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El balón del Mundial 2026: innovación con historia en cada costura

Con tecnología de punta y guiños a torneos míticos, el balón 2026 ofrece precisión, sustentabilidad y emoción, cosiendo pasado y futuro en cada jugada

Cada Mundial cuenta su propia historia a través de goles inolvidables.

Cada Mundial cuenta su propia historia a través de goles inolvidables.

Gentileza.

El Mundial 2026, de Estados Unidos, México y Canadá 2026 ya tiene protagonista confirmado dentro del campo de juego: Trionda el nuevo balón oficial de la Copa del Mundo, fabricado una vez más por Adidas, marca que desde 1970 ha dejado su sello en cada torneo.

La pelota, presentada recientemente, combina tecnología de última generación con un diseño que rinde homenaje a la historia de este deporte y a la diversidad cultural de los tres países anfitriones.

El vínculo entre los Mundiales y el balón es inseparable

Desde aquel primer campeonato en Uruguay 1930, cuando se utilizó la Tiento y la T-Model, dos pelotas de cuero que incluso provocaron que cada equipo jugara un tiempo con la suya en la final, el fútbol ha sido testigo de una evolución constante. El balón de Mundial de Italia 1934 fue la más pesada de la historia. Pesaba más de 400 gramos en seco, pero al mojarse podía superar los 500 gramos, lo que lo hacía muy difícil de cabecear sin lastimarse.

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Fabricado por Adidas, marca que desde 1970 ha dejado su sello en cada torneo.

Fabricado por Adidas, marca que desde 1970 ha dejado su sello en cada torneo.

El salto más significativo llegó en 1970, en México, cuando Adidas presentó la legendaria Telstar, el primer balón con los característicos 32 paneles en blanco y negro, diseñado para destacar en la televisión de la época.

Desde entonces, cada edición mundialista trajo consigo un balón con identidad propia: la Tango de Argentina 1978 fue diseñada con dibujos geométricos que simulaban continuidad en los paneles, dando la sensación de que había más figuras que las reales. Su diseño fue tan exitoso que se mantuvo en varias ediciones posteriores.

La Azteca de México 1986, fue pionera: dejó de lado el cuero y se fabricó con materiales sintéticos. Esto mejoró la resistencia al agua y la durabilidad, revolucionando la producción de balones. Jabulani de Sudáfrica 2010, criticado por su imprevisibilidad en el aire. La Brazuca del Mundial de Brasil 2014, no solo fue famosa por su estabilidad, también se fabricó con procesos más sostenibles, reduciendo el consumo de agua y energía en su producción y se convirtió en la pelota de Mundial más vendida de la historia. Adidas reportó más de 42 millones de unidades comercializadas en todo el mundo.

La más reciente Al Rihla de Qatar 2022, el primero con sensores de movimiento incorporados para asistir a la tecnología semiautomatizada del fuera de juego.

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Desde entonces, cada edición mundialista trajo consigo un balón con identidad propia.

Desde entonces, cada edición mundialista trajo consigo un balón con identidad propia.

El balón de 2026 continúa esta tradición de innovación

Confeccionado con materiales sostenibles y tecnología avanzada, busca ofrecer mayor precisión, control y estabilidad en los disparos. Además, incluye un chip interno mejorado que transmitirá datos en tiempo real, profundizando la conexión entre el juego, la estadística y el espectáculo global. Su diseño exterior combina colores vibrantes y patrones que representan la unión de los tres países organizadores, reflejando tanto modernidad como un fuerte sentido cultural.

Adidas, que lleva más de medio siglo como proveedor oficial, vuelve a situar al balón como un símbolo que trasciende lo meramente deportivo. Cada Mundial cuenta su propia historia a través de goles inolvidables, jugadas épicas y emociones colectivas, y el balón es siempre el centro de esa narrativa.

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Adidas, que lleva más de medio siglo como proveedor oficial, vuelve a situar al balón como un símbolo que trasciende lo meramente deportivo.

Adidas, que lleva más de medio siglo como proveedor oficial, vuelve a situar al balón como un símbolo que trasciende lo meramente deportivo.

De Uruguay 1930 a Norteamérica 2026, el fútbol cambió, creció y se transformó en el espectáculo más visto del planeta. Sin embargo, la pelota —esa protagonista silenciosa— sigue siendo la misma en esencia: el corazón de un juego que une al mundo entero.

* Eduardo Salvay, es entrenador de arqueros AFA.