Freddy Villarreal: "Figuretti disfrutaba y yo sufría muchísimo"
En una charla íntima con MDZ, Freddy Villarreal vuelve sobre los años dorados de Videomatch, el legado de Figuretti y las anécdotas que lo llevaron del ridículo al éxito. “Hacer reír hoy es más difícil y más caro que antes”, asegura.

Freddy Villarreal en el estudio de MDZ.
Santiago Aulicino / MDZFederico Diego Pérez de Villarreal o simplemente Freddy Villarreal, atraviesa un gran momento arriba del escenario. Actualmente protagoniza La Función que Sale Mal, la exitosa comedia británica que conquista la cartelera de la calle Corrientes. “Es la primera vez que vendo una historia donde, si hacemos las cosas mal, es porque las estamos haciendo bien”, explica entre risas. “La obra cuenta un asesinato al estilo Alfred Hitchcock, pero todo se desmorona: la escenografía, los actores, los técnicos. Y justamente eso es lo divertido: el público se ríe del caos”.
Su vocación por el humor nació de un accidente infantil. “Tenía seis años y no me habían elegido para bailar el gato en el acto escolar. Cuando faltó un chico, levanté la mano y me eligieron. Aprendí la coreografía en cinco minutos y fue un espanto”, recuerda.
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Villarreal asegura que su formación no vino solo de los grandes del humor argentino como Pepe Biondi, Calabró, Olmedo o Porcel. “También me marcaron los uruguayos y, sobre todo, el humor inglés. Me enamoré de los Monty Python y de Rowan Atkinson, Mr. Bean, que me pareció un actor extraordinario. Hoy la vida me llevó a hacer justamente una comedia inglesa. Causalidades, no casualidades”.
Videomatch, la gran escuela
Fredy formó parte de una generación dorada del humor televisivo. “Videomatch fue una facultad de actuación sensacional”, afirma. “En las cámaras ocultas no había tiempo para relajarse ni repetir tomas. Aprendimos con errores televisados. Era todo sin red. A veces me estaban pegando por debajo y yo tenía que seguir sonriendo y haciendo reír. Fue como actuar sobre carbón encendido”.
Figuretti: el personaje que conoció a los Rolling Stones, Mandela y… Fidel Castro
Uno de sus personajes más recordados es Figuretti, aquel cronista que aparecía en todos los eventos internacionales. “ Figuretti disfrutaba, pero yo sufría muchísimo”, confiesa. “Tenía que entrar a lugares imposibles, sin acreditación, esquivar la seguridad, soportar empujones y aun así hacer reír. Era cumplir con todo: ser gracioso, estar en plano y no morir en el intento”. En ese frenesí conoció a decenas de personalidades: “Nelson Mandela me besó la mano, Ron Wood de los Rolling me invitó a su camarín, y con Fidel Castro… bueno, terminé preso. Me fracturaron un dedo y me quemaron con una credencial. Lo irónico es que la cumbre en la que me detuvieron trataba sobre la libertad de expresión”, cuenta entre carcajadas.
Freddy preso
Del humor televisivo al humor con su hija
Lejos del vértigo de Videomatch, hoy disfruta de crear contenido junto a su hija. “Un día me grabó en el auto sin avisarme y subió el video a TikTok. Se viralizó. Menos mal que no dije ninguna barbaridad”, recuerda. “Intento usar el humor con mis hijos para decir cosas educativas. En ese primer video hablábamos de cómo los jóvenes deforman el idioma. Me gusta que en la risa haya algo que deje pensando”.
El reencuentro con sus excompañeros
Hace poco, Freddy volvió a verse con parte del histórico equipo de Videomatch en un programa de Olga. “Fue hermoso. Más allá de que nos cruzamos seguido, vernos todos juntos fue muy emotivo. Lo único que no me gustó fue que la edición del material no la hizo alguien de nuestra generación. Yo hubiera elegido otros momentos, otros trabajos. Pero igual fue un lindo homenaje”.
Profesora Rosita
“Hacer humor hoy es más difícil y más caro”
Sobre el presente del humor, Freddy es contundente: “Hay cosas que ya no se pueden hacer. Antes podíamos viajar por el mundo para hacer una nota o una cámara oculta, eso hoy es impagable”. Además, apunta al cambio de formato: “El streaming es un medio nuevo, pero limitado desde lo creativo. Antes tenías vestuaristas, maquilladores, sonidistas, producción… ahora muchos hacen humor con una peluca mal puesta frente al celular. Y eso también es válido, pero es otra cosa. Se perdió la ficción, la puesta cinematográfica”.