La "desinformación" tras la desregulación de aranceles en colegios privados
Fin del control de cuotas en colegios privados reabre debate: solo rige para escuelas sin aporte estatal y pide cobertura sin morbo ni sesgos y ética.
La desregulación de aranceles es un hecho noticioso complejo y relevante.
Archivo MDZLa reciente desregulación de los aranceles de los colegios privados en Argentina, que elimina años de control estatal por parte de la secretaria comercio, es una noticia que parece sacudir las portadas periodísticas y la economía de las familias. Pero, ¿está la cobertura mediática de este cambio a la altura de la verdad? El Papa Francisco nos advirtió sobre cuatro "pecados" del periodismo: la desinformación, la calumnia, la difamación y la coprofilia.
¿Cómo se cuelan estos vicios en la cobertura de una medida que permite a las escuelas "fijar las cuotas sin autorización"? Vale aclarar que solo afecta a las escuelas que no tienen aporte estatal. En las jurisdicciones todo continuará igual porque son las que autorizan las bandas arancelarias, es decir, las cuotas.
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Desinformación: ¿nos cuentan la historia completa?
La desregulación se concreta con la derogación de la Resolución 2417/93, que ponía límites y obligaba a la aprobación de la Secretaría de Comercio. Es una medida que, según el Gobierno, elimina la "regulación nacional burocrática".
La desinformación: ¿solo un aumento de precios? ¿Los medios están enfocando la noticia únicamente en el impacto en el bolsillo, como si la derogación solo fuera un "permiso para subir las cuotas"? ¿Se explica con claridad qué era la burocracia que se elimina, o se deja la ambigüedad, permitiendo que la gente piense que los controles eran solo para proteger al consumidor? La información sesgada, o la omisión de las dos caras de la moneda (el costo de la burocracia versus el costo de la libertad de precios).
La desregulación se concreta con la derogación de la Resolución 2417/93, que ponía límites.
Calumnia y difamación: ¿caza de brujas o análisis serio?
Estos dos vicios atentan contra la reputación de personas o grupos o instituciones. En un debate tan sensible como la educación, el riesgo de caer en etiquetas simplistas es alto. ¿Son avaros o emprendedores? ¿Se está tildando de manera generalizada a los dueños de colegios privados como especuladores que solo buscan el lucro, o se reconoce la diversidad de instituciones, incluyendo aquellas con vocación social o religiosa?; ¿se considera la necesidad de sostenimiento del subsistema privado?
Coprofilia: ¿el escándalo vende más que la verdad?
El "amor por lo sucio" es la búsqueda obsesiva del escándalo, el morbo y la anécdota más dramática. La coprofilia transforma una noticia económica y de gestión en un melodrama social. ¿Solo es noticia la catástrofe? ¿Se destacan únicamente los testimonios de las familias con mayores dificultades, generando un pánico generalizado, sin contextualizar que el impacto del arancel puede variar drásticamente según la zona y el tipo de colegio, y que se trata de colegios sin aporte estatal los que podrían aumentar sin permiso? ¿El morbo de la ruina educativa? ¿Se insiste en la idea de una "catástrofe" educativa inminente, con un lenguaje alarmista, en lugar de analizar cómo otros mercados desregulados han evolucionado? La prensa debe informar sobre las consecuencias, pero no debe fabricar el temor solo para asegurar la atención del lector.
Se debe analizar cómo otros mercados desregulados han evolucionado.
La desregulación de aranceles es un hecho noticioso complejo y relevante
El verdadero desafío para los medios es informar sin caer en la tentación de estos cuatro vicios. El periodismo no debe ser un espejo distorsionado de la realidad, sino una herramienta para que los ciudadanos puedan comprender las políticas que afectan su vida.
Creo que se debería explicar cómo los colegios han perdido margen de reinversión todos estos años, descapitalizándose para ofrecer mejores alternativas educativas, no solo de los colegios sin aporte, sino también aquellos que tienen aporte estatal jurisdiccional que se han visto desfinanciados y están en una verdadera crisis sistémica difícil de revertir. Vale subrayar como afecta la sobrerregulación estatal al sector privado, práctica que es transversal a casi todo el arco político educativo.
Sería loable resaltar como el aporte estatal y las cuotas escolares no lo logran cubrir todo lo que la escuela pública de gestión privada necesita para sobrevivir en el siglo XXI, y menos aún para ofrecer una alternativa política de calidad. Desde hace años el desfinanciamiento de la educación privada conlleva a que muchas escuelas logren apenas sobrevivir, golpeadas además por la baja natalidad que hace aún más difícil la sostenibilidad. Sería bueno resaltar el papel de la educación privada como una opción de las familias argentinas para elegir la educación para sus hijos. No es un sector usurero, salvo contadas excepciones, sino más bien un espacio de libertad de enseñanza de la sociedad civil.
* Mg. Juan Manuel Ribeiro, especialista en educación.



