Aumentan los casos de ACV en personas jóvenes: cómo reconocer las señales y actuar a tiempo
En Argentina, hay cerca de 60.000 casos de ACV por año; se trata de una de las principales causas de muerte.
Cada 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del ACV.
FreepikCada 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del accidente cerebrovascular (ACV), con el objetivo de concientizar a la población sobre esta enfermedad. En Argentina, el ACV es una de las principales causas de muerte y discapacidad: hay cerca de 60.000 casos por año, lo que equivale a 1 cada 10 minutos.
Se estima que cerca de 365.000 personas mayores de 40 años han sobrevivido a un episodio. Se trata de una urgencia médica "tiempo-dependiente", ya que el tratamiento con medicamentos trombolíticos es altamente eficaz solo si se aplica dentro de una venta terapéutica de 4,5 horas desde el inicio de los síntomas.
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Aunque históricamente el ACV estaba asociado a personas mayores, en los últimos años han aumentado los casos en adultos jóvenes. Un estudio publicado en The Lancet Regional Health - Americas, analizó la evolución del ACV en la región en los últimos 30 años. La investigación señala que, si bien entre 1990 y 2021 las tasas ajustadas por edad disminuyeron, a partir de 2015, se registró un incremento de la incidencia entre personas más jóvenes.
Matías Donati, magíster en salud pública y seguridad social y responsable de la red de ACV del Ministerio de Salud de Mendoza, confirmó que a partir de los 40 años ya hay riesgo de producir algún evento tanto isquémico (coágulo de sangre que obstruye una arteria en el cerebro) como hemorrágico (vaso sanguíneo que se revienta en el cerebro).
Entre las causas, el experto mencionó: "Si analizamos el nivel de vida que llevamos todos, dormimos mal, comemos mal, no tenemos tiempo para hacer actividad física. Son todos factores que pueden producir un ACV. También el consumo de sustancias predispone a tener un evento de este tipo".
El tiempo, un factor clave en un ACV
En cada minuto de demora en la atención de un ACV mueren dos millones de neuronas; en contrapartida, cada 15 minutos ganados se reduce un 4% el riesgo de mortalidad.
"La clave está en detectar a tiempo y actuar rápido. Antes de las 4 horas el paciente debería tener el tratamiento ya realizado, lo que posteriormente disminuiría las secuelas", advirtió Donati en diálogo con MDZ.
Matías Alet, médico neurólogo, staff del FLENI y titular de la Unidad de ACV del Hospital Ramos Mejía, sumó: "El primer reflejo debe ser llamar al servicio de emergencias y, si por algún motivo no es lo más conveniente, dirigirse a un centro preparado para el manejo del ACV, que probablemente no sea el más cercano. En ningún lugar del mundo es necesario que todos los centros de salud tengan el mismo nivel de complejidad para brindar todas las prestaciones. Lo que sí es clave es articular para que cada persona sea derivada en tiempo y forma al centro correcto para recibir la atención que requiere”.
Los síntomas de un ACV
Uno de los mensajes centrales es aprender a identificar rápidamente un ACV y actuar. Por esto, es clave solicitar asistencia médica siempre que se sospeche. "Es preferible actuar de más y no esperar a que pasen los síntomas. Cuando uno espera que pasen los síntomas en donde empezamos a perder tiempo", explicó Donati.
Entre los síntomas, se debe prestar atención a lo siguiente:
- Rostro: ¿la cara se ve torcida o una sonrisa es desigual?
- Brazo: ¿puede levantar ambos brazos o uno se cae?
- Habla: ¿tiene dificultad para hablar o se le entiende poco?
- Tiempo: ante cualquiera de estos signos, llamar de inmediato al servicio de emergencias para poder tener una ambulancia a tiempo y derivar a la persona al hospital que corresponda para su tratamiento.
ACV en Argentina
Según un relevamiento realizado por la consultora Voices durante septiembre de 2025, aunque la mayoría de los argentinos reconoce la gravedad del ACV y cree que puede prevenirse, aún persisten importantes vacíos de conocimiento sobre cómo actuar frente a sus síntomas.
Siete de cada diez personas manifiestan saber qué es un ACV, pero solo el 38% declara sentirse preparado para reaccionar correctamente ante un caso cercano, y cuatro de cada diez desconocen que el tratamiento debe iniciarse lo antes posible dentro de las primeras 4 horas y media para evitar secuelas graves o la muerte.
Además, 8 de cada 10 argentinos reconocen estar preocupados por su riesgo de sufrir un ACV, especialmente las mujeres, los mayores de 35 años y las personas de menores recursos. Sin embargo, cuando se consulta sobre cómo actuarían ante un episodio, 3 de cada 4 elegirían acudir al centro de salud más cercano, contra solo un 17% que priorizaría uno adecuadamente preparado para el abordaje del ACV, aun cuando estos centros son los únicos con personal, equipamiento, medicación y protocolos para realizar las intervenciones necesarias. Eso se explica porque el 55% de la población cree que cualquier hospital puede atender un ACV.
Aunque el 69% se considera informado sobre la enfermedad, solo un tercio conoce reglas o indicadores para identificar los síntomas rápidamente, como la regla “FAST” (cara, brazo, habla y tiempo, por su sigla en inglés), que refiere a signos que aparecen de un momento a otro, como entumecimiento de parte del rostro, debilidad en uno de los brazos, confusión o trastornos del habla, y el hecho de que es tiempo-dependiente.
Entre los signos que permiten sospechar la presencia de un ACV más mencionados por la gente en el relevamiento, figuran la confusión repentina, dolor de cabeza intenso, dificultad para hablar o entender, parálisis o debilidad muscular y aumento de la presión arterial. Sin embargo, aún un 5% de los encuestados no pudo identificar ninguno.
El estudio también reveló que la mitad de los argentinos cree que las ambulancias tardan demasiado y un 38% considera más rápido trasladarse por cuenta propia, lo que lleva a decisiones que potencialmente implican mayor riesgo o son negativas.
A pesar de la falta de información práctica, el 90% de los argentinos cree que es posible recuperarse si el ACV se trata a tiempo, lo que muestra una esperanza fundada, aunque no siempre acompañada por conductas adecuadas: 6 de cada 10 encuestados no sabrían o no están seguros de cómo actuar si alguien a su alrededor presenta síntomas de ACV.
Por último, el 77% considera posible prevenir un ACV a través de: realización de chequeos médicos periódicos (71%), el control del estrés (70%), la actividad física (64%), el descanso adecuado (57%) y una dieta equilibrada (56%). Sin embargo, los más jóvenes y los sectores de menores ingresos siguen estando menos informados y preparados para actuar ante una emergencia.


