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Cómo será el nuevo secundario en Mendoza: los cambios que se vienen

La Dirección General de Escuela busca transformar el secundario. Los detalles de los cambios que se vienen y la búsqueda de consenso nacional.

La DGE impulsa cambios en el secundario.

La DGE impulsa cambios en el secundario.

DGE

El Gobierno nacional convocó a las provincias a hacer cambios en el nivel secundario. La Dirección General de Escuelas ya avanza en las primeras experiencias que apuntan a que los alumnos salgan preparados para el mundo del trabajo, principalmente, a partir de las "escuelas innovadoras", entre otros proyectos.

Para estas modificaciones que se vienen, el Gobierno de Javier Milei tiene previsto enviar fondos a las provincias que adhieran a los cambios. El año que viene se cumplen 20 años desde la sanción de la Ley de Educación Nacional, que estableció la obligatoriedad de este nivel educativo en la Argentina. Sin embargo, después de dos décadas –y de varias reformas–, la secundaria enfrenta desafíos críticos en todo el país.

Desde agosto pasado, la Dirección General de Escuelas convocó al Consejo General de Educación, que está compuesto por representantes de distintos ámbitos ciudadanos, incluidos partidos con representación parlamentaria, empresarios y el SUTE (el sindicato de docentes de gestión pública).

Hubo algunas conclusiones comunes, que apuntan a que la escuela secundaria debe cambiar, aunque las propuestas son distintas de acuerdo al ámbito desde que se provenga. Por ejemplo, los empresarios insisten en la necesidad de que el alumnado salga del secundario con las capacidades para poder insertarse en las empresas. Para el SUTE, por ejemplo, la preparación para vida en general y la academia también debe ser relevante y prioritaria.

Desde Nación, los lineamientos que bajaron apuntan centralmente a flexibilizar el formato tradicional de la secundaria y a dar mayor “libertad” a las escuelas para reformularse. El texto oficial propone pasar de la enseñanza centrada en el docente, a los aprendizajes en profundidad, "atendiendo a las necesidades de la sociedad y del mundo del trabajo".

Claro que todos estos ideales chocan con la realidad concreta: se busca agrupar a los alumnos por intereses, cuando muchas aulas están hacinadas y no hay espacio. Algo que sucede en casi todas las provincias del país. O se plantea que un docente que tiene 18 horas semanales use 13 para dar clases y 6 para proyectos mientras hay una exigencia de parte del Gobierno Escolar local para docentes de cumplir horarios estrictos de entrada y de salida, a través de un reloj biométrico.

Los cambios que ya existen y los que vienen

Uno de los anuncios que hizo este año la Dirección General de Escuelas es la derogación de la instancia de intensificación de saberes en marzo. Ahora, los alumnos tendrán hasta febrero para rendir las materias pendientes, eliminando la posibilidad de cursar con más de dos asignaturas previas.

Además, el Gobierno compró más de 700 carros con equipamiento tecnológico para las escuelas y se está trabajando para mejorar la conectividad en instituciones que antes no podían acceder a internet.

Entre las conclusiones del Consejo hay cuatro ejes: se planteó la necesidad de una ampliación integral del sistema con transformaciones profundas en lo pedagógico y lo organizacional. Se propuso implementar un sistema cuatrimestral y anual con un examen final integrador, haciendo énfasis en la oralidad. Se sugirió concentrar las horas de los docentes para fomentar el sentido de pertenencia.

El sector empresarial ofrece su colaboración para "formar perfiles profesionales acordes a las nuevas demandas" y para "enseñar lo que las empresas necesitan". Sin embargo, también se advierte que la tecnología no debe quedar solo en manos de los estudiantes y que los docentes necesitan formación continua para su uso y adaptación.

Un punto de consenso fundamental es la necesidad de transformar radicalmente el modelo de evaluación. El sistema actual, centrado en la calificación final y el contenido, es visto como un obstáculo para la flexibilidad curricular y el desarrollo de capacidades. Se propuso una evaluación que deje de ser "punitiva" para convertirse en un "proceso formativo" que potencializa el desarrollo de competencias.

Se propuso una carrera docente horizontal donde se pueda acceder a un reconocimiento por la trayectoria y la capacitación, entre otros puntos.

Qué dice la Dirección General de Escuelas

La resolución de la DGE que habla de los cambios en el sistema secundario apunta a que los equipos directivos de las escuelas deben gestionar los recursos humanos, materiales y técnicos disponibles, para desarrollar dentro de los colegios, procesos de reflexión y acuerdos institucionales que consoliden equipos docentes y permitan ofrecer a las estudiantes propuestas de enseñanza.

La idea es que estén organizadas a partir de diferentes intencionalidades pedagógicas y didácticas; que los docentes, en algunas actividades de enseñanza, se organicen de distinta forma para ofrecer diferentes modos de acceder al conocimiento; que agrupen de distintos modos a los alumnos en espacios que den lugar a un vínculo pedagógico más potente entre los estudiantes, con los docentes y con el saber, dentro de la propia escuela o fuera de ella. Estos conceptos están englobados en la palabra "flexible" que es uno de los términos que más se usa para anunciar los cambios que buscan Nación y la Provincia.

Además, apuntan a que docentes sumen tiempos complementarios y otras estrategias diferentes de enseñanza para alumnos que presenten dificultades y potencien el uso de las TIC.

La mirada del SUTE sobre los cambios

Luego de participar del Consejo de Educación, desde SUTE concluyeron que "existe un consenso generalizado en que la formación continua debe ser "situada", es decir, anclada en la realidad de cada institución educativa y territorio. Las mesas de trabajo coincidieron en que la formación no debe ser una carga adicional para los docentes, sino una parte de su jornada laboral, con tiempos protegidos y remunerados".

Además, aseguraron que: "Hay un fuerte consenso en que los equipos directivos y de supervisión requieren competencias específicas para liderar las transformaciones. Se considera esencial la formación continua en liderazgo y la creación de espacios de aprendizaje entre pares para prevenir el desgaste y la sobrecarga."

En diálogo con MDZ, la representante del sindicato en el Consejo, Ana Nanfara, sostuvo que: "Todos estamos de acuerdo con que la secundaria tiene que cambiar, sólo que en las escuelas nos encontramos con muchos alumnos por curso, sin lugar para que las adolescencias transcurran, hay mucho hacinamiento, entonces es difícil pensar proyectos".

En ese sentido, también dejó en claro que habría que repensar en los contextos actuales esa idea de "reagrupar a los docentes" y al alumnado. Incluso, que la propuesta de trabajar por proyectos va a contramano de las directivas para los profes que se dan este año. "Se ha extendido el funcionamiento de los relojes biométricos, por lo tanto, es contradictorio, con esa idea de docente que trabaje libremente por proyecto", agregó.

Qué dice el documento de la Nación para los cambios en el secundario

El documento tiene 33 páginas y se llama Transformación de la escuela secundaria. Entre sus ejes más importantes está el programa de escuelas innovadoras que se presentó en septiembre pasado y para el que serán seleccionadas escuelas de todo el país. Para eso, la Nación enviará fondos y por lo tanto las provincias están interesadas.

Este programa se implementará mediante la conformación de una Red que son 400 instituciones seleccionadas por las jurisdicciones. Según el Gobierno, recibirán acompañamiento técnico permanente, formación para sus equipos de gestión y docentes y monitoreo de impacto para consolidar prácticas pedagógicas innovadoras, gestión escolar fortalecida e integración con la comunidad educativa.

Lo que espera la Nación es que actúen como una especie de laboratorio para el resto del sistema, para garantizar trayectorias completas. Ya hay una escuela en Godoy Cruz adaptada a estas características.

Las escuelas innovadoras deben pasar por tres etapas que la Nación contempla, a saber:

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Cambios como en la década del 90

Muchas de las ideas que tiene la Nación se asemejan a la reforma educativa de los años 90. La conocida reforma de 1994 además de la descentralización en las provincias de la educación, tuvo como objetivo promover la participación de la comunidad educativa en la toma de decisiones. Se pretendía que padres, docentes y estudiantes tuvieran una mayor participación en la planificación y evaluación de las políticas educativas.

Se buscaba en definitiva lograr una educación de calidad para todos los estudiantes, sin importar su origen socioeconómico o geográfico; modernizar el sistema educativo y adaptarlo a los desafíos del siglo XXI.

¿La historia se repite?