Arañas mendocinas: mitos, verdades y consejos para convivir sin miedo
Dentro de los bichos mendocinos, las arañas son objeto de muchos mitos y preocupaciones en la sociedad. Desde el Conicet despejaron algunas dudas.

Convivimos con hasta 20 especies de arañas dentro de una casa. ¿Cuáles pueden suponer un riesgo para los humanos?
MILAGROS LOSTES - MDZEn Mendoza, las arañas conviven tanto en ambientes naturales como en las casas y patios de los mendocinos. Aunque muchas veces generan temor, su presencia cumple un rol fundamental: se alimentan de otros insectos y actúan como controladores biológicos.
El investigador del IADIZA-Conicet, Gabriel Pompozzi, explicó, en entrevista con “Es un montón" programa de MDZ Radio 105.5, que en la provincia se han registrado más de cien especies, que van desde pequeñas tejedoras hasta grandes tarántulas. Todas cumplen la misma función: mantener bajo control a otros bichos que podrían transformarse en plagas.
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Arañas y cultivos
En los viñedos mendocinos, las arañas funcionan como aliadas silenciosas. Al alimentarse de insectos dañinos, reducen la necesidad de usar pesticidas y ayudan a cuidar el equilibrio del ecosistema. Además, algunas especies sirven como indicadores de cambios en el ambiente.
La diversidad es amplia: desde tejedoras de telas circulares hasta especies que construyen estructuras irregulares en el suelo, como las viudas negras. Sobre ellas, Pompozzi aclaró: “La viuda negra construye sus telas a nivel de suelo, come hormigas y escarabajos; no suele entrar a las casas”.
El mito del tamaño
Existe la idea de que cuanto más grande es la araña, más peligrosa resulta. Según Pompozzi, eso es un mito: en Mendoza, las tarántulas son enormes y temidas, pero no representan un riesgo para las personas. “Lo más peligroso no es una tarántula grande, sino especies medianas como la loxosceles o la viuda negra”, afirmó.
Las dos especies que requieren atención son la loxosceles (araña de los cuadros) y la viuda negra. El resto de las más de cien especies que habitan en la provincia no implican un problema sanitario.
Loxosceles y viudas negras
La loxosceles es de color marrón, con abdomen gris y apenas un centímetro y medio de tamaño. Se la encuentra dentro de las casas, donde se alimenta de insectos como moscas o cucarachas. No suele atacar, pero los accidentes ocurren cuando queda escondida en la ropa o la cama.
La viuda negra, en cambio, es negra intensa y luce una mancha roja en forma de reloj de arena en el abdomen. Se la encuentra en patios y zonas de piedemonte. Su mordedura puede ser peligrosa, pero la especie no suele ingresar a las viviendas.
Recomendaciones ante picaduras
La mayoría de los accidentes ocurren por contacto involuntario. Los especialistas recomiendan revisar la ropa y sacudirla antes de usarla, especialmente en zonas donde habita la loxosceles.
Ante una mordedura, los síntomas pueden variar: desde dolor fuerte inmediato hasta la aparición de una mancha rojiza que luego se oscurece por la necrosis en la piel. La indicación es ir rápido al hospital, evitar apretar la herida y, si es posible, llevar la araña para facilitar la identificación.