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La contaminación oculta en Mendoza que genera la falta de obras de saneamiento

En Mendoza hay un atraso enorme en la infraestructura. Solo la mitad de las cloacas es confiable y hay una enorme pérdida de líquidos contaminados. El alerta que figura en el plan hídrico.

Aysam contaba con permisos para volcar efluentes cloacales en el canal Pescara. 

Aysam contaba con permisos para volcar efluentes cloacales en el canal Pescara. 

Rodrigo D'Angelo / MDZ

Cloacas que desbordan, socavones en los que se caen autos. Problemas ambientales latentes. La infraestructura básica de Mendoza está colapsada desde hace años y hay obras de emergencia y estructurales en ejecución para sanear parte de la situación. Pero los habitantes del Gran Mendoza conviven con ese riesgo latente.

La molestia más visible tiene que ver con las calles rotas, olores cuando se rompen las cloacas, dificultades del tránsito. Pero el riesgo más profundo es el ambiental: según los informes oficiales hay un enorme volumen de líquidos cloacales que no deriva a los sistemas de tratamiento y se pierde en el camino. Es decir, se infiltra o vuelca en otro sitio.

Así quedó registrado en los estudios previos realizados para elaborar el plan hídrico de Mendoza. La empresa israelí Mekorot tomó toda la información disponible y en base a las pruebas y a cálculos de volumen de líquidos producidos por la población y lo que llega a las plantas de tratamiento, determinaron que hay entre un 25% y hasta 50% de aguas de las cloacas que no llega al destino que corresponde, generando un riesgo ambiental alto. "Según los datos, toda la población (2 millones de habitantes aprox.) producen unos 360.000 m3 por día de agua cloacal, dicho valor no contempla la industria. Tomando en cuenta el porcentaje de agua que no llega a al sistema de cloacas, (30%) y estimando el consumo de agua la población, se puede definir que el sistema de cloacas en toda la provincia tiene perdidas de unos 25% y hasta 50%", advierte el informe de Mekorot. La diferencia tiene que ver con la oscilación en el consumo diario. En la Provincia ese indicador es altísimo y varía entre los 350 y los 700 litros por habitante, por día. En un cálculo conservador, por día se infiltran 120.000 metros cúbicos de agua contaminada. Es el equivalente al volumen de agua de 50 piletas olímpicas.

Ya hay indicadores de las consecuencias ambientales de ese problema. "Esta enorme cantidad de agua cloacal perdida en el sistema, que llegará a parar a fin y al cabo a las aguas subterráneas puede producir a largo plazo una contaminación de nitratos en la cuenca norte", advierten. Los registros aún no son altos. Pero lo que genera alerta es que ya hay señales de presencia de nitratos en el agua que pueden provenir de los líquidos cloacales. "Hoy en día este contenido (de nitratos) es bajo (~20 mg/l), pero su presencia puede indicar infiltración de aguas cloacales en los acuíferos", concluye el informe de la empresa, que tiene casi 1000 páginas. Solo contando los líquidos tratados, en Mendoza se producen 131.400.000 m3 por año, es decir 131.4 hm3. Es un tercio de la capacidad total del dique Potrerillos.

plantas cloacales gran mendoza

El Gran Mendoza es el área más compleja porque concentra una enorme cantidad de habitantes (más de 1,2 millones de personas), crecimiento desordenado y una base de infraestructura obsoleta. Pero también hay riesgo en otras zonas de Mendoza, como el Valle de Uco. "Con respecto a las determinaciones microbiológicas, los cauces del sector oeste de la cuenca poseen buena calidad, no así los puntos ubicados en el área de influencia de los asentamientos urbanos. Esto podría deberse a que gran parte de la zona urbana carece de conexión al sistema de cloacas y por lo tanto los desagües terminan en arroyos y cauces de riego", advierte el informe con el que se elabora el Plan Hídrico. "Los sitios donde se detectó contaminación fecal son: El arroyo San Carlos, que recibe los efluentes de la planta de OSM de San Carlos; los arroyos Claro, Salas Caroca, Guiñazú y La Estacada, que reciben los efluentes del área urbana de Tunuyán, además de la influencia del basural en caso del Aº Claro; y por último Costa Anzorena que recibe los efluentes de la planta de tratamiento de Tunuyán", describen.

La mitad de la red es confiable

En Mendoza la cobertura del servicio de cloacas es del 85%; es decir es alto. Sin embargo la calidad de ese servicio es lo que marca otra realidad.

En el área metropolitana los problemas son visibles. El punto más crítico se vivió con el colapso de las cloacas que derivó en el vuelco sobre el canal Pescara, generando un impacto negativo en una amplia zona de Guaymallén y Lavalle. Ese problema podría repetirse. Hay tensión entre el Departamento General de Irrigación, que ahora tiene el poder de control, y la empresa estatal de agua y saneamiento, AYSAM. En ese sentido, en los últimos meses se aplicaron duras multas por los vuelcos y hubo intimaciones para sanear las consecuencias generadas. Además, hay dudas sobre cuáles son los "puntos de conflicto" latente, es decir las zonas rojas en las que podría haber colapso.

socavon en guaymallen
Socavón en Guaymallén

Socavón en Guaymallén

La crisis de saneamiento se arrastra desde hace décadas. Según los datos oficiales de la empresa Agua y Saneamiento Mendoza (AYSAM) solo el 55% de las redes colectoras están en buen estado, es decir son confiables. El 26% están en mal estado y el 17,6% están en estado regular. En ese contexto la realidad es diversa en cada departamento, pero lo sufren más quienes están "aguas abajo" en el área metropolitana, donde confluyen las colectoras colapsadas. Hay zonas, por ejemplo, donde a mediados de los 80 se colocaron "caños nuevos", pero de materiales que eran vulnerables a la corrosión. Por eso fueron erosionados y casi no existen: los líquidos corren por un ducto de tierra.

En Capital, por ejemplo, de los 443 kilómetros de colectoras que hay, 205 están en mal estado. Y las colectoras troncales colapsan por el enorme crecimiento urbano que hubo sin que se correspondiera con obras de infraestructura básica.

La presión enorme que sufre el sistema tiene un condimento extra con el aumento de la urbanización en zonas no servidas o con infraestructura que no soporta esa presión. Desde AYSAM explican que hay un plan de inversión para solucionar parte de la crisis, que es de largo aliento. En Guaymallén se invierten 26 millones de dólares, en Ciudad se invierten algo más de 7 millones de dólares en obras, en Godoy Cruz casi 5 millones de dólares, en la zona Este 15 millones de dólares. Esos recursos no salen de AYSAM: los financia el Estado a través de fondos de distinto origen, como los de resarcimiento. Además, los usuarios pagan una tarifa extra para obras, que equivale al 20% de la tarifa.

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