Future Talks con el Padre Fabián Báez: "Qué sentido tendría ser inmortal, si no se puede ser feliz"
En este nuevo episodio de Future Talks conversamos con el padre Fabián Báez, referente pastoral, cercano a la gente y muy activo en redes sociales.

En un mundo atravesado por la incertidumbre, la velocidad de los cambios y la irrupción de la tecnología, la espiritualidad se presenta como un refugio y, al mismo tiempo, como un terreno de transformación. En este nuevo episodio de Future Talks conversamos con el padre Fabián Báez, referente pastoral cercano a la gente y muy activo en redes sociales, para explorar cómo imagina el futuro de la espiritualidad.
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Báez parte de una distinción clara: religiosidad y espiritualidad no son lo mismo, aunque suelen entrelazarse. Mientras la primera se apoya en instituciones, rituales y tradiciones, la segunda es una búsqueda más íntima de sentido y trascendencia. “La espiritualidad tiene más que ver con el diálogo con uno mismo, una contemplación de lo que pasa adentro”, afirma Báez.
El origen de la pregunta religiosa parece encontrarse en la sed, en esa pregunta primaria del hombre de las cavernas acerca de que “Hay algo más allá de lo que ve” como afirma el sacerdote.
Cómo afectan las IA la espiritualidad de las personas
La conversación también abordó el impacto de la tecnología. “Las tecnologías van llegando y superan nuestras expectativas, pero tiene vida propia la evolución tecnológica”, afirma Báez “El transhumanismo tiene las mismas preocupaciones de todos”, no necesariamente contradictorias. “Qué sentido tendría ser inmortal si no se puede ser feliz”, “La vida puede ser más larga, pero ¿Será más ancha?”, se pregunta.
El sacerdote - un reconocido usuario de Twitter - ve a las redes como una oportunidad, pero con cautela: “Las redes pueden ser un puente para llegar a las personas, pero nunca reemplazarán el encuentro humano que da profundidad a la experiencia espiritual”.
El mensaje final es claro: el futuro de la espiritualidad no será un regreso al pasado ni un salto hacia lo desconocido, sino una búsqueda permanente de sentido en comunidad, capaz de adaptarse sin perder su esencia.