25N: ¿están hoy las mujeres realmente más protegidas?
Del femicidio de las hermanas Mirabal al 25N: alertan retrocesos en el reconocimiento y la protección frente a la violencia de género.
Ese ataque convirtió a “Las Mariposas” en un símbolo mundial y, décadas más tarde, impulsó la creación del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Archivo MDZEl 25 de noviembre no nació de una campaña institucional ni de una construcción partidaria. Nació de un femicidio político. En 1960, Patria, Minerva y María Teresa Mirabal fueron asesinadas por la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana. No fue un crimen doméstico ni impulsivo: fue una acción planificada para disciplinar a quienes se atrevían a desafiar al poder.
El crimen político que dio origen al 25N
Ese ataque convirtió a “Las Mariposas” en un símbolo mundial y, décadas más tarde, impulsó la creación del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Una fecha que recuerda que la violencia machista tiene raíces estructurales y que su abordaje exige políticas sostenidas basadas en evidencia, no en discursos coyunturales.
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¿Están hoy las mujeres realmente más protegidas?
Durante las últimas décadas, América Latina avanzó de forma significativa: leyes específicas, incorporación del femicidio como figura penal, creación de protocolos de actuación y mayor visibilidad pública del problema. La criminología acompañó estos procesos, demostrando patrones consistentes: las mujeres son asesinadas mayoritariamente en contextos de desigualdad, control y subordinación que no se replican en otros homicidios.
Sin embargo, ese consenso comenzó a erosionarse. Las cifras de femicidios no descendieron de forma sostenida y, en paralelo, ciertos discursos políticos y mediáticos reabrieron debates que la evidencia ya había zanjado. La pregunta hoy es ineludible: ¿la protección se fortaleció o estamos entrando en una nueva zona de riesgo para las mujeres?
Un retroceso conceptual que impacta en la protección
En distintos países (incluida Argentina) reaparecieron voces que cuestionan la existencia de la violencia de género como categoría diferenciada. Incluso se sugiere relativizar o eliminar la figura del femicidio bajo el argumento simplificado de que “todas las muertes deben ser iguales ante la ley”.
Ese planteo, que suena igualitario, contradice décadas de análisis criminológico, datos judiciales y evidencia forense. La dinámica homicida en estos casos no es equiparable: las mujeres son asesinadas por parejas, exparejas o agresores que ejercen control, coacción y subordinación. Equiparar fenómenos distintos no genera igualdad.
El desafío del 25N en el presente
El 25N no exige únicamente nuevas políticas; exige defender los acuerdos básicos que permitieron construir un marco de protección. Lo que está en juego no es una etiqueta jurídica, sino la capacidad del Estado y de la sociedad de reconocer un fenómeno persistente.
Recordar a las hermanas Mirabal implica evaluar con honestidad si las mujeres están realmente más protegidas o si estamos retrocediendo. Porque cuando el diagnóstico se diluye, la protección se rompe. Y en esas grietas, la violencia siempre vuelve a crecer.
* Lic. Eduardo Muñoz. Criminólogo. Divulgador en Medios. Análisis criminológico aplicado a temas sociales de actualidad y seguridad.
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