La terrible y conmovedora historia de soledad de la elefanta Kenya
La elefanta Kenya vivió 40 años sola en el Ecoparque de Mendoza. En el santuario de Brasil esperaban que pudiera hacerse amiga de Pupy, pero murió el viernes.

La elefanta Kenya lleva dos meses en el santuario para elefantes de Brasil.
Santuario para elefantesLa elefanta Kenya cumplió tres meses en el santuario de Brasil. Todos los amantes de los elefantes estaban expectantes porque desde hace unas semanas había empezado a construir una relación con Pupy, la otra elefante africana del predio, pero murió el viernes. Una historia marcada por la soledad.
Video: Kenya se despidió de Mendoza
Los 40 años de soledad de la elefanta Kenya
Kenya llegó al zoológico de Mendoza en 1985 con solo 4 años desde un zoológico de Alemania. Durante 40 años vivió sola en un recinto de cemento. En otra parte del predio estaban los elefantes asiáticos: Tomy, Pocha y Guillermina. Ella los podía escuchar pero nunca compartieron espacio. Durante cuatro décadas solamente tuvo contacto con los cuidadores y la pintura de elefante en la pared de su recinto.
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El 9 de julio, cuando llegó al santuario de Brasil todos se mostraron expectantes por la posible relación que podía entablar con Pupy, la otra elefanta africana que había llegado unos meses antes del Ecoparque de Buenos Aires.
Desde hace unas semanas el vínculo entre Kenya y Pupy empezó a consolidarse, sin embargo, todo tuvo el peor desenlace: Pupy murió el viernes de un colapso gastrointestinal. Kenya pasó toda la noche junto al cuerpo de su amiga.
A partir de ahora, la elefanta Kenya volverá a los días de soledad en la parte del predio destinado a los elefantes africanos. Volverá a escuchar de lejos a los elefantes asiáticos que ocupan el otro sector del santuario.
La tímida relación con Pupy
Pupy y Kenya compartían la parte del predio destinada a los elefantes africanos pero tenían senderos separados hasta que se conocieran más y lograran un vínculo estable. En los últimos días, los cuidadores informaron que las elefantas habían comenzado a compartir espacios, juegos y comida.
La elefanta Pupy llegó al Ecoparque de Buenos Aires con Kuky en 1993 y a los dos años se les unió Mara. Las tres vivieron juntas en el recinto y Pupy se mostró siempre sumisa porque era la más joven de las tres.
En 2010, Mara empujó a Pupy al foso que rodeaba el recinto y después de ese grave episodio Pupy y Kuky no compartieron más espacio con la elefanta asiática. Mara fue trasladada al santuario de Brasil en 2020 y Kuky murió el año pasado.
Pupy llegó a Brasil en abril. Por las situaciones traumáticas que había vivido se mostraba tranquila y tímida. Cuando llegó Kenya todos esperaban que se pudieran conocer y hacer amigas. Pupy estaba reacia y expectante, mientras Kenya quería acercarse, interactuar y jugar.
Con el correr de los días Pupy fue perdiendo el miedo y empezó a vincularse con Kenya. Los cuidadores sabían del triste historial de Pupy y dejaron que ella fuera marcando el ritmo de la relación. “Observábamos cómo Pupy y Kenya se encontraban cada vez más a través de la puerta. En cuanto abrían sus respectivos patios y tenían acceso a una valla o puerta contigua, casi inmediatamente se acercaban para encontrarse, una a cada lado. Todavía no se tocaban, pero el hecho de que parecieran buscar la compañía mutua nos hizo pensar que estaban listas para el siguiente paso”, explicaron hace dos semanas.
Durante estos últimos días, Pupy y Kenya compartieron el mismo patio, los baños de barro, algunas comidas y hasta se comunicaron con rugidos. Una de las últimas veces que las cámaras de seguridad las capturaron juntas fue en una montaña de tierra. Pupy se recostó y Kenya se acercó en forma protectora como una hermana mayor. “Pupy dejó caer ese muro final que le dio mucha alegría a Kenia y también le dio a Pupy algo que nunca ha tenido antes: un elefante que la puso primero, que la amaba y protegía”, contaron desde el santuario.
Tres meses de Kenya en Brasil
El 9 de julio se fue del Ecoparque de Mendoza rumbo a Brasil para dejar el cautiverio en una pequeña fosa al pie del Cerro de La Gloria y empezar una vida en el santuario de elefantes de Brasil. Aunque no se trata de su hábitat natural, el santuario es una espacio controlado por cuidadores que le permite tomar sus propias decisiones y tener una mejor calidad de vida similar a la que tendría en África. Kenya fue la última elefanta en cutiverio de Argentina.
El traslado fue terrestre. Kenya iba en una jaula arriba de un gran camión acompañada por una caravana con cuidadores, veterinarios y especialistas. La elefanta viajó de pie durante la travesía de cinco días hasta que finalmente, llegó al santuario.
A partir de ese momento, comenzó su adaptación al nuevo espacio, la alimentación y cuidados de su salud. Los veterinarios encontraron dos puntos complejos en las condiciones de Kenya: la piel muy gruesa por la falta de baños de barro que exfolian y protegen, y las uñas gruesas y posiblemente infectadas.