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Delfina Ferro: la creadora de Diabla que revolucionó el universo del wellness

Gestó Diabla, la marca de suplementos y bienestar, cuando le diagnosticaron hipotiroidismo; narró su historia y Argentinos que construyen te la cuenta.

La comunidad fue clave sostiene Delfina Ferro, creadora de Diabla, antes de lanzar el primer producto, ya tenía 50.000 seguidores que habían visto el proceso.

La comunidad fue clave sostiene Delfina Ferro, creadora de Diabla, antes de lanzar el primer producto, ya tenía 50.000 seguidores que habían visto el proceso.

La Fábrica Podcast

Si "Diabla es una marca de suplementos saludables y bienestar con una comunicación muy interesante y que generó mucha comunidad a través del mensaje de la marca”, como destaca Delfina Ferro, lo cierto es que la propia historia personal de su creadora es parte inseparable de este éxito.

Diabla nació como respuesta a una necesidad íntima, física y emocional, de Ferro. Para entender el producto final —estético, aspiracional, viral y funcional—, hay que entenderla a ella. “Fue una construcción muy grande. Yo tuve hipotiroidismo, muchos síntomas de los 16 a los 22: sueño, se me caía el pelo, problemas con el peso. No sabía dónde terminaban mis síntomas y dónde arrancaba mi personalidad”, rememora en una entrevista en La Fábrica Podcast. Las soluciones disponibles no se adaptaban a su estilo de vida. Y entonces decidió inventarlas.

De Buenos Aires a Nueva York

Delfina nació en Buenos Aires. “Clase alta, papá abogado, mi mamá no trabajó desde que yo nací, somos tres hermanos. Fui a un colegio de monjas —no fue la mejor experiencia— y después a un colegio internacional porque yo quería irme a Estados Unidos”, resume ella.

Su deseo de irse apareció a los cinco años. “Le decía a mi abuela que iba a ser actriz y me iba a ir a Los Ángeles. Ni lo conocía, pero miraba Hannah Montana”. A los 14, viajó sola por primera vez. Campamentos, cursos, audiciones. A los 18, se fue definitivamente. Y la realidad fue más áspera que la fantasía: “Te tiran a los lobos. Vivía sola, tenía cuentas. Una cultura muy individualista. Nadie entendía mi cultura argentina”.

Pero lo que más la marcó fue el consumo. “En Estados Unidos te venden cualquier cosa. Estás expuesto a comprar historias, founders. En Nueva York, respirás y gastás plata o alguien te está vendiendo algo. Creo que eso me dio una visión del mundo consumista increíble. Y también me enseñó algo: yo quiero que se ganen mi plata”.

Crear comunidad: la clave de Diabla

Delfina Ferro - Diabla - Sobre Producir Algo Innovador

Aunque su formación no fue en negocios, sino en teatro, creó una empresa que hoy factura millones. ¿Cómo empezó todo? Con una mezcla de intuición, inocencia y recursos. “Cuando empecé tenía 23 años. Tenía una idea, un sueño y plata porque me financiaron. Puse 180 mil dólares para una línea de 7 productos”, recuerda.

Sus primeros pasos fueron caseros: “Empecé con recetas en Instagram. Me había copado con la comida a base de plantas, pero no quería hacer gastronomía. Me creé un personaje que era La Diabla, un muñequito mío. Ahí empezó a crecer la comunidad y llegué a ingenieros en alimentos que me ayudaron”.

La comunidad fue clave: “La marca tardó mucho más de lo que yo esperaba. La creé y empezó a vender recién a los 2 años. Eso me hizo ser más estratégica. Me iba de viaje y mostraba mi valija llena de suplementos. Mostré el detrás de escena de crear una marca”. Antes de lanzar el primer producto, ya tenía 50.000 seguidores que habían visto el proceso.

Productos por necesidad personal

Mate, proteínas, jugo de apio, blends y un supergreen viral, la génesis de Diabla fue completamente autobiográfica. “Primero hice todo lo que necesitaba. Empecé por un gin con soda. Después el mate, porque había dejado la cafeína y ni la yerba orgánica me caía bien. Ahí surgió el blend de hierbas”.

Después vino el jugo de apio: “Me gastaba una fortuna. Si te ibas a algún lado, olvídate de llevártelo”. Y la proteína: “Ninguna proteína era rica ni tenía aminoácidos completos”. Todo nació de una necesidad no resuelta.

Ferro no desconoce los riesgos de innovar: “Me robaron la idea. La primera competencia que salió la sacó una de las ingenieras de alimentos. La fórmula no es igual, pero copiaron un producto que es AG1. Es distinto al supergreen”. Sin embargo, ella siguió y escaló.

Equipo y marketing barato e hipercreativo

“Hoy somos 20 en Diabla, cuando lanzamos éramos 4 o 5 personas. Lo bueno de arrancar con poca plata es que tuve mucha creatividad. Diabla parece mucho más caro de lo que es. Hacemos marketing barato, gastamos muy bien la plata”, destaca.

No gigantismo, no celebrities, no pauta masiva. Sí creatividad, cercanía y comunidad. “Le pedimos a un grupo de gente que pruebe el suplemento por 30 días y nos de una devolución. Fue solo gente parada frente al celular diciendo eso, gente a la que le creían.”

Actualmente no pagan influencers: “Les gusta el producto y se los damos”. En este sentido, asegura que “siempre quise que la marca se pueda parar sola, sin tener la palanca de mi perfil. Es muy volátil si está agarrada de un perfil público”.

Ferro está convencida de que “hoy en día, los beneficios de un producto pesan más que su costo. Por eso, una mujer emprendedora que no necesariamente es empresaria reconocida puede lograrlo. La gente sabe a quién le está comprando y por qué”.

Diabla tiene su propio ecommerce, tienda en Mercado Libre, ecommerce mayorista y un local en el Paseo Alcorta. "Es un rubro muy difícil porque no tenés la info. Las dietéticas funcionan como almacenes de barrio”, pone en contexto.

Origen social, prejuicio y la presión del éxito

Delfina Ferro - Diabla - Sobre Prejuicios

“Siento que el prejuicio siempre va a estar: yo tenía muchas más posibilidades que otros. Pero no me afecta lo que digan, lo que tuve lo aproveché al máximo. Es muy difícil hacer el balance entre ser ambiciosa y tener salud emocional y física.”

Con mucho empuje de Ferro y también mucha incertidumbre, Diabla sigue creciendo: “En los momentos difíciles me apoyo en mi familia, mis papás, mis hermanos, mi marido. Vale la pena construirlo, es muy argentino buscar la solución para seguir”.

El ciclo de MDZ Argentinos que construyen

En MDZ creemos que detrás de cada empresa, cada producto y cada innovación, hay personas que apuestan por el país. Argentinos que construyen es el espacio donde contamos sus historias: las de empresarios, emprendedores e industriales que, con creatividad, trabajo y perseverancia, logran transformar ideas en realidades y abrir oportunidades para muchos.

Aquí reunimos sus voces, en primera persona, para conocer cómo se levantan proyectos que impactan en la industria, el campo, la tecnología, el real estate, el deporte y tantas otras áreas.

En alianza con La Fábrica Podcast, los protagonistas nos comparten sus experiencias, aprendizajes y sueños. Son relatos que inspiran, testimonios vivos de que con visión y esfuerzo es posible crecer. Historias de argentinos que, paso a paso, construyen un país más fuerte y pujante.