Las máximas de San Martín a Mercedes: legado, vigencia y perspectiva
Más allá de su rol como estratega militar, el Padre de la Patria dejó un decálogo de principios morales y éticos para guiar a su hija, Mercedes.

La primavera de 1823 vio partir a San Martín de su “Tebaida” en la Villa Nueva de Los Barriales (Mendoza) rumbo a Buenos Aires. Aquel Generalísimo y Protector del Perú, Capitán General de Chile y General en Jefe del Ejército de Los Andes de las Provincias Unidas del Río de la Plata, marchaba al exilio. En medio de tanto dolor, ese viudo que había liberado a medio continente, encontraría una recompensa que aliviaría su pena: tras muchos años se reencontraría con Merceditas en la porteña casa de sus abuelos.
En esa circunstancia, cruel e injusta, San Martín abandonará la carrera de las armas para emprender su retiro militar en Europa junto a esa hija de siete años, no sin antes sortear la férrea (y hasta razonable) oposición de su suegra. “¿Qué hará un ‘soldadote’ solo, con una niña en la enorme Europa?”; preguntaba con cierta lógica la preocupada abuela Tomasa de la Quintana de Escalada. “Mercedes, es lo único que me queda”, responderá lacónicamente San Martín.
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En medio de ese contexto, al cabo de un tiempo en su derrotero europeo, desde Bruselas, San Martín escribirá una lista de doce consejos a Merceditas.
Máximas de José de San Martín
1. Humanizar el carácter y hacerlo sensible aún con los insectos que nos perjudican.St. Eterne ha dicho a una Mosca abriéndole la ventana para que saliese: “Anda, pobre Animal, el Mundo es demasiado grande para nosotros dos”.
2. Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira.
3. Inspirarle una gran confianza y amistad, pero unida al respeto.
4. Estimular en Mercedes la caridad con los pobres.
5. Respeto sobre la propiedad ajena.
6. Acostumbrarla a guardar un secreto.
7. Inspirarle sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones.
8. Dulzura con los criados, pobres y viejos.
9. Que hable poco y lo preciso.
10. Acostumbrarla a estar formal en la mesa.
11. Amor al aseo y desprecio al lujo.
12. Inspirarle amor por la Patria y por la Libertad.
HACE 175 AÑOS
Un 17 de agosto de 1850, José San Martín moría en brazos de Mercedes. Tomados de la mano, como ayer cuando subió al barco que los arrojaba al exilio. Ella envolverá a su “Tata” con aquella manta comprada en una feria de Montmartre. Recordarán poemas en latín. Cantará en francés junto a las nietas; mientras siempre estará presente el anhelo de volver a “la inmortal y corajuda Mendoza, donde todo era posible", como escribiera en sus tiempos de General. Su yerno, Mariano Balcarce, correrá la cortina de la habitación que da sobre el 105 de Gran Rue. Era un 17 de agosto de 1850. Ha muerto el papá de Mercedes. Ha muerto un padre que hizo patria. La luz de la historia lo agiganta.