Crisis: un estudio revela cuántos argentinos sufren de ansiedad, angustia y depresión
Las crisis económicas, la inseguridad y la incertidumbre general hacen que los argentinos vean afectada su calidad de vida con ansiedad y depresión.

La salud mental no parece ser un tema de agenda. Sin embargo, es un problema a tener en cuenta en plena crisis.
La Argentina no es un país fácil. Son innumerables los problemas que afectan a la sociedad y repercuten en la calidad de vida y la salud de la población. Desde cuestiones de las crisis económicas, con todas sus implicancias en la vida cotidiana, hasta temas de inseguridad hacen que el día a día se vida como una carga.
Las permanentes crisis, la inestabilidad, la dificultad para proyectar el futuro generan un escenario de incertidumbre que se traduce en angustia y ansiedad. Cuando eso se prolonga en el tiempo y se hace crónico, todo empeora. El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) presentó, esta semana, el documento Malestar psicológico: La evolución histórica en la Argentina urbana (2010-2024) y determinantes en el contexto reciente (2022-2024). Factores que inciden en la sintomatología ansiosa y depresiva en la población adulta.
Te Podría Interesar
Los datos visibilizan y ponen en agenda la situación de salud de la población, haciendo especial énfasis en el deterioro de la salud mental. El malestar psicológico en específico es una variable que releva la cantidad de personas que declaran tener sintomatología ansiosa y depresiva. El informe explora los cambios en la autopercepción de malestar en la salud mental, a la vez que aborda los indicadores que más influyen en estos cambios.
A través del análisis de casos panel, que analiza a las mismas personas en tres años distintos, se evalúan sus trayectorias, qué personas son más afectadas, y qué características aumentan las chances de padecer esta sintomatología.
Los resultados del estudio sobre la crisis
Según el estudio, el malestar psicológico en la Argentina urbana mostró un incremento sostenido en el período 2010-2024, pasando del 18,4% al 28,1% en la población adulta. Este aumento implica que casi tres de cada diez personas manifiestan síntomas ansiosos y/o depresivos en el año 2024.
El análisis longitudinal (2022-2024) permitió observar tanto la persistencia como la movilidad: un 58% de la población se mantuvo estable sin malestar psicológico, un 5% sufrió sintomatología persistente durante los tres años, un 12% transitó un patrón intermitente, y un 18% empeoró su salud mental en el año 2024. Estos resultados indican que, en un lapso muy corto, en dos de cada diez adultos se deterioró su salud mental.
Independientemente uno del otro, el estado de salud, la condición y calidad del empleo, la condición de pobreza y el sexo funcionan como los determinantes más significativos del malestar psicológico.
En este sentido, ser mujer, tener enfermedades crónicas o graves, estar en situación de desempleo o subempleo, o en condición de pobreza, son características que determinan un mayor malestar psicológico. Además, la combinación de edad avanzada, déficit de salud y precariedad laboral conforman un perfil de alto riesgo.
La presentación estuvo a cargo de Solange Rodríguez Espínola, Eduardo Leonardelli, María Agustina Paternó Manavella y Milagros Dolabjian, autores del documento. Además, contó con una mesa debate con investigadores e invitados especiales. Participaron Fernando Torrente, director de Psicoterapia en Grupo Ineco; Analía Zanatta: médica psiquiatra y directora asociada de Salud Mental en el Hospital Alejandro Korn (PBA) y Florencia Chiofalo, psicóloga y docente especializada en neuropsicología clínica.