Alimentación

Huertas Comunitarias: una alternativa para enfrentar la crisis y mejorar la nutrición

Estos espacios que se generan en barrios, comedores o escuelas garantizan una alimentación saludable, promueven los vínculos e incentivan la educación ambiental. El Barrio Flores y Olivares cuenta con una huerta orgánica cuidada por sus vecinos. Mirá el video. 

jueves, 19 de septiembre de 2019 · 15:36 hs

Frente a los graves problemas de pobreza que atraviesan muchos sectores de nuestro país surge una alternativa que contribuye con la economía de los hogares y, además, mejora los hábitos de alimentación haciéndolos más saludables.

Cada vez más huertas orgánicas comunitarias se extienden por diversos barrios e instituciones, una práctica que además fortalece el vínculo entre los vecinos, entre las familias y entre miembros de una organización.

El trabajo en la huertas promueve el vínculos entre vecinos

Cabe destacar que la autoproducción de alimentos permite un mayor contacto con la naturaleza y que se acceda a una educación ambiental; cuida los valores e impulsa una economía más solidaria.

En esta video nota conoceremos la historia de la huerta comunitaria de los barrios Flores y Olivares. La misma comenzó a funcionar por iniciativa de una de sus vecinas, conocida como “Pincho”, quien con el apoyo del municipio de la Ciudad de Mendoza convirtió un microbasural en una huerta para todas las familias del lugar.

Los vecinos trabajan la tierra, siembran, cuidan la huerta y cosechan para luego llevar los vegetales a sus casas. Además, reciben por parte del municipio clases de cocina para aprender a elaborar platos nutritivos para sus familias.

Por otro lado, en la Plaza Alejandrina Paz (Barrio Flores) hay una huerta que está a cargo de un comedor. Todo lo que se obtiene es usado como materia prima en la cocina del lugar.

Hablamos con los vecinos y todos coincidían en la diferencia que existe entre los vegetales de su huerta con los que provienen de ferias. La diferencia radica en que la huerta comunitaria es orgánica y ecológica. Es decir, que no tiene agroquímicos, por ende es más saludable.

Cabe destacar que desde el INTA se trabaja con un programa denominado ProHuerta, al cual pueden acceder quienes estén interesados en participar en proyectos de este tipo. Este programa otorga todas las herramientas necesarias para desarrollar una huerta agroecológica: semillas, capacitaciones y acompañamiento.