El viaje familiar que lleva a Maradona a cada barrio y por qué es un homenaje perfecto
Lucas, la China, y sus hijos Azul y Oro viajan por Argentina y Sudamérica llevando al Diego a cuestas. Cómo nació la idea, los momentos más difíciles, las anécdotas con él y su familia y el sueño de llegar a Nápoles.
Una vez le preguntaron a Diego Maradona cuál era su apodo favorito y respondió "Pelusa". "Es el que más va conmigo porque me devuelve a la infancia de Fiorito", explicó, cómo viajando mentalmente a esa infancia. Su vida fue un viaje: de Fiorito, al estrellato y desde el 2020 a la memoria colectiva, la última estación donde eligió quedarse para gambetear lo terrenal. Pero el Diego es terrenal y sigue viajando.
Es el objetivo que tienen Lucas, la China, y sus hijos Azul y Oro: viajan por Argentina y Sudamérica llevando al Diego a cuestas. Lo hacen con la ayuda de "Pelusa", el motorhome que decoraron para homenajearlo tras su muerte. Recorrieron parte de Brasil y Uruguay y ahora están rodando por el país con el sueño de llevarlo a Nápoles.
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Es difícil encontrar un homenaje tan Maradona. Nació con un sueño grande. Tomó forma a base de talento. En el camino sufrió. Se rompió. Renació. Se aferró al cariño argentino y sigue buscando consagrar el sueño. No claudica. Improvisa. No tiene un guion, solo un objetivo. "Pelusa por el Mundo" se llama el viaje y los protagonistas nos lo cuentan.
"Pelusa por el Mundo", el viaje en homenaje a Diego Maradona
"Somos una familia de Mercedes, Buenos Aires. A mitad de 2021 nació la idea de cambiar de vida. Con la China estamos pensando en emigrar, pero éramos seis (además de Azul y Oro tienen otras dos hijas mayores: Violeta y Blanca). Pensábamos cómo íbamos a trasladarnos todos y ahí le propuse comprar un motorhome. La China no me dijo que no y avanzamos. Vimos publicado uno en Chillar, a 360 kilómetros. Lo fuimos a ver pero no nos alcanzaba la plata. El tipo quería un auto para regalarle a la hija y se lo cambiamos directo. A los días lo teníamos en casa. A los tres días, Argentina salió campeón en el Maracaná", contó Lucas.
También relató cómo fue que decidió convertirlo en lo que es hoy: "En paralelo estábamos leyendo el libro autobiográfico "Yo soy el Diego de la Gente", que lo heredé de mi abuela. Yo soy maradoniano por ella. Ahí dije 'este tiene que ser un homenaje para el Diego. Es gris y es de los 60, tiene que llamarse Pelusa'. Pensamos que todos los viajeros se iban a Alaska y nosotros teníamos que irnos a Nápoles. No entendíamos mucho qué estábamos haciendo pero ya lo teníamos en la puerta de casa.
Convertirlo en el Pelusa no fue un camino fácil
Compraron un Mercedes Benz 613 D, modelo 61. En el paragolpes trasero reza: "Teneme paciencia, son un Mercedes 61". Pero los que tuvieron paciencia fueron Lucas y China, que durante un año y medio lo acondicionaron. "Lo compramos motorhome pero muy antiguo. Lo tenía que preparar. Lo limpiamos, arrancamos a camperizar y durante un año y medio lo pintamos. Se hizo largo", explicó Lucas.
Según el relato, tras iniciar el desarme, lo dejaron a chapa y comenzaron con pintura térmica, aislación, la distribución de los muebles. Para eso, utilizaron materiales reciclados de obras. En paralelo, iban amigos y ellos mismos a pintar. Un fondo, un Diego. "Teníamos la metodología de todos los días hacer algo", contó Lucas. Solo se detuvieron dos meses durante el calor del verano. Todo, mientras continuaban con su comercio de venta de ropa deportiva, con el que juntaron suficiente dinero para costear el viaje a Nápoles.
Claro que semejante obra no fue fruto solo del autodidactismo. En el camión trabajaron dos artistas de Mercedes a los que aún hoy les agradecen. "Cuando lo compramos fuimos distribuyendo las ideas con nuestra mirada. Contacté artistas pero me cobraban mucho. Ahí conocimos a Jorge Blanco y Facundo Polo. Les conté la idea y me dijeron que sí. 'Si es para el Diego, lo hacemos'. Cada uno pintó una parte y la trompa tiene detalles de fileteado porteño que fue hecho en La Boca por el Piojo, otro artista. El año pasado, como estuvimos mucho tiempo expuestos al salitre del mar, se nos vino abajo y lo pinté yo. Cada seis meses lo retocamos", contó Lucas.
El viaje de Pelusa
Nueva ironía del destino maradoneana: si el motohome fue comprado 3 días antes de que Argentina sea campeona en el Maracaná tras 28 de sequía, el viaje comenzó un 10 de diciembre de 2022 en pleno desarrollo del mundial. Un día después de la Batalla de Luisail contra Países Bajos y a ocho días de la tercera estrella.
"Cuando salimos, la idea era hacer todo el Litoral de Brasil y llegar hasta Recife, para ahí embarcar. Fue muy loco porque salimos con toda la euforia y no sabíamos cómo era tener una vida viajera. El primer mes fue complicadísimo, la convivencia, adaptarte a dónde estacionar para dormir, la comida, bañarte, desagotar los tanques. Nos fuimos adaptando pero en Curitiba se nos rompió el motor. Lo mandaos a reparar, se tardaron dos meses en entregarlo y cuando lo hicieron seguía roto. Estuvimos tres meses más parados", contaron, sobre le primer intento de llegar a Nápoles y el primer traspié que no fue para nada fácil sortear.
En ese momento apareció un brasilero que vio un video de ellos en Instagram, para ofrecerles su ayuda. No solo los alojó y los cuidó, sino que directamente les regaló un motor. "Un fanático de Argentina. Él había venido muchas veces y lo habían tratado muy bien. Estaba muy dolido porque no quería que nosotros tuviésemos esa experiencia", contaron.
Claro, no fue nada sencillo ese momento, fueron seis meses parados sin siquiera poder irse muy lejos del vehículo. La China lo contó: "Estaba a punto de rendirme, había pasado más de un mes sin poner un pie en el piso porque estaba el camión en el taller. En ese momento nos llegó un mensaje de Instagram de una persona contándonos quién era y cómo había visto nuestra historia. Mandó a alguien con mucha comida y nos dijo que estaba dispuesto a ayudarnos. Pasamos una situación límite y nos contactamos con él, con Miguel. Nos fue a buscar al otro día con una grúa y ahí cambió la historia".
El 21 de septiembre de 2023 emprendieron viaje a Argentina de nuevo. En su pueblo natal celebraron el cumpleaños de 15 de su hija del medio (Blanca) y planificaron el segundo intento. Esta vez, vía Uruguay. Partieron el 1 de enero de 2024. La idea era hacer todo el interior de ese país y llegar a Montevideo para embarcar desde ahí. Cuando llegaron al límite con Brasil se volvió a romper el motor. "Fue duro pero estábamos más curtidos. Justo encontramos mecánicos que nos dan una mano y con lo que teníamos de ahorros decidimos comprar la mecánica completa para no rabear más. Nos quedamos sin un peso", contó Lucas.
La China agregó: "Cuando nos pasa lo mismo en Uruguay ya estábamos con otra predisposición. Se nos rompió el camión al costado de la ruta y supimos cómo funcionaba esto. A los 10 minutos pasó una persona que justo era del lugar a donde nosotros íbamos y nos tiró con una Ford 350 durante 80 kilómetros. Otra persona que vivía a 500 kilómetros nos ayudó manejando todo eso para hacer el cambio de motor y no nos cobró un centavo".
El 23 de mayo regresaron al país y se vieron en una encrucijada. No tenían plata, ni el negocio pero al Pelusa. "Nos preguntamos '¿Qué haría el Diego? Seguiría'". Entonces repintaron y planificaron la nueva salida. "Pensamos cómo nos íbamos a ir a Nápoles si no habíamos recorrido nuestro país. Es un homenaje para Diego, para el pueblo argentino, las Malvinas; tenemos que recorrer Argentina", contaron, y es por eso que desde hace un año están girando por nuestra tierra, casi como si fuese voluntad del 10.
Iniciaron por Capital Federal el 29 de octubre, un día antes del cumpleaños de Diego Maradona. Estuvieron tres meses y viajaron en el verano para la costa. Su camino tomó la ruta 7 y llegaron hasta Mendoza, donde están hace más de un mes. Pasaron por La Paz, Rivadavia, San Martín, Ciudad, Maipú y Luján. Su objetivo es viajar a Bariloche y por el centro del país ir hasta el norte. Van a llegar a Nápoles pero no saben cuándo. "Una vez que recorramos Argentina recién veremos el cruce a Nápoles. Antes íbamos atrás de la coneja pero ahora disfrutamos de los lugares y las personas que nos encontramos. Sabemos que en algún momento va a pasar". Y repiten, siempre: "Será cuando el Diego quiera".
Anécdotas con Maradona y el destinatario del homenaje
Hubo momentos difíciles, pero también satisfacciones. Lógicamente, acercar al Diego a lugares impensados tiene sus consecuencias. En el camino acumularon innumerables muestras de afecto, recibieron regalos, gestos, pedidos impensados y el inconmensurable valor de la curiosidad y el afecto por Maradona. "Los que se acercan lo hacen con ese recuerdo y amor a Diego, pero también con una historia de algo que los conecta con Diego de una manera especial", cuenta la China.
"El viaje es para esas personas que nos dicen 'el Diego me hace acordar mucho a papá'. Nosotros le decimos 'mandale un mensaje' y nos cuentan que falleció pero que lo recuerdan con mucha alegría porque lo recuerdan a través del Diego. La gente pasa, se persigna, llora. Pasan un montón de cosas", agregan.
"Regalos hemos recibido muchos, camisetas, cuadros de personas fallecidas que la familia quería que vaya en el colectivo, que lleguen a Nápoles para dejarlas en el santuario, etc.", cuentan. Claro, semejante responsabilidad de acercar a Diego requiere un desgaste emocional, pero lo llevan con tranquilidad. "Viene mucha gente y te genera una carga emotiva, pero solemos estar unos 3 o 4 días a disposición plena y otros 3 o 4 días en los que nos alejamos y no abrimos la puerta".
Además, también buscan despegarse de la etiqueta del fanatismo. "Lo más lindo de esta historia es que no nos creemos los más fanáticos de Maradona. Siempre encontrás alguien que está más loco que vos y uno lo acerca para que los disfrute ese que es realmente fanático".
De hecho, el colectivo y el viaje es una forma muy efectiva de maradonizar cada pueblo o ciudad que transitan. "Siempre cuento que Pelu fue una forma de canalizar ese amor, transmitirlo y devolverle algo. Caer en lugares random y que se hable de Diego. Hacer una foto. Que vengan los chicos a preguntar quién era él. En ese momento está ocurriendo algo que el niño no se va a olvidar nunca", señalan. Y agregan: "Nos pasa que conocemos nenes hace mucho que vienen y te traen un dibujo de Diego. O los padres nos dicen que desde que vio el camión está todo el día hablando de Maradona. Ahí es cuando decimos 'lo estamos logrando'. Vamos a las escuelas y le contamos de Diego, de las Malvinas, de cómo los relacionamos. Siempre con la base de decirles que persigan su sueño, como lo hizo él que salió del barro con un sueño y lo cumplió".
Otra gran satisfacción de ese fanatismo fue conocer a la familia del 10. Fue en Fiorito y de una forma increíble. "Fuimos a un evento y conocimos a amigos de Diego en la infancia. Nos dijeron que vayamos a Fiorito al otro día, que iba a ver un evento y la familia de él iba a estar. Fuimos a Fiorito todo el día, a la noche nos metimos en el estacionamiento y ahí llegaron Claudia, Gianina, Benja, los primos de Benja, todo el núcleo familiar. Charlamos con Claudia, se emocionó un montón. Primero nos miraba de reojo pero después de conocernos se dio cuenta que solo queríamos homenajearlo. Nos pidió pasar, estuvimos adentro charlando como media hora y se pusieron a disposición. Sentimos como que arrancamos diferente, bendecidos".
También tienen su propia anécdota con Maradona, a quien no pudieron conocer más allá de un celular. "Tengo una peña de Boca llamada Diego Armando Maradona, hicimos un club llamado La Diego Armando en Mercedes como excusa para que le llegue. Un día estábamos haciendo una cena de fin de año y teníamos un flyer con nuestros teléfonos. Nos llamó un número con el 011 y no suelo contestar esos. Al rato me llama mi compañero y me dice 'amigo, me llamó el Diego'. No le creía. Era Rocío Oliva y le contaba que estaba con el Diego. Cortó y llamó de nuevo. Mi amigo le dijo 'si estás con el Diego, pasamelo'. Atendió él y preguntó ¿a dónde va la plata que están juntando con mi nombre?'. Entonces le explicamos que era una cena de un club de fútbol para ayudar a los pibes. Nos preguntó dónde estábamos y nos dijo que nos iba a llamar su abogado para organizar un asado. A los dos segundos estaba llamando a ese número y no me contestaron", contaron.
Lo cierto es que el sueño de Lucas siempre fue conocerlo. "Yo lo amo. Siempre decía que darle un abrazo era una de mis metas. Cuando falleció se me derrumbó la ilusión". Pero esa ilusión se convirtió en idea y luego en homenaje. Un homenaje que los sorprende día a día y los nutre de cariño argentino. También es un estilo de vida y objetivo familiar. "Nosotros no lo percibimos como a un Dios. Es como alguien de la familia", cuentan sobre el Diego. Es una "persona" que los acompaña en el viaje. Al fin y al cabo, el Pelusa.






