Día nacional de la Adopción: mi búsqueda por la identidad biológica
Soy Víctor Balseiro, formo parte de MDZ, celebro el día nacional de la adopción, ya que fui recibido en una gran familia que me blindó en valores y buenas costumbres.

Leonor, mi vieja de adoptó a mis seis días de vida.
Gentileza.En el Día Nacional de la adopción, les cuento mi historia que comenzó allá por abril, casi mayo, de 1968. Una mujer llamada Leonor volvió a su casa de la calle Padre Elizalde, en Ciudadela Norte, con un bebé en brazos. Ese bebé era yo. Tenía apenas seis días de vida, envuelto en una manta de lana verde, y desde ese momento me llamaron Víctor y que cumpla los años cada 1 de mayo.
Por todo el amor y los valores recibidos por parte de mi familia, de mis padres Leonor y Juan Antonio Balseiro. Recién a mis 16 años, cuando ellos ya habían partido al cielo, me enteré de que mi historia era distinta.
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Hoy, con todo el tiempo recorrido, siento que tengo dos madres. Una es esa jovencita de apenas 15 años que me tuvo en su panza y que me dio la vida, cuyo nombre aún desconozco y que me gustaría mucho conocerla: imagino una gran charla entre los dos. La otra es Leonor, que me crio con mucho amor, educación y cuidado, y a quien reconocí siempre como mi vieja.
El origen de mi llegada a los Balseiro
Según lo que pude reconstruir, todo empezó con un diálogo entre vecinos de Ciudadela Norte. Un hombre le comentó a su vecina: "Conozco a una jovencita que tiene 15 años, acaba de dar a luz. Es del interior, está sola y trabaja en una casa de familia. Quiere dar al bebé en adopción a cambio de algo de dinero, para poder volver a su pueblo. Su familia no sabe que estaba embarazada".
La respuesta de Leonor fue inmediata: "Lléveme con ella". Ese gesto la convirtió en mi madre adoptiva. Desde ese día, pasé a ser parte de la familia Balseiro. Me genera una sonrisa imaginar las caras de Juan Antonio y de mis hermanos, María y Juan, cuando Leonor llegó conmigo en brazos a casa. No tengo esa imagen guardada en mi, pero sé que fui recibido con cariño, porque crecí rodeado de amor de familia.
Lo que sentí al enterarme
A los 16 años me enteré de que no era hijo biológico de Leonor y Juan Antonio. Fue duro, pero no me faltó contención. Comprendí que mis viejos me habían elegido, y eso fue un acto de amor. Sin embargo, también nació en mí una necesidad que nunca pude apagar: la de conocer a la mujer que me dio a luz, y no para juzgarla sino para escucharla, ya que no le guardo rencor en absoluto. Me gustaría agradecerle el haberme dejado nacer.
En mayo del 2023 en la Feria del Libro, tuve la oportunidad de firmar ejemplares de un libro "Crónica de una Adopción" una buena experiencia.
Lo que busco hoy
Los datos que tengo son pocos, pero significativos:
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Una adolescente de 15 años dio en adopción a un varón recién nacido en abril de 1968.
Estaba en Ciudadela Norte, cerca de la calle Padre Elizalde.
Era del interior del país y trabajaba como empleada doméstica.
Con el dinero recibido, habría pagado su pasaje para volver a su pueblo, donde su familia no sabía que había estado embarazada.
Cada vez que veo a alguien de la edad que tendría mi madre biológica, pienso en ella. Imagino su valentía para llevar adelante ese embarazo, sola, lejos de su casa y de su gente.
Mi pedido a la comunidad
Hoy necesito pedir ayuda. Si alguien conoció a una joven en esa situación en 1968, si alguien escuchó esa historia o recuerda a una chica de 15 años que dio en adopción a un niño en Ciudadela Norte, le pido que me lo cuente.
Soy consciente de que con tan pocos datos es difícil, pero no imposible. Si llegaste hasta acá leyendo, te invito a que compartas mi historia o preguntes entre conocidos, familiares y vecinos. Cualquier detalle puede ser una pista.
* Víctor Balseiro. [email protected]
IG: vbalseirook