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Carolina Amoroso: "La maternidad es la vida toda y un baño de humildad"

La periodista habló con MDZ sobre su maternidad, el regreso al trabajo, su mirada sobre Venezuela, el Premio Nobel a María Corina Machado y honró a Jorge Lanata

Carolina Amoroso, periodista

Carolina Amoroso, periodista

Santiago Aulicino / MDZ

El cierre de 2025 encontró a Carolina Amoroso en un momento de transformación absoluta. A pocos meses de haber sido mamá, la periodista reflexionó con MDZ sobre el impacto vital y profesional que significó la llegada de Vicente, su primer hijo, al que define como “la vida toda”.

En una charla íntima y profunda, también se refirió al desafío de equilibrar su vocación con la maternidad, la situación política en Venezuela, su visión del periodismo y su relación con referentes como Jorge Lanata. " La maternidad es un baño de humildad", asegura.

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Entrevista Carolina Amoroso

- ¿Cómo cambió tu vida la llegada de Vicente?

- La llegada de Vicente fue, literalmente, el principio de una nueva vida. Desde que nació, el 10 de septiembre, siento que todo en mí se reconfiguró. Hay un antes y un después tan nítido, tan profundo, que a veces me cuesta recordar cómo era vivir sin él. Vicente no solo es mi hijo: es mi razón, mi impulso, mi transformación. Cada emoción, cada miedo, cada alegría ahora pasa por ese vínculo. Incluso el amor por Guido, que es enorme y central en mi vida, se potenció al compartir esta experiencia juntos. Siento que Vicente me expandió. Me llevó a un lugar nuevo desde donde miro el mundo con otra perspectiva, con más empatía, con menos ego y con una ternura que desconocía.

- ¿Cómo viviste el embarazo?

- Fue un embarazo pleno, profundamente deseado. Lo transité con una serenidad y una alegría que me sorprendieron. Me encontraba en una etapa donde ya había soltado muchas exigencias externas. No me preocupaban los cánones, ni el cuerpo, ni el afuera. Solo me importaba conectarme con ese milagro que estaba viviendo. Fue un tiempo sagrado. Recuerdo las pataditas, los momentos de introspección, el silencio y también la ansiedad hermosa de imaginar su carita. El parto fue mágico, un viaje de amor, coraje y entrega. Nunca me sentí tan fuerte, tan viva. Ser testigo del comienzo de una vida es una experiencia que te redefine para siempre.

- ¿Qué aprendiste de esta nueva etapa como madre?

- Aprendí, entre tantas cosas, a soltar el control. A aceptar que no puedo con todo, y que está bien así. La maternidad te vuelve más humilde, porque entendés que necesitás de otros. Que la red de apoyo no es solo deseable, es imprescindible. También aprendí a habitar el presente, porque con un bebé cada día es nuevo: lo ves descubrir el mundo y vos lo redescubrís con él. Me cambió la escala de valores. Hoy elijo distinto. Vicente me enseñó a mirar con otros ojos, a frenar, a observar, a cuidar de formas que antes no conocía. Y me mostró una capacidad de amar que no sabía que tenía.

- ¿Cómo estás manejando tu regreso al trabajo?

- Lo estoy haciendo con mucha conciencia y mucho amor. Volver al trabajo fue una decisión pensada. Amo mi profesión, es parte de quién soy. Pero también sabía que no podía volver como si nada hubiese cambiado, porque todo cambió. Así que volví de a poco, primero a Internacionales, luego a "Está pasando", y ahora me toca reemplazar a Domi (Dominique Metzger) en enero. Estoy construyendo una nueva rutina, donde el trabajo convive con la maternidad. Me apoyo mucho en mi familia y en los equipos con los que trabajo, que han sido comprensivos y generosos. Hay días más fáciles y otros más caóticos, pero estoy agradecida. Estoy encontrando un equilibrio dinámico, imperfecto, pero real.

- ¿Qué significó para vos llevar a Vicente a la mesa de Mirtha?

- Fue un gesto chiquito, pero lleno de significado. Ese día tenía que llevarlo a un control médico y pensé que no iba a llegar al programa. Pero finalmente todo se acomodó, y en el último bloque apareció Vicente. Fue el invitado más pequeño de la historia de esa mesa. Mirtha lo recibió con tanta calidez que me emocioné. Para mí fue una forma de integrar dos mundos que a veces parecen separados: mi vida profesional y mi vida personal. Fue decir “esta soy yo, esta es mi nueva versión”. Y sí, Mirtha trae suerte… así que no podía no estar. Fue una manera hermosa de cerrar un ciclo y empezar otro.

"La maternidad es un baño de humildad"

La maternidad es un bañó de humildad

- ¿Qué pensás sobre el escándalo en la AFA?

- Me parece profundamente triste, pero lamentablemente no sorprendente. Es una expresión más de una cultura donde el poder y el dinero se manejan con opacidad. Lo que duele es que se trata del fútbol, que para los argentinos no es solo un deporte, es una identidad, un refugio emocional, un lenguaje común. Ver cómo se mancha algo tan sentido, tan colectivo, genera frustración. Además, el vínculo entre la política y el fútbol en Argentina no es nuevo: se han usado mutuamente, y lo más grave es que muchas veces comparten los mismos métodos. Creo que necesitamos repensar estas estructuras. El país necesita transparencia, integridad, responsabilidad. Y también cuidar aquello que nos une, como el fútbol.

- ¿Qué representa para vos María Corina Machado y cómo ves el futuro de Venezuela?

- María Corina es, para mí, una figura valiente, coherente, tenaz. Ha sido opositora del chavismo desde la primera hora, incluso cuando eso implicaba enfrentarse directamente a Hugo Chávez Frías en un momento donde tenía una enorme legitimidad popular. Y lo hizo con claridad, con firmeza, con riesgo. Pagó un precio altísimo: la golpearon, la aislaron, la proscribieron. Estuvo separada de sus hijos durante años. Pero nunca abandonó la causa. Y cuando fue proscripta luego de ganar con más del 90% en las primarias, supo correrse y ceder su lugar. Eso habla de grandeza. Yo creo profundamente en la posibilidad de una nueva Venezuela. No una que repita el pasado, sino una que aprenda de su dolor. Porque como digo siempre: la esperanza no avergüenza. Es una responsabilidad, una forma de resistir. Y los venezolanos, que han sido humillados, merecen recuperar su dignidad.

- En tu biblioteca está unos de tus libros y, al abrirlo, aparece el prólogo de Jorge Lanata. ¿Cómo lo recordarías?

- Jorge es un maestro, una referencia para todos nosotros. Primero lo recordaría en tiempo presente, porque cualquier periodista de mi generación encuentra en Jorge Lanata una referencia obligada y un faro para hacer un periodismo distinto, entretenido, osado e irreverente, rebelde. Segundo, alguien muy generoso: ante la primera consulta de si quería prologar el libro que escribimos con Juan Merino, dijo que sí. Y en tercer lugar, alguien que la vio: incluso con respecto al tema del que habla el libro, la revolución tecnológica y las oportunidades que la economía del conocimiento traía para el país. En el prólogo dice algo así como: ‘este no es un libro sobre el futuro, este es un libro sobre el presente’, y me parece que eso condensa todo el sentido del trabajo que estábamos haciendo.

"Jorge Lanata es una referencia para nosotros"

Jorge Lanata es una referencia para nosotros

- ¿Vas a seguir haciendo coberturas internacionales?

- Sí, es parte de lo que soy. Las coberturas internacionales me atraviesan no solo como periodista, sino como persona. He estado en zonas de conflicto, en migraciones masivas, en momentos históricos. Y siempre salí transformada. Es un privilegio contar historias desde el lugar donde ocurren. Ahora, claro, todo es distinto. Tengo que planificar más, pensar en Vicente, encontrar los tiempos. Pero no quiero dejar de hacerlo. Creo que las coberturas me hacen mejor periodista, pero también mejor mamá. Porque al ponerme en los zapatos del otro, entreno la empatía, y eso también lo quiero transmitir a mi hijo. Es una forma de estar viva, comprometida, conectada con el mundo.