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Marcas "pindonga": más baratas, de igual calidad y cada vez más elegidas en Mendoza

Tras las repercusiones de la declaración de Cristina Fernández, MDZ consultó a especialistas para conocer las diferencias entre las primeras marcas y las segundas. Los consumidores también tienen la palabra. Por qué las eligen y qué hay que tener en cuenta para no perder calidad con productos de menor precio. 

miércoles, 24 de julio de 2019 · 16:02 hs

El concepto de  marcas "pindonga y cuchuflito" no es nuevo, pero sí su denominación. Es decir, elegir productos que no están acompañados por fuertes campañas de posicionamiento como primeras marcas es una tendencia que crece desde hace años, pero ahora tomó relevancia política tras el discurso dea Cristina Fernández de Kirchner. La ex presidenta los nombró de manera despectiva.

Pero, según los especialistas consultados por MDZ, en la mayoría de los casos las segundas marcas no difieren en sus valores nutricionales de las más conocidas. Esto lo aseguró, por ejemplo,  Vanesa Pitton, licenciada en nutrición, que fue consultada por MDZ.

Muchos mendocinos consumen marcas "pindonga" como consecuencia de la diferencia de precios que existe en iguales productos de distinto nombre comercial. Algunos de ellos manifiestan que estos son de menor calidad, pero en verdad no es así.

No todos los productos de segunda marca son de menor calidad. Estos no varían en su composición nutricional respecto de las más conocidas ya que tal como explica Vanesa Pittón, “los productos deben cumplir con los parámetros legales de calidad que garantizan la inocuidad".

En este sentido, existe una disposición por parte del Código Alimentario Argentino que "obliga a los elaboradores de productos alimenticios a cumplir con mínimas condiciones de higiénico-sanitarias y bromatológicas", explica la profesional. De esta forma, las marcas “pindonga” y “cuchuflito” son tan buenas como aquellas que tienen mayor presupuesto en publicidad y packaging.

Los cambios pueden darse en lácteos como el yogur, donde a los requerimientos básicos se le añaden probióticos, que son añadidos por los que la marca busca diferenciarse.

También las marcas pueden distinguirse por sobre otras en cuanto a las características organolépticas. Estas son las descripciones físicas que se perciben por medio de los sentidos: sabor, texturas o color, por ejemplo. En este sentido, las empresas pueden usar un saborizante de mejor calidad que otro. Pero no siempre es el caso y no es un punto que cambie las propiedades del producto.

Lo que diferencia a una marca de la otra no es más que marketing. Estrategias de mercado que buscan mantener la reputación de algún producto, explica Pitton.

Por esto los especialistas aconsejan que ante una disminución en el presupuesto destinado a la compra de alimentos, las personas no eliminen ese producto de sus dietas de forma definitiva y por temor a que la segunda marca sea “de menor calidad”. Sino que por el contrario, consuman otra de menor valor.

Leer la letra chica, una de las claves

La diversidad de marcas y precios no deben confundirse con otro fenómeno: los alimentos que tienen una "denominación similar", pero no son lo mismo. Es  lo que ocurre con los productos "a base de leche” que se exponen en los comercios junto a la leche en polvo.

El cambio de hábito en la compra, que se conoce como consumo defensivo, “tiene su origen en la crisis del 2000”, reconoce la Directora de Defensa del Consumidor, Mónica Nofal, consultada por MDZ, y consiste en sustituir un producto alimenticio de una marca conocida por una que no lo es.

Ante las dudas entre un producto y otro de menor precio, los consumidores deben remitirse a la tabla de información nutricional que se encuentra en la parte anterior de los productos y comparar. Esto, que “la gente no acostumbra a hacer”, es fundamental para quitar la duda.

Misma calidad, distinto precio

En ese espacio, se puede advertir la presencia o no de los nutrientes esenciales: proteínas, grasas, azucares, hidratos de carbono, vitaminas, minerales y otros componentes.

Tras su lectura, se confirma que lo dicho anteriormente es correcto e incluso advertir que un mismo fabricante tiene más de una marca de ese producto y todos con características similares. Este es el caso de una reconocida empresa fabricante de leche que tiene una marca que ronda los $47 y otra menos conocida, pero idéntica en valores nutricionales que ronda los $35.