Coronel Larrabure, testigo de fe y perdón en tiempos difíciles
La diócesis cierra la etapa diocesana por el Coronel Larrabure y lo presenta como ejemplo de fe, perdón y amor a la Patria en medio de la violencia.
Coronel Argentino del Valle Larrabure.
Archivo MDZEn una celebración que fue presentada como un día clave para la historia de la diócesis, la Iglesia dio por concluido el proceso diocesano sobre la vida del Siervo de Dios Coronel Argentino del Valle Larrabure. Se trata de un paso decisivo en el camino que busca reconocer la figura de este militar argentino como testigo de fe, perdón y amor a la Patria en uno de los momentos más violentos de la historia reciente del país.
Un proceso que marca la historia de la diócesis
En la homilía, se destacó que la diócesis cierra “un proceso querido y valorado” que se extendió durante algo más de tres años. El objetivo fue examinar la vida de Argentino del Valle Larrabure, oficial del Ejército Argentino, esposo y padre de familia, secuestrado y asesinado en 1975.
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El mensaje subrayó que la vida de este militar puede “iluminar y ser huella” para muchos argentinos, porque en tiempos “difíciles y oscuros” eligió ser luz. Se recordó que vivió aquellos años marcados por la violencia política y el enfrentamiento entre hermanos, un clima que el entonces cardenal Eduardo Pironio describió como una época de secuestros, muertes, odios y persecución, generadora de miedo y desconfianza.
En ese contexto, Larrabure sufrió el secuestro, la tortura y la separación de su familia y de su servicio a la Patria. Según se remarcó en la celebración, mantuvo un “coraje varonil” que le permitió no claudicar frente a propuestas que solo lo beneficiaban a él y que implicaban traicionar sus convicciones. Su muerte, ocurrida el 19 de agosto de 1975, fue presentada como el cierre de una vida “breve pero fecunda”, vivida desde la fe y la fidelidad a la palabra dada.
Un testigo que no negoció sus convicciones
Durante la homilía se trazó un paralelo entre la figura bíblica de Eleazar, relatada en el libro de los Macabeos, y la actitud de Larrabure. Eleazar, anciano escriba, prefiere morir antes que quebrantar la ley y dar un mal ejemplo a los jóvenes. Rechaza fingir que adopta costumbres paganas a cambio de salvar su vida. En esa misma línea, se recordó que a Larrabure no le ofrecieron comer carne prohibida, pero sí renunciar a sus ideales. Sus captores le habrían planteado que el Ejército lo había abandonado y que podía recuperar la libertad si aceptaba poner sus conocimientos en armas y explosivos al servicio de la organización que lo mantenía cautivo.
El relato presentado en la diócesis señala que Larrabure respondió que no estaba abandonado, sino acompañado por su fe, su familia, sus amigos y su Ejército. También que rechazó colaborar con la fabricación de armas porque no eran para “matarnos entre nosotros, entre hermanos”. Esa negativa fue interpretada como una decisión consciente de mantenerse fiel a la Patria, incluso al costo de la propia vida. De este modo, la diócesis lo propone como ejemplo de fe, perdón y valentía. Un hombre que amó a Dios y a su país en circunstancias extremas, y cuya actitud se presenta hoy como referencia para vivir el Evangelio, incluso en sus mandatos más exigentes, como el amor a los enemigos.
Perdón, reconciliación y el horizonte que marca León XIV
La homilía también se apoyó en una reciente catequesis del Papa León XIV sobre el “arte del perdón”. El pontífice recordó que perdonar no significa negar el mal, sino impedir que siga generando más mal. Tampoco implica decir que no pasó nada, sino evitar que el rencor tenga la última palabra. En esa reflexión se destacó que el perdón es una forma de amor llevado hasta el final. No es debilidad, sino fortaleza. Libera a quien perdona, disuelve el resentimiento y devuelve la paz interior, incluso cuando el otro no cambia o no reconoce el daño.
La figura de Argentino del Valle Larrabure fue leída a la luz de estas palabras. Se recordó que conoció el dolor, la angustia y la violencia, pero también el perdón y el amor. En un mensaje dirigido a su familia, habló del perdón como núcleo de su testimonio. Para la diócesis, ese gesto lo muestra como un “mártir del perdón, del amor y de la reconciliación”.
Coronel Larrabure testigo de fe y perdón
El cierre del proceso diocesano deja ahora el expediente en manos de la Santa Sede, que continuará el estudio del caso. Mientras tanto, la diócesis invitó a los fieles a rezar por esta intención y a mirar el ejemplo de Larrabure como una llamada a vivir la fe en clave de reconciliación.
La homilía concluyó poniendo todo el camino recorrido bajo la protección de la Virgen —en las advocaciones de la Virgen del Valle y de la Medalla Milagrosa— y animando a asumir, como él, una respuesta de fidelidad al plan de Dios en medio de los desafíos de la historia argentina.
* Santiago Olivera, Obispo castrense para las Fuerzas Armadas y de Seguridad de la República Argentina



