Las ermitas de la Difunta Correa y el Gauchito Gil se trasladan por las obras en la Ruta 82
Los altares, que durante años acompañaron a fieles y viajeros en la Ruta 82, fueron removidos por motivos de seguridad. Ahora comienzan a levantarse nuevamente en un sector cercano.
Las obras en la Ruta 82 trasladan los altares populares y aparecen nuevas ermitas junto al Parque El Mirador.
Rodrigo D'Angelo / MDZLas ermitas dedicadas a la Difunta Correa, al Gauchito Gil y a otros santos populares que se encontraban desde hace años sobre un pequeño cerrito en la Ruta 82, camino a Cacheuta, fueron retiradas en el marco de las obras de ampliación de la traza. La decisión tomó por sorpresa a cientos de fieles mendocinos que cada fin de semana visitan ese punto para dejar ofrendas: botellas de agua para la Difunta, cintas o trapos rojos para el Gauchito, velas, bebidas y diversos exvotos.
Desde Vialidad Provincial confirmaron a MDZ que la remoción se debió estrictamente a razones de seguridad. Explicaron que las instalaciones se encontraban dentro de la zona de trabajo de la tercera etapa de la Ruta 82, adjudicada en mayo de 2024 a la empresa Paolini Hermanos, y cuyo desarrollo demandará varios meses más. “Debieron desplazarse porque estaban en el área de obra y era necesario evitar riesgos para los fieles”, indicaron.
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Un nuevo emplazamiento para la fe popular
A pocos metros del sitio original, y ya fuera del sector intervenido, comienza a configurarse un nuevo espacio de devoción. Sobre un tramo de tierra ubicado junto al Parque El Mirador -pasando los viñedos de Durigutti Family Winemakers- se observan construcciones improvisadas que alojan imágenes y ofrendas dedicadas a la Difunta Correa, el Gauchito Gil, San La Muerte y San Expedito.
En ese conjunto informal de ermitas aparece un elemento que llamó especialmente la atención de quienes visitan la zona: varias urnas cinerarias colocadas a simple vista, ubicadas en un sector donde confluyen distintas advocaciones populares. Aunque no está confirmado oficialmente, se presume que pertenecen a devotos que eligieron ese espacio como lugar de resguardo simbólico o de homenaje para familiares vinculados a sus promesas.
Tanto desde la Municipalidad de Luján de Cuyo como desde Vialidad Provincial señalaron que esas nuevas construcciones no fueron realizadas por ninguna dependencia oficial, por lo que suponen que las levantan espontáneamente los propios fieles. Las imágenes del lugar muestran estructuras sencillas que replican el estilo típico de los altares ruteros del país.
La religiosidad popular en la Ruta 82
Aunque Mendoza no cuenta con un santuario oficial del Gauchito Gil, la presencia de su figura es notoria en rutas y caminos de toda la provincia. Según estimaciones del promesero y estudioso César Panella, existen alrededor de 500 instalaciones devocionales relacionadas con este santo pagano distribuidas en distintos puntos del territorio mendocino.
En la provincia, las ermitas suelen ser pequeñas construcciones ubicadas a la vera del camino, muchas veces junto a árboles o estructuras precarias decoradas con telas rojas que anuncian la presencia del Gauchito Gil. Los automovilistas acostumbran tocar bocina al pasar frente a una de ellas, gesto que forma parte del ritual popular extendido en todo el país.
Antonio Mamerto Gil Núñez, cuya figura popular se consolidó en Mercedes, Corrientes, es uno de los protagonistas del universo de la fe rutera. Su culto, basado en la promesa de milagros vinculados a la protección, la salud y los viajes, reúne cada 8 de enero a miles de devotos en distintos puntos del país. En Mendoza, su presencia se replica en altares marcados por el color rojo: cintas, banderas, pañuelos, velas y ofrendas como cigarrillos o vino.
Las nuevas ermitas levantadas cerca del Parque El Mirador mantienen esa estética característica, lo que da cuenta de que la comunidad devocional continúa activa aun cuando las obras obligan a relocalizar sus espacios.
La Difunta Correa: agua como símbolo de fe
La historia de Deolinda Correa, fallecida en 1840 durante su travesía por el desierto sanjuanino, se convirtió en una de las tradiciones devocionales más arraigadas de la Argentina. El hallazgo de su hijo vivo, alimentado del cuerpo de su madre sin vida, marcó el inicio de una fe difundida especialmente por camioneros que comenzaron a erigir pequeños altares en rutas y parajes.
En cada uno de ellos, la costumbre es dejar botellas de agua, en alusión al milagro que sostiene su leyenda y como gesto de cuidado simbólico hacia otros viajeros.
Un fenómeno que persiste
Mientras avanzan los trabajos en la Ruta 82, las expresiones de religiosidad popular encuentran nuevos lugares para manifestarse. El traslado de los altares no frenó la presencia de promeseros que, fieles a su costumbre, buscan reconstruir el espacio donde durante años ofrecieron sus plegarias.
Sin un santuario oficial y sin estructuras institucionales que organicen el culto, son los propios mendocinos quienes, ladrillo sobre ladrillo, mantienen viva una tradición que forma parte del paisaje cultural de la provincia.
El video del nuevo espacio de devoción







