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Cuando lo imposible sucede: el accidente que sacudió a la natación argentina

Matías Bottoni, un joven nadador rosarino de 17 años, sufrió una grave lesión cervical tras un insólito accidente, al chocar en el agua con otro competidor durante el Campeonato Argentino.
La natación argentina atraviesa días de conmoción y reflexión tras lo ocurrido con el joven rosarino. Foto: Redes Sociales
La natación argentina atraviesa días de conmoción y reflexión tras lo ocurrido con el joven rosarino. Foto: Redes Sociales

La natación argentina aún no sale de la conmoción. El accidente que sufrió Matías Bottoni, un joven rosarino de 17 años, durante el Campeonato Argentino en el Parque Roca dejó una marca que va más allá del deporte: un caso tan raro como devastador, que generó impacto en todo el país.

Desde la comunidad deportiva remarcan que lo ocurrido fue una verdadera desgracia. Quienes estuvieron presentes aseguran que el nadador se estaba preparando para una final exigente y que el lugar no estaba tan colmado como en días anteriores, lo que hace aún más desconcertante lo que pasó.

"En mis 35 años de profesión nunca vi algo así", dijo su entrenador, Gustavo D'Andrea, apenas ocurrió el accidente. Esa misma frase se repite como eco entre entrenadores, nadadores y referentes del deporte.

La pileta olímpica del Parque Roca. Foto: Gobierno de Buenos Aires.

Qué ocurrió

Fue en la última jornada del Campeonato Argentino de Natación en Parque Roca. Matías se lanzó a la pileta para entrar en calor y chocó con otro nadador que estaba debajo del agua, en su mismo andarivel. El golpe, fortuito y brutal, le fracturó una vértebra cervical. Lo operaron de inmediato en el Hospital Italiano y allí reside todavía.

El caso de Matías escaló rápido. Medios nacionales, redes sociales y campañas solidarias. Se recaudaron más de 60 millones de pesos para cubrir su operación. El joven ya respira por sus propios medios, pero su familia y los médicos aseguran que el camino será largo y duro. “Me cagué la vida”, le dijo Matías a su papá apenas recobró el habla.

Cómo esta hoy Matías

Matías Bottoni evoluciona bien tras el accidente; su fortaleza y el apoyo de toda la comunidad lo acompañan en cada paso.

El joven nadador de 17 años aún permanece en el área de cuidados intensivos del Hospital Italiano de Buenos Aires, pero la gran noticia es que este miércoles pudieron sentarlo con cuello ortopédico, tomó agua e ingirió alimentos en base una dieta líquida.

Matías Bottoni está consciente, puede dialogar con sus allegados y está constantemente cuidado, además de por el personal médico, por sus padres y su novia Martina. “Tenemos que estar siempre a su lado ahora porque está despierto”, reveló su mamá, Valeria Grimaux, que es fiel a sus palabras.

La realidad de Matías, según el testimonio de su madre, es la siguiente: mantiene una sonda de la nariz al estómago que lo protege de posibles vómitos y por donde ingresa la medicación. “Puede tragar bien, respira bien. Por ahora seguirá con dieta líquida, él tenía mucha hambre y que coma gelatina o helado es bueno”, agregó Valeria. Los primeros pasos de una larga recuperación que, esperemos todos, sea lo más veloz posible.

El impacto en el mundo de la natación

Claudio Capezzone, entrenador de nadadores y referente indiscutido de la natación nacional e internacional, habló con MDZ  sobre el impacto del reciente accidente ocurrido en la pileta del Parque Roca durante el Campeonato Argentino.

Claudio Capezzone, una leyenda del deporte mendocino, que conoce a fondo la natación y a los nadadores de todo el país.

"Una lástima, nos ha impactado a todos, por supuesto a la familia, pero también a toda la comunidad de la natación. Estamos todos muy mal, con mucha pena y mucho dolor porque uno nunca espera esto en una pileta", comenzó Capezzone.

Capezzone también hizo hincapié en las diferencias con otros deportes y la dificultad de controlar a tantos jóvenes al mismo tiempo: "En el fútbol, en el voley, en el tenis, hay espacios delimitados para entrar en calor, cada uno en su campo. Pero en estas competencias grandes, como la del Parque Roca, tenés una pileta olímpica con 10 andariveles y todos los clubes queriendo calentar al mismo tiempo".

Contó que en algunos torneos suele haber una segunda pileta exclusiva para saltos, lo que descomprime el uso de la pileta principal. Sin embargo, eso no siempre es posible: "Cuando tenés dos piletas, los chicos se reparten. Pero si no hay lugar, se llena todo. En los últimos minutos antes de competir, los extremos de la pileta se usan para hacer piques. Es un deporte de adolescentes, son todos pibes, tienen energía, se mueven sin parar. A veces, los he visto esquivar en el aire, saltan y en el aire esquivan al que está abajo", continuó Capezzone.

La pileta de Regatas en Mendoza es el epicentro de muchas competencias a nivel nacional. Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ.

Sobre la última jornada del torneo en la que ocurrió la tragedia, comentó que, en teoría, no debería haber estado tan colmada como los primeros días: "Fue la última fecha, donde muchos ya se habían ido. Solo quedaban los que corrían ese día. Este chico estaba para la final de 200 mariposa, una prueba muy exigente. Todos los que estaban ahí eran nadadores fuertes, preparados. Por eso es una desgracia total, porque son chicos entrenados, no improvisados", se lamentó Claudio Capezzone.

En cuanto a su propia experiencia organizando torneos en Mendoza, Capezzone marcó una diferencia: "Nosotros, en Regatas, damos turnos para entrar en calor porque viene mucha gente y la pileta es chica. Yo soy muy precavido con eso. Trato de que no haya desorden”. También, en los entrenamientos, especialmente en las postas que son como un juego para los nadadores, hago que sea siempre desde el agua, sin saltar porque es un riesgo que uno se ahorra", explicó Capezzone sobre su metodología.

El caso de Eugenia Alaniz: otra tragedia que marcó a la natación mendocina

El recuerdo de Eugenia Alaniz sigue presente en la natación mendocina. Foto: Publicada en Facebook.

El 26 de abril de 2013, Eugenia Alaniz, una joven nadadora de Mendoza, sufrió un accidente durante un entrenamiento en el Gimnasio Municipal N°1. Se arrojó de cabeza al agua y al impactar contra el suelo de la pileta sufrió una luxofractura en las primeras tres vértebras cervicales.

La lesión la dejó inmovilizada y fue internada en terapia intensiva en el Hospital Central. Pese al esfuerzo médico y las muestras de apoyo de todo el país, Eugenia falleció poco más de un mes después, tras múltiples complicaciones.

Lo ocurrido con Matías Bottoni reavivó heridas que aún duelen en la comunidad de la natación, como el caso de Eugenia Alaniz. Ambos casos fueron una verdadera desgracia, de esas que le duelen a toda la sociedad. En este momento solo queda desear que el camino de recuperación de Matías siga lleno de pequeñas grandes victorias, y que el aliento de todo un país le siga dando fuerza para salir adelante.