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Tute: "La muerte es una excusa para hablar de la vida"

En diálogo con MDZ, Tute habló de "Ensayo para mi muerte", la novela gráfica que nació en medio del duelo por la pérdida de su hermano.

El humorista gráfico lanzó Ensayo para mi muerte hace un mes. En el libro, aborda el final de la vida humana con humor.

El humorista gráfico lanzó "Ensayo para mi muerte" hace un mes. En el libro, aborda el final de la vida humana con humor.

Agustín Tubio/ MDZ

La muerte y el humor pueden encontrarse en una obra de arte, tal como lo hacen en el nuevo libro del humorista gráfico Tute, titulado “Ensayo para mi muerte”. En él, el artista presenta a una persona fallecida, tendida en el suelo, desde el comienzo hasta el final. Al verlo, al toparse con la muerte, cada personaje circunstancial reacciona de una forma sumamente diferente, demostrando desinterés, miedo y hasta culpa.

Se trata de la obra más introspectiva, reflexiva y teatral de Juan Matías Loiseau, más conocido por su nombre artístico Tute, que nació como una forma de hacer catarsis en medio del duelo por la partida de su hermano, Tomás Loiseau, vocalista de la banda Mamushkas, en noviembre de 2019. “El libro tiene que ver con la muerte de mi hermano. Sentí que tenía que hacer algo con eso y empecé a dibujar”, contó el artista en una entrevista exclusiva con MDZ y profundizó en su mirada sobre el fin de la vida.

En la charla, además, Tute recordó a su padre, el famoso humorista gráfico Caloi, quien lo inspiró a seguir el camino del lápiz y el papel. “Mi papá se hacía querer a través del dibujo”, manifestó y agregó: “Todos los artistas hacemos lo que hacemos para ser aceptados y queridos”.

Mirá la entrevista completa al humorista gráfico Tute

Entrevista MDZ: Tute presenta su libro "Ensayo para mi muerte"

- Tu padre, Caloi, fue un historietista súper reconocido, por lo que imagino que gran parte de tu interés por el arte viene por ahí. ¿Pero en algún momento dudaste de hacer otra cosa o siempre supiste que era por ahí?

- Desde muy chiquitito supe que quería ser humorista gráfico, ni siquiera dibujante o ilustrador. Tal cual mi viejo. En algún momento surgió alguna duda, sobre todo cuando se abrió el espectro del arte. Entonces pensaba que podría ser también poeta o cineasta. Siempre flirteé con otras cosas, pero nunca me fui del dibujo.

Hoy además considero que convivo con un montón de otras actividades que me gusta hacer, aunque no de manera central como con el humor gráfico. Me gusta escribir, me gusta filmar, me gusta hacer canciones, un poco de todo.

- ¿Qué es lo que te inspiraba de tu papá, de sus historietas? ¿Qué es lo que te gustaba de ese mundo que dijiste que era por ahí?

- Primero, todos somos dibujantes de entrada, lo primero que hacemos es dibujar, después empezamos a hablar y rápidamente dejamos de dibujar y seguimos hablando. Es lo que todos hacemos. Algunos continuamos con el dibujo y nos dedicamos a esto. Por lo tanto, me sentí dibujante desde el principio y con toda justicia porque era dibujante. Después uno tiene que convertirse en humorista gráfico y ahí no basta con dibujar solamente, sino que esos dibujos tienen que contar una idea, esa idea tiene que ser humorística, tiene que mover a la risa, a la reflexión o a conmover. Ese ya es un trabajo intelectual, profesional.

Creo que, un poco, porque era dibujante del principio, otro poco porque lo veía mi viejo dibujar y, sobre todo, haber visto a mi viejo en la calle y que la gente lo reconociera y le pidiera un dibujo. Me encantaba ver que la gente se acercaba a él, le pedía un dibujo y se iba más contenta de lo que había llegado.

"Mi papá se hacía querer a través del dibujo"

Tute: "Mi papá se hacía querer a través del dibujo"

- Él estaba muy acostumbrado. A mí me importaba la reacción. Se hacía querer a través del dibujo y yo creo que eso es lo que más me movilizó.

- ¿Vos querías llegar a tener esa misma recepción con tu arte?

- Sí, creo que como todos. Todos los artistas hacemos lo que hacemos, un poco, para ser aceptados y queridos.

- ¿Sentís que justamente sos aceptado y querido actualmente?

- Sí, por suerte sí. Son más las palabras de cariño que recibo que las puteadas, que siempre hay alguna, sobre todo cuando uno hace algún dibujo relacionado con la coyuntura política.

- Vos compartís gran parte de tu contenido, de tus historietas, en las redes sociales. En esas plataformas se da lugar a los comentarios tanto halagadores para el creador, como críticos. Hay mucho hate (odio). ¿Te llega un poco de eso? ¿Cómo lo manejás?

- Dos cosas. Una, cuando hay un hateo así, un odio muy fuerte, no deja de ser halagador en algún sentido porque hay mucho amor puesto ahí para odiar con tanta vehemencia. Después, en lo que a mí respecta, cuando me entra alguna bala es porque algún grado de razón le doy a lo que me están diciendo. Por supuesto, lo mejor son las críticas más constructivas y que te pueden sumar, pero cuando te dicen algo para molestarte y vos te sentís molesto sabiendo que es alguien que no conocés, es porque, en algún punto, le das un poco la razón.

No me engancho con los haters, la verdad. Al contrario, es de algún modo, muy extraño, una demostración de interés, así que no me siento tocado ahí.

Tute presenta su libro "Ensayo para mi muerte"

"Ensayo para mi muerte" se puede conseguir a través de la página web oficial de Tute: tutehumor.com.

- Estás presentando el libro “Ensayo para mi muerte”. ¿Cómo hiciste para fusionar la muerte y el humor?

- Ya el título tiene un juego humorístico con la idea del género literario del ensayo, como una obra ensayística y, al mismo tiempo, alguien que está probando cómo es morir, es decir, ensayando una muerte. Así que es un libro raro; es una novela gráfica, es un libro de historieta; es, seguramente, mi libro más teatral porque tiene a un tipito tendido en el suelo, sin vida, desde la primera página hasta la última; no hay movimientos de cámara; no tiene esa cosa cinematográfica que suele tener la historieta de ir moviéndose y siguiendo el personaje.

En el libro, el personaje, por supuesto, ni piensa, ni habla, ni se mueve en ningún momento. Está literalmente muerto. Es muy teatral porque no deja de ocupar el centro de la escena permanentemente y todo sucede a su alrededor. Entonces, asistimos, digamos, a una suerte de galería de personajes que van mostrándonos sus reacciones, sus reflexiones y sus pensamientos ante la muerte.

Este muerto (el protagonista) es la muerte y finalmente no deja de ser la propia muerte, la de cada personaje que se cruza con él, que se topa con este muertito. Entonces tenemos distintas reacciones. Están los negadores, que no quieren ni hablar ni pensar en la muerte, que le pegan un saltito y siguen el camino como si no existiera. Otros se sienten casi responsables de esa muerte. Pasa de todo.

El libro va del humor a la poesía y al absurdo. Está permanentemente cambiando. Lo que no cambia es que hay un muertito ahí en el centro de la escena. Rápidamente me di cuenta de que iba a ser un libro muy teatral. Por eso, la tapa es un teatro y el muertito está en el escenario, en un teatro lleno, con todos observando la muerte.

¿Cómo surge la idea de hacer "Ensayo para mi muerte"?

¿Por qué sentiste la necesidad de abordar la muerte en este libro?

- En realidad, yo estaba trabajando con otro libro, en una novela gráfica que era una aventura, y surgió, como toda búsqueda que es hija de una necesidad y, evidentemente, tenía la necesidad de trabajar una imagen muy fuerte que tenía instalada, que tiene que ver con la muerte de mi hermano. Sentí que tenía que hacer algo con eso. No sabía muy bien qué, pero empecé a dibujar y se fue desarrollando sin querer. Fui encontrando este libro.

De hecho, al principio el muerto no estaba muerto, estaba vivo, hablaba, daba instrucciones de cómo había que morir dignamente. Después, me di cuenta de que todo eso lo tenía que volar y que era mucho más interesante que el muerto estuviera muerto de entrada y que viéramos qué nos pasa a nosotros, porque, finalmente, la muerte no es de los muertos, es de los vivos, de los que quedamos. Quería mostrar qué nos pasa frente a un tema tan espinoso, pero tan central en nuestras vidas. Nos hacemos los tontos, nadie habla en la mesa de la muerte, pero es parte de la vida; es el capítulo final o el último acto.

- ¿Te sentís representado por alguno de los personajes que ven a la persona fallecida?

- Tengo algo de varios. De hecho, hay personajes que representan un poco distintas etapas del duelo, de mi propio duelo. En todo duelo hay distintas fases. Yo digo que mis duelos tienen tres partes. La primera es como la de todos: se necesita de tiempo, distancia del hecho. La segunda etapa es la del análisis, en mi caso. Y la tercera, la última parte de mis duelos siempre es dibujada.

- Hacés catarsis con el dibujo.

- Sí, me sirve lo que hago para poder analizar, pensar desde un lugar distinto. Creo que me sirvió muchísimo hacer este libro porque me pude sacar de encima una imagen y transmutarla, convertirla en otra cosa. Es decir, algo que fue doloroso y muy impactante, de pronto, me pude amigar de alguna manera con esa imagen y convertirla en un hecho artístico, como es un libro.

tute

- ¿Qué es el humor para vos?

- El humor es una herramienta ilimitada, extraordinaria. A través del humor uno puede decir lo que siente, lo que piensa, lo que le duele. De hecho, apenas nacemos, empezamos a dibujar. En esos palotes y en esos monigotes ya hay un primer contacto con el mundo; uno le está contando algo al mundo de entrada, aunque sea difícil de entender, aunque sea muy abstracto al principio. Este libro no deja de ser aquello.

El humor es un escudo porque también es un mecanismo de defensa; es un arma porque uno opina; también es un espejo individual y que uno puede dar vuelta hacia la sociedad para que se mire.

- ¿Y qué es la muerte?

- La muerte para mí es el gran motor de la vida. Para mí hacemos todo lo que hacemos porque tenemos noticia de ella. Dentro del reino animal, el ser humano es el único que tiene esa capacidad de ser consciente de su propia finitud; y es esa conciencia tremenda la que nos permite hacer cosas. Si no tuviéramos conciencia de la finitud, no sé si haríamos todo lo que hacemos.

- ¿Vos creés que no nos animaríamos a hacer las cosas que queremos?

- No, no nos animaríamos o tendríamos tanto tiempo que no tendríamos la preocupación y la premura de ponernos en marcha. Seríamos procrastinadores consuetudinarios, permanentes, eternos. En cambio, sabiendo que hay un deadline, es que hacemos todo lo que hacemos, incluso enamorarnos.

La muerte y el humor pueden encontrarse en una obra de arte, tal como lo hacen en el nuevo libro del humorista gráfico Tute, titulado “Ensayo para mi muerte”. En él, el artista presenta a una persona fallecida, tendida en el suelo, desde el comienzo hasta el final. Al verlo, al toparse con la muerte, cada personaje circunstancial reacciona de una forma sumamente diferente, demostrando desinterés, miedo y hasta culpa.

Se trata de la obra más introspectiva, reflexiva y teatral de Juan Matías Loiseau, más conocido por su nombre artístico Tute, que nació como una forma de hacer catarsis en medio del duelo por la partida de su hermano, Tomás Loiseau, vocalista de la banda Mamushkas, en noviembre de 2019. “El libro tiene que ver con la muerte de mi hermano. Sentí que tenía que hacer algo con eso y empecé a dibujar”, contó el artista en una entrevista exclusiva con MDZ y profundizó en su mirada sobre el fin de la vida.

En la charla, además, Tute recordó a su padre, el famoso humorista gráfico Caloi, quien lo inspiró a seguir el camino del lápiz y el papel. “Mi papá se hacía querer a través del dibujo”, manifestó y agregó: “Todos los artistas hacemos lo que hacemos para ser aceptados y queridos”.

- ¿Le tenés miedo a la muerte?

- Sí, sí, le tengo miedo; la quiero lejos. No es que este libro me permite llevar la muerte. La quiero lejos en el tiempo, lo más lejos posible.

- - Te gusta la vida que llevás.

Exactamente. Esa es la clave. La clave del libro es poner sobre el tapete la cuestión de que en realidad la muerte es una excusa para hablar de la vida, para decir: "Che, tenemos ese final que no sabemos ni siquiera cuándo va a ser. Bueno, pongamos en marcha la vida, que es de lo que podemos dar cuenta”. De lo otro, hay que tener o una religión o una fantasía o una fe poética que yo no tengo.

- ¿Dónde se puede conseguir el libro?

- Es una autoedición, así que esta vez no salí con una editorial; me autoedité. El libro se puede conseguir a través de mi página web que es tutehumor.com.