El último gesto de amor de un querido periodista que falleció
Cristian Ortega falleció a los 50 años tras sufrir un accidente cerebrovascular y su familia donó sus órganos.

Cristian Ortega falleció a los 50 años
El Hospital Español de Mendoza informó el fallecimiento de Cristian Ortega, querido periodista mendocino de 50 años. El comunicador había ingresado a la institución días atrás con un grave cuadro tras sufrir un accidente cerebrovascular hemorrágico en el tronco encefálico. Pese a los intensos esfuerzos médicos, su estado fue irreversible y su muerte se confirmó oficialmente en la jornada del viernes.
En medio del dolor, la familia tomó una decisión trascendental: donar los órganos de Ortega. Este gesto solidario fue destacado por el hospital como un acto de esperanza, ya que permitirá mejorar y salvar la vida de otras personas. La acción refleja un legado humano que trasciende su figura en el ámbito periodístico.
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El fallecimiento del periodista generó conmoción tanto en colegas como en referentes políticos de Mendoza. Ortega había sido conocido por su estilo crítico y agudo, capaz de aportar miradas originales sobre la actualidad. En redes sociales, distintos espacios recordaron su humor particular y su compromiso con la profesión.
La aclaración sobre su estado se conoció a través de un comunicado de allegados, quienes señalaron que, como donante de órganos, permanecía conectado a equipos médicos para cumplir con los protocolos de ablación. Esta situación había generado cierta confusión en las primeras horas posteriores a su deceso.
El comunicado del Hospital Español:
Con una extensa trayectoria, Cristian Ortega formó parte de proyectos clave en la prensa mendocina. Inició su carrera en Diario Uno y luego fue pieza fundamental en el lanzamiento de Diario El Sol. También colaboró en medios como Los Andes, MDZ y la revista Rumbos, siempre con un sello personal en sus coberturas de política y economía.
Graduado en Comunicación en la Universidad Juan Agustín Maza, donde también fue docente, Ortega dejó una huella como profesional y como formador de nuevas generaciones. Padre, esposo y amigo entrañable, su partida marca un profundo vacío en el periodismo local, pero su última decisión lo convierte en un símbolo de solidaridad y amor más allá de la muerte.