios se entrenan para ser una presencia terapéutica, para acompañar de manera adecuada tanto al paciente como a la familia, lo que hace que el proceso de morir sea menos doloroso y más llevadero.
Cómo hago para evitar encariñarme y no sufrir su partida
-¿Por qué elegiste trabajar en cuidados paliativos y qué aprendiste en el camino?
-Elegí trabajar en cuidados paliativos porque siempre supe que quería hacer una diferencia significativa en la vida de las personas. Durante mi formación médica, me di cuenta de que en los cuidados paliativos podría proporcionar algo único: no solo aliviar el dolor físico, sino también acompañar emocional y espiritualmente a los pacientes en una etapa tan difícil. Lo que he aprendido en este camino es que, al final, lo que realmente importa no son los logros materiales o profesionales, sino las conexiones humanas que tenemos con los demás. Los pacientes me han enseñado que la vida es más que una serie de logros, y que lo verdaderamente valioso es el amor, el perdón y el tiempo que compartimos con nuestros seres queridos.