El mes de María: por qué mayo es un tiempo clave del calendario cristiano
Ya en el siglo XIII se menciona este mes en los poemas a la Virgen María del rey Alfonso X de Castilla, conocido como el Sabio (1252-1284). En estos poemas, el rey compara la belleza de Maríacon la del mes de mayo. Recordemos que, en Europa, en mayo es primavera. En el siglo siguiente, el beato dominico Enrique Suso tenía, en la época de las flores, la costumbre de trenzar coronas para ofrecerlas a la Virgen el 1 de mayo.
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En el siglo XVI, San Felipe Neri motivaba a los jóvenes a rendir especial culto a María durante el mes de mayo y reunía a los más chicos alrededor del altar de la Santísima Virgen para ofrecerle, con las flores de la primavera, las virtudes que él había hecho florecer en sus almas. La divulgación del "mes de María" se debe en gran parte a los jesuitas italianos que publicaron numerosas obras sobre el tema a principios del siglo XVIII. También, y aprovechando esta circunstancia tan especial, en varios países de Europa y centro América como Méjico, se celebra el día de la madre.
Lo cierto es que, durante el mes de mayo, hay varias fiestas dedicadas a la Virgen.
- 3 de mayo: Fiesta de nuestra Señora del Valle.
- 5 de mayo: Fiesta de Nuestra Señora de la Gracia.
- 8 de mayo: Fiesta de Nuestra Señora de Luján.
- 9 de mayo: Madre del buen consejo. Fiesta de Nuestra Señora de los Milagros.
- 13 de mayo: Ntra. Sra. de Fátima.
Fátima y las profecías
Como cada 13 de mayo, hoy se celebra el día de la Virgen de Fátima. Ese día, en 1917, tres pastorcitos -Lucía, Jacinta y Francisco- que cuidaban su rebaño en Cova da Iria, Portugal, vieron un relámpago en un día radiante. Mientras cuidaban a sus ovejas, pudieron observar una nube sobre la que estaba parada una mujer, con un resplandor que parecía provenir del sol. De sus manos, que estaban en posición de oración, colgaba un rosario de cuentas brillantes como perlas y una cruz de plata.
Lucía y Jacinta podían verla y oírla; Francisco sólo podía verla. Desde esa primera vez hasta el mes de octubre, la Virgen se les apareció a los pastores los días 13 de cada mes y les dejó tres secretos o profecías. 1917. Francisco y Jacinta Martos murieron poco después; Lucía Santos fue la encargada de transmitirlos.
Cuáles fueron las tres profecías
Los tres mensajes fueron considerados premonitorios y, de acuerdo al Vaticano, su contenido ya se cumplió.
Una de las profecías se vincula con la Revolución Rusa. Era el año 1917 y desde febrero en ese país estaban ocurriendo acontecimientos que terminaron con la Revolución de octubre y, luego, la conformación de la Unión Soviética. “Si se escuchan mis peticiones, Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia”, les dijo la Virgen a los pastorcitos luego de reclamar que tanto Rusia como toda la humanidad se consagraran al Inmaculado Corazón de María.
Otra profecía hablaba de nuevos tiempos bélicos una vez que terminara la Primera Guerra Mundial (que en ese momento se estaba llevando a cabo y finalizó en noviembre de 1918) y visualizaba la Segunda Guerra Mundial. “La guerra va a acabar, pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor...por sus crímenes por medio de la guerra, el hambre y las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre” , fue el mensaje.
El último secreto hacía referencia al Papa San Juan Pablo II y anticipaba el atentado que sufrió el 13 de mayo de 1981 cuando le dispararon en la Plaza de San Pedro. Fue el mismo Juan Pablo quien aseguró haber sobrevivido al ataque gracias a la intercesión de la Virgen María y a la profecía de la Virgen de Fátima que adelantó que eso iba a suceder.
La última aparición
El 13 de octubre de 1917. En este día había 70,000 personas. La Virgen le dice a los pastores: "Yo soy la Virgen del Rosario. Deseo que en este sitio me construyan un templo y que recen todos los días el Santo Rosario".
Y tomando un aire de tristeza la Virgen dijo las últimas palabras de las apariciones: No ofendan mas a Dios que ya esta muy ofendido (Lucía afirma que, de todas las frases oídas en Fátima, esta fue la que más le impresionó). Y antes de despedirse de ellos, señaló con sus manos hacia el sol y entonces las 70,000 personas que estaban allí reunidas presenciaron un gran milagro conmovedor, un espectáculo maravilloso, nunca visto: la lluvia cesó instantáneamente (había llovido desde el amanecer y era mediodía) las nubes se alejaron y el sol apareció como un inmenso globo de plata que empezó a dar vueltas a gran velocidad, esparciendo hacia todas partes luces amarillas, rojas, verdes, azules y moradas. De pronto se detiene y empieza a girar hacia la izquierda irradiando luces como si fueran fuegos artificiales.
Ven que el sol se viene hacia abajo, como si fuera a caer encima de todos ellos y la gente empieza a gritar. Luego volvió a su sitio y los miles de peregrinos que tenían sus ropas totalmente empapadas por tanta lluvia, quedaron con sus vestidos instantáneamente secos. Y aquel día se produjeron muchos milagros de sanaciones y conversiones.
¿Por qué Dios quiere estos hechos milagrosos? Para decirnos bien claro que la Virgen existe y que el amor de los cristianos hacia Ella nada podrá destruirlo.
Cómo llegar a María
- A través del Rosario. Juan Pablo II decía: "Denme un ejército que rece el Rosario y lograré con él conquistar el mundo".
- La Virgen María nos enseña también el silencio. Ese silencio que nos resulta muy difícil porque somos habladores, estamos dispersos, distraídos con mil preocupaciones sin importancia. La Madre de Dios es profundamente silenciosa porque es humilde.
- María nos enseña el camino de la verdadera felicidad porque ella es feliz. María educó a Jesús confiando siempre en Dios.
- De María aprendemos a rendirnos a la voluntad de Dios en todas las cosas, a confiar también cuando la esperanza parece haberse terminado.
- No teman, ¿no estoy acaso aquí yo que soy tu Madre? Le dijo en las apariciones de Guadalupe, México, al campesino Juan Diego.
- Santa Teresa de Calcula decía que había encontrado en María a su compañera de camino.
Hagamos de María nuestra compañera de ruta que nos va marcando el paso hacia Jesús, quien acompaña y sostiene nuestros cansancios, y celebra junto a nosotros nuestros logros y alegrías. Que ella nos guie en nuestros momentos difíciles para que quienes confiamos en ella, podamos regalar a todos la esperanza que el mundo necesita.
* Fabiana Gómez Sabio, es comunicadora y docente.